Seguiré penando el otoño con las hojas marchitas de abril
mientras el cielo se yergue mustio en las gárgolas del presente.
Atoan los náufragos luminosos de candiles y mazorcas
en la inhallable cofradía del amor y el dolor.
Luciérnaga de sombras y crisantemos en los resquicios de la vida
austera y vaga matriz de limo y placton perfumado de soles.
Los Dioses tronan alegóricos en sus ruegos viscerales
manadas de contornos y masa crítica que grita y llora en el sumidero perenne.
Seguiré en los altos mástiles jugando con las apostilladas palabras
que suenan huecas pero llenas de rigor.
Noto tu sonrisa al no entender que escribo y callo
no deseo quebrar la magia surgente del amor.
Comentarios
Esta estrofa final plasma con elocuencia la idea de la paradoja de la escritura y el lenguaje, de su ambigüedad insuficiente pero necesaria. "apostilladas palabras/que suenan huecas pero llenas de rigor."
Otra metáfora que me ha gustado: "la inhallable cofradía del amor y el dolor"
Un poema elaborado, con muy buenas imágenes.
Muchísimas gracias.
Es un poema que tiene ya muchos años.
Recientemente he empezado nuevamente a escribir poesía: vamos a ver qué pasa.
Saludos.