El prestigiado novelista quiso escribir un nuevo cuento en su ordenador. Tal vez no era su mejor día. Tal vez las musas no estaban en ese momento disponibles.
Durante varias horas estrujó su cerebro en busca de un tema relevante, publicable. No lo logró.
Como era un hombre sabio y prudente, decidió dejar la página de Words en blanco.
No hay cosa peor que ensuciar el maravilloso blanco de un monitor con palabras que no dicen nada, con párrafos que no valen la pena.
Comentarios
Es un relato con sabio consejo Pero no es tu caso, Legendario, que siempre maravillas con tus historias y cuentos... Seguro que hasta sin musas te salen narraciones extraordinarias... Aún recuerdo el primer relato tuyo que leí, fue "Como reconquistar a una pompa de jabón prófuja"...
Gracias por tus comentarios, estrofa.
Respecto a mis musas, de repente se toman vacaciones sin consultarme.