Essien estaba cansado, muy cansado; llevaba muchos días y muchos kilómetros huyendo de la guerra y la miseria. Por fin, ya estaba enfrente de Ceuta, la ciudad española situada en la costa africana, mirando a Europa.
Aquel mismo día, un grupo de más de 200 africanos habían planeado cruzar la frontera para llegar a Europa: “la tierra de la paz y la prosperidad”. Los emigrantes querían escalar la alambrada todos al mismo tiempo y en diferentes lugares, siguiendo un sencillo plan, para dispersar a los guardias. Las campanadas de la torre del reloj fueron la señal convenida para iniciar el salto.
Essien empleó las últimas fuerzas que le quedaban para escalar los seis metros de alambrada; pero poco antes de llegar al borde superior, donde está el alambre de espino, resbaló y cayó. Desde el suelo pudo ver en el cielo a un grupo de más de 200 golondrinas volando hacia Europa, huyendo del calor y la sequía.
Comentarios
En este mundo tan injusto las aves migratorias som más libres que las personas.
Gracias por tu comentario, mi fiel lectora.
Así es. Gracias de nuevo.
Salud y ventura,
Así es. Las golondrinas pueden cruzar las fronteras.
Un saludo solidario.
Todos deberíamos ser iguales en derechos y diferentes en todo lo demás.
Gracias por tu amable comentario.