Elección del regalo para una mujer

Papu

¿A esta mina qué puedo regalarle? Era una pregunta que se hacía recurrente en mi adolescencia, no sólo por mi inseguridad innata, sino también, porque el interrogante requería de un intenso análisis y varios puntos a tener en cuenta.
Paso a exponer la tesis desarrollada al respecto:

1- Elegir un objeto que le agrade…
a) Cuestión que se hace casi azarosa en los casos en que uno, no hace demasiado tiempo que conoce a la señorita.

b) En caso de conocerla bastante se corre con dos desventajas, la primera es que de ser una persona más o menos atenta, quien consulta, ya ha regalado varios objetos acortando la lista de cachivaches. La segunda complicación, y aunque suene desalentador para los que no han llegado aun a esta categoría, es que de haberse extendido bastante la duración de la relación, también se anexa el problema de una potencial falta de estímulo en la elección del presente.

Entonces uno sin nada en mente se zambulle en la ciudad en busca de un local que nos elija a nosotros como compradores.

PELUCHE… Una de las primeras opciones, valida si no se es un hombre hecho y derecho.
Puede ser también ésta una buena elección, sin importar la edad, si se pretende agasajar a una señora anémica de neuronas y entrada en edad.
Suponiendo que nuestros requisitos son suficientes y pensamos en el típico osito aquí surge otra cuestión…

2- La inscripción…Si el muñequito (válido también para otras chucherías) no tiene nada escrito puede que se nos reproche una falta de sensibilidad.
Si tiene una leyenda he aquí otro inconveniente.
a) TE AMO… Si no se ha pronunciado aun esta frase pude que sea un camino de ida sin regreso. Prestar mucha atención si uno no pretende en algún momento amar a la agasajada. (Diferenciar el amor de un impulso). Tener en cuenta que si se está seguro que a uno lo aman, que ya se ha dicho esta oración cortita pero problemática, probablemente uno ya regalo un osito.
b) TE QUIERO… Puede que desilusione a quien esperaba el TE AMO (ver punto 2ª).

Y así descartaba el maldito Winnie Pooh, y volvía a la desnudez como al principio.

ROPA…
Si no se sabe con certeza el talle es motivo de discusión y lo paso a exponer con citas alusivas:
a) − Estoy hecha una vaca, no me entra ni en un dedo esto que me trajiste, parece que me lo hicieses adrede. Después me preguntás por qué hago dieta…
b) − Estoy hecha una vaca, no? Así es como me ves, por eso me trajiste esto que es una carpa. Después me preguntás por qué hago dieta…
(Luego de los puntos suspensivos, quienes me facilitaron los testimonios, declararon haber apagado sus oídos)

La Tesis, como lo llama este tarado, termina acá. A mí no me va a hacer quedar como una loca frente a cualquiera que se le de por leer esta porquería que el escribe en la computadorita.
Y mejor que no me entere quién es que le alimenta el ego al vago de mi marido. Lo único que falta que se crea escritor. ¿Encima da clases de regalaría, el miserable…?

Me despido, voy a ver que necesita. Después de todo parece que partirle los dedos de un planchazo no fue más que colaborar con su inutilidad.
Atte.
Norma.

barton

¡¡Jajajaja!! Pues a mí más que el regalo, es la ilusión con el que me lo regalan... Un amigo mío (Sólo amigo, al que no voy a volver a ver porque lo conocí en Inglaterra) me robó un osito de peluche (Como lo oyes... digo, como lo lees) y me hizo muchísima ilu Todavía lo tengo aquí Xao.

Me ha encantado!! Pero ahora comprenderás por qué nos ponemos a dieta XD