Recordando la vulgaridad divertida

Sandra Pantocrator

Recordando la vulgaridad divertida


Hay un gato en la ventana, que sonríe por dentro, pero solo tú eres consciente de ello. Quizás sus pequeñas garras estén trazando algún plan de lo más maquiavélico mientras una cuchilla rasura con dificultad la crin que has dejado formar sobre tus jóvenes piernas. Desde lejos una señora grita, te la imaginas con un pañuelo en la cabeza, un cigarro en la boca y cubierto su cuerpo con la bata más hortera que ser humano pueda figurarse. De cierto que debe ser así, sino no tendría motivo alguno para blasfemar cuan anticristo, sacarte de ese bello letargo que supone la imaginación en los momentos de hábito y práctica.

Cuando el agua chorrea sobre tus extremidades, las pequeñas heridas emiten sangre, la picazón es soportable y aún así, te vuelves irascible. Pero el aroma de vainilla te calma pronto, después de todo las baldosas no tienen culpa de su frialdad, ni es el calentador responsable de su absoluta inutilidad. La toalla con símbolos abstractos y geométricos te recuerda un momento a la decoración andalusí, te ríes de tu perspicacia y casi te tropiezas con aquélla alfombrilla escabrosa, de color anaranjado, desgastado, que debería estar seca. Pero debo decirlo, para hacer comprensible este asunto: el Karma te la está pegando.

Valga la vulgaridad de mis verbas, qué hermosa es la V como cáliz de fertilidad y procreación inmunda. En tu cuarto se eriza el vello restante, que no es mucho por los condicionantes socio-culturales del Occidente cristiano. Hace frío, la humedad traspasa el techo rosa y no sabes cómo impedir su expansión. Pero, seamos sinceros, la importancia es nula porque tarde o temprano dejarás esa residencia, mudarás nuevamente tus pocas pertenencias y el cambio será tan grande y tan efímero a la vez que solo lo recordarás de forma anecdótica, en breves charlas brindadas con cerveza. O eso o mueres de pulmonía, y nada tendrá valor.

Estos pequeños párrafos te hacen estremecer de anti-orgullo y sientes que debiste haber sido un anarquista frustrado con la sociedad, que el nihilismo es solución de filósofos y que no cabe duda de que la violencia emana solo su propia esencia. Quizás te sirva ver el telediario y burlarte una vez más ante tu propia consternación. Dirás que el positivismo es asunto complejo, y que en el fondo el artista es un ser coaccionado por su locura, su excentricidad y hipocondría, pero pocos pueden escribir desde la tumba, menos Hamlet, hijo de Hamlet.

Así que, vistes tu funda y sientes que el calor vuelve a ti, el pelo se encrispa y vuelves al estado original que es la rutina no rutinaria del estudiante. Disfrutalo, el tiempo apremia.

[Usuario Eliminado]

No suelo comentar sus escritos porque no me atraen, no me atrae su estilo, pero considero en mi irrelevante y perniciosa opinión que son buenos o muy buenos, y este me ha gustado, aunque lo hubiese preferido más crudo y pesimista; a mi me gustó en su totalidad.

EduArdoR

100 % narración y de narrador muy listillo XD Sabe lo que piensa el gato y opina también de la señora... Ese tipo de detalles no son habituales en narraciones salvo que sean en primera persona. Tal vez sea esa la única falta que se le pueda poner. Cada vez me gustan más tus relatos

Yo lo prefiero optimista, aunque este se ha pasado ¿eh? eso de disfrutar de ser estudiante. Si algo aprendí estudiando es que con ese indecoroso oficio no se puede ser feliz :mad:

Sandra Pantocrator

Lindemann, me alegro sobremanera de haberle agradado al fin con un relato mío. Si le gusta el pesimismo exacerbado estoy segura de que puedo ofrecer aún alguna que otra sorpresa interesante. Entiendo perfectamente que mi estilo habitual pueda no atraer, después de todo no deja de ser bastante particular, pero bueno, en la versatilidad está la gracia^^

Y EduArdoR, tomemos este narrador como alguien omnisciente y algo descarnado xD Te aseguro que se puede disfrutar de forma muy intensa al ser un estudiante, al menos universitario con las libertades que eso conlleva!

Gracias a ambos

turmix

Es pesimista pero al mismo tiempo carnal, casi sientes la cuchilla y el frío. Tiene un toque erótico y mundano que me gusta, por contraste con el discurso intelectual.

EduArdoR

Sandra Pantocrator escribió : »

Lindemann, me alegro sobremanera de haberle agradado al fin con un relato mío. Si le gusta el pesimismo exacerbado estoy segura de que puedo ofrecer aún alguna que otra sorpresa interesante. Entiendo perfectamente que mi estilo habitual pueda no atraer, después de todo no deja de ser bastante particular, pero bueno, en la versatilidad está la gracia^^

Y EduArdoR, tomemos este narrador como alguien omnisciente y algo descarnado xD Te aseguro que se puede disfrutar de forma muy intensa al ser un estudiante, al menos universitario con las libertades que eso conlleva!

Gracias a ambos

jaja Podríamos hacer un debate sobre la felicidad del estudiante.

Esa libertad que da felicidad es una libertad coaccionada presa de un resultado.

He gozado de gran libertad y también de felicidad: trabajando.

Mi etapa universitaria, todo una experiencia en mi vida (y como experiencia puede ser que hasta la pueda considerar de buena), no fue una etapa feliz.

Digamos que, aunque yo ya no lo hice, lo puedo comparar con el servicio militar; puedes reconocer que tiene cierta utilidad y puedes pensar que ha sido gratificante para tu persona, pero, mientras que la has realizado, feliz no has sido. Algo así ha sido mi vida universitaria (¡también estuve en residencia de estudiantes un tiempo, pero no era igual que la de tu relato! Era más cosmopolita ).

Chelo

Muy versátil Sandra, escribes relatos tristísimos y de pronto, este sobre la etapa estudiantil. Me ha hecho reir y recordar con nostalgia mi etapa de estudiante (en Santiago de Compostela).Aunque coincido un poco con EduArdoR en que la felicidad estaba condicionada por un resultado, pero aunque estudié como una loca, salí poco (comparado con lo que se sale en Santiago) y estaba a tortas con la peseta día sí y día también, lo recuerdo como toda una experiencia, conocí a muchísima gente, algunas personas con las que todavía mantengo contacto y que echo mucho de menos. Francamente, sí, no cambiaría la experiencia por nada del mundo.

Y si existe la reencarnación a ver si puedo hacer el París-Dakar esta vez!!

Chelo

Sandra Pantocrator

Muy versátil Sandra, escribes relatos tristísimos y de pronto, este sobre la etapa estudiantil. Me ha hecho reir y recordar con nostalgia mi etapa de estudiante (en Santiago de Compostela).Aunque coincido un poco con EduArdoR en que la felicidad estaba condicionada por un resultado, pero aunque estudié como una loca, salí poco (comparado con lo que se sale en Santiago) y estaba a tortas con la peseta día sí y día también, lo recuerdo como toda una experiencia, conocí a muchísima gente, algunas personas con las que todavía mantengo contacto y que echo mucho de menos. Francamente, sí, no cambiaría la experiencia por nada del mundo.

Y si existe la reencarnación a ver si puedo hacer el París-Dakar esta vez!!

Chelo

Si puedes vivir esa experiencia, tienes la suerte de poder hacerlo...lo mínimo que puedes hacer es alcanzar unos resultados decentes. ¡Ah, Santiago de Compostela! Yo estudio aquí y la verdad es que me encanta esta pequeña ciudad medievalizante, aunque lo del París-Dakar siempre me pareció una locura xDD

Gracias por considerarme versátil^^ Es un gran halago!

Suina

hecho los deberes Sandra, me quedo con este relato y con el del conejo. Le va bien que le metas los tintes de ironía.
Desde luego tienes un amplio vocabulario y cromatismo en las palabras.
Un abrazo y gracias por dejarme ver tus trabajos.