[FONT="]De sus paseos por la infancia, el paseo de la felicidad prístina era el del serpentario. Ni la anaconda borró para él el delicioso impacto mnémico del sonido de la cola de la cascabel. Aquel susurro encolerizado significaban para el inmediatamente posterior adolescente el símbolo de la impotencia ante la muerte, el desafío de enfrentar la parte más cruel de la naturaleza( y aquí los sentimientos se contradecían como en una sesión psicoanalítica), el asco y la admiración ante una asesina impune. Creo que la confusión se la originó la testigo de Jehová que recibía, ante tanta lastimosa insistencia, al hablarle tanto de la serpiente satánica del jardín de Edén.
Su hermana, que por el embarazo estaba sensible y sorpresiva y repentinamente cariñosa, sabedora de su sentir, como de todo su corazón, le regaló una inofensiva pero imponente pitón para consolarlo.
Mientras su hermana tejía escarpines observaba con inquietud las largas horas que pasaba mirando fijo a la pitón.
El sonido de las panderetas era el motivo por el cual asistía a cultos evangélicos. Aquella devota mujer agitaba entre sus manos a una cascabel redonda, pensaba.
La pitón fue una acompañante fiel, mas esto no impidió que haya estudiado toda la fisiología de su hechizadora.
Transcurrían los días y los meses en la casa habitada por la pitón, su hermana y él.
Hasta que llegó ese día encantado...Volvía de la calle y la escuchó. ¡Sí! ¡ Era ella! ¡ Ella que volvía a su vida! Su voz se acrecentaba a medida que él se acercaba al centro de la casa. La pitón dormía. Todo estaba en orden. " ¿ Cómo entró ella aquí? ". Sus opciones ante su presencia para actuar eran de lo más ambiguas. En un sentido de responsabilidad y orgullo ante su enamoramiento hecho sonido de cola de cascabel...Tomó la escopeta que jamás había tocado. Entró en la habitación volteando de una tremenda patada la puerta y sin vacilar disparó sobre la cama- pues seguro ella buscaría el calor del acolchado-: ¡Uno! ¡ Dos! ¡Tres! ¡ Cuatro estruendos de escopeta!
Cuando se hubo disipado el humo de los disparos, ante su vista estaba el charco de sangre, su hermana con el cráneo abierto, un pequeñísimo cuerpo perforado envuelto en una manta...Y el sonajero que soltó repentinamente su hermana al recibir los impactos.[/FONT]
Comentarios
Un poco extraño. Nunca me han terminado de gustar este tipo de relatos y en este foro he visto unos cuantos :mad:
Saludos cordiales.
Carolina
Mi crítica tanto si es positiva o negativa suelo dar una razón, pero esconde muchas más, aunque en ocasiones sean inconscientemente :cool:
De hecho, como ya he dicho, me ha resultado "Un poco extraño" :mad: Lo que narra y su narración. Cuesta entenderlo no me ha resultado agradable su lectura Inicio y final me han llevado a unas ideas confusas. Acabas de leer diciendo ¿he entendido lo que pone? Eso me ha sucedido con este relato...
"Lolita" desde luego que tiene críticas de ser una excelente obra ¡cuánto me gustaría leerla algún día!
1- El escritor escribe mal
2 El lector no está preparado para entender la complejidad del escritor.
Yo creo que se dan las dos circunstancias, aunque ninguna como aspecto negativo.
Yo diría que el escritor cultiva un estilo no malo sino algo enrevesado, y el lector (que en este caso soy yo) no está curtido en leer este estilo Pero hay otro detalle, y es que en un relato corto es si cabe más difícil comprender un estilo que no sea muy claro.
4 Puede se que el lector no sea buena persona.
Saludos cordialísimos.:p
jajajaja puede ser
Cómo una frase que leí hace poco: "El sordo se cree que el que baila está loco"
Aún cuando todo pareciera que la intención, era matar a la serpiente.
Me gustó, las letras un poco pequeñas, y una mínima observacion:
[FONT="]Y el sonajero que soltó repentinamente (su hermana) al recibir los impactos. [/FONT]
Ya la nombras anteriormente, no hace fata aquí y le quita fuerza a la ultima frase, (quizás la más importante de todas).
Un saludo