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Diario de un habitante 0.0

melquiadesmelquiades Pedro Abad s.XII
editado abril 2008 en Otros
-¡Que coño!-, grite, -Brindemos por los recuerdos, que como dijo el sabio, cualquier tiempo pasado fue anterior-.

Y atizándome de un trago mi tercer ron eructe mis lagrimas al son de Serrat y Sabina cantando “Aves de Paso”:

“A la intrépida "cholula" argentina
que en el corazón con tinta china
me tatuó "peor para el sol"...

¿Qué significan las evocaciones cuando las acompañan la soledad y el ron?.

Quizás solo sean desahogos de un alma agotada que grita su fatiga con acordes trazados por un reproductor de MP3:

“No hay nada más bello
que lo que nunca he tenido
nada mas amado
que lo que perdí.
perdóname si
hoy busco en la arena
una luna llena
que arañaba el mar...”

Y como telón de fondo los latidos agoreros del que siempre discursa con lo mismo:

Pom...pom...pom...pom...pom...pom...

El heraldo de las noches de insomnio a la luz del hielo tintineando bajo el influjo del humo de una barrita de incienso tibetano.

Pom...pom...pom...pom...pom...pom...

El relamido golpeteo rítmico de los tambores de una procesión de semana santa fuera de tiempo y lugar; Una procesión abocada a terminar en el sumidero de los lagrimales que temiéndose lo peor se contraen espasmódicamente para que la presión de la riada que se avecina les pille con el dique entreabierto.

Pom...pom...pom...pom...pom...pom...

Mas hielo, mas ron, mas silencio y más canciones para el recuerdo, para la nostalgia, para la puerta trasera abierta al callejón de la basura donde rebuscare con afán solo por el placer de encontrar lo que de ella surja. Total, el masoquismo no radica en el recuerdo que me encuentre, se aloja en el mismo movimiento de conciencia que me lleva a abrir esa puerta de atrás.

El incienso se termino, esta vez pondré dos barras en lugar de una... ¡Lastima no fumar!. Me hacia un peta de maría bien a gusto.

¿Qué sucedió con el ultimo vaso?, esta vacío. Cierro los ojos y aprieto el botón de rebobinar.

¡Ah!, ya veo, me lo bebí mientras encendía la chimenea utilizando troncos de enamoramiento hecho serrín y comprimido en tocones marrones que aun conservan, aunque un poco rancio y leve, el aroma de la madera que fueron.
¡Que casualidad!. “Dos pájaros de un tiro” se han confabulado con mi borrachera para confeccionar la banda sonora de mis experiencias recientes y han comenzado a cantar “a la orilla de la chimenea”:

“Puedo ponerme cursi y decir
que tus labios me saben igual que los labios
que beso en mis sueños.
Puedo ponerme triste y decir
que me basta con ser tu enemigo, tu todo,
tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.
Y si quieres también
Puedo ser tu estación y tu tren,
Tu mal y tu bien
Tu pan y tu vino,
Tu pecado, tu Dios tu asesino...
O tal vez esa sombra
Que se tumba a tu lado en la alfombra
A la orilla de la chimenea
A esperar que suba la marea.”.

¿Y tengo que matar mi cinismo con alcohol o secar mis lagrimas con papel elefante?.

Es bonito estar enamorado por que te lo crees todo. Lo malo viene con el despertar.

Naturalmente que habrá quien viva empapelando de rosa su decorado, y esta bien, pero prefiero aceptar que la realidad es subjetiva y que todas son validas, es decir, que la mía también pertenece al reino de los vivos.

Si yo no trato de convencer a nadie de que el escepticismo es un valor tan coherente como la fe, ¿por qué cojones me cuelgan el sambenito de raro por no pensar como la manada?.
No creo que haga daño a nadie poniendo un pie en el cielo cuando una mirada me transporta al nirvana de la saciedad opulenta de los sentidos, ni tampoco poniendo el otro en la tierra cuando un desengaño me recuerda que el infierno es creer que el presente vale para todo.

El amor y el odio. Cielo e infierno...

Ayer escuche una frase que me gusto y casi me reconcilia con su autor, personaje inefable para mis cortas entendederas al cual solo le mantengo el respeto imprescindible que un ser humano ha de regalar a otro por el mero hecho de serlo.
Decía que le escuche una frase, quizás parida por su mente o quizás encontrada en el baño de un bar (vaya usted a saber), la cual decía así:

“El diablo no existe. Es Dios que se disfraza cuando tiene que hacer algo políticamente incorrecto”.

¿Qué a que viene esta reflexión tirada a la moqueta de este escrito sin ton ni son?. Pues a nada... ¿desde cuando tiene sentido lo que escribo?... ¡Estaríamos buenos!.

¿Otra vez vacío el vaso?. Esto empieza a olerme mal, a chamusquina, no sé, como a borrachera tonta y rebuznante... pero mañana tengo partido y no puedo ir resacoso...

¡Que cojones!...¡Camarero!, otro ron.

Y como el barman soy yo me lo sirvo doble y con limón exprimido, que aun soy capaz de coordinar lo suficiente para exprimirlo.

¿Por donde iba?... ¡A, sí!. Por el sueño de una noche de verano que tuve ayer. Y es que la frasecita me calo hondo, muyyyyyyyyyyy hondo.

Así que mi onírica compañera, la mujer de Morfeo a la que ya he aludido en varios relatos, se empeño en que no olvidara ni al inefable ni a su frasecita y me transporto a una enorme piscina en la que había un trampolín de diez metros.

En lo alto del trampolín había un tipo haciendo estiramientos. A sus pies, colgada del borde del trampolín y suspendida en el aire, había una enorme pancarta en la que se veía al “ojo que todo lo ve” que suele representar a Dios adornado con dos fantásticos cuernos de macho cabrio. En las paredes había enormes carteles que publicitaban libros. Entre los títulos estaban “La tournée de Dios”, de Jardiel Poncela, “Remolcando a Jehová” de James Morrow o “Carta de Dios al papá” de Sánchez Drago.

El tipo del trampolín termino de ejercitarse y se situó en el borde de la tabla. Empezó a dar leves saltitos y la elástica madera comenzó a subir y bajar impulsada por la combinación del peso del saltador con sus saltos.
Este se elevaba cada vez mas alto hasta que por fin, con un gracioso giro provocado por la inclinación hacia delante de su torso y cabeza, se dejo caer al vacío mientras su cuerpo giraba sobre si mismo en bonitos mortales.
Cuando estaba a apenas dos metros y medio de la superficie del agua se estiro, poniendo las manos por delante de su cabeza, y pronuncio una palabra que resonó más en el interior de mi cabeza que en el aire:

¡AHORA!

Y justo en el momento en el que hería la piel del agua como una flecha hiere la piel de un luchador en la batalla, esta se transformo en vino.

Al salir a la superficie una risotada surgió de su garganta mientras trasegaba ingentes cantidades del vino que llenaba la piscina en lugar del agua que había antes.

La mujer de Morfeo, que se había transformado de tétrica amazona en virgen bestal, le acerco un manto y le regaño, recordándole que esa noche era la de la ultima cena y que tenia que estar sobrio para transformarse en espíritu santo y bajar a presidirla.

En ese momento sonó el despertador y salte sobre la cama abriendo los ojos de par en par.

No pude evitar sentir una mirada picara clavada en mi cogote, pero al girarme solo encontré una arruga en la almohada y una mancha de babilla, fruto sin duda de los ronquidos a los que mis oídos ya son insensibles pero que atormentan las vigilias de los gatos de mi barrio noche tras noche.

¡Las siete!. Joder, otro día a currar con mas ojeras que un elefante pasado de farlopa.

Pongo la música y mientras me ducho no puedo evitar seguir el ritmo de otra asquerosamente maravillosa canción que vuelve a cerrar el circulo que me llevo a este estado tan lamentable de resaca impenitente abriendo el baúl de los recuerdos mientras me froto la espalda:

“Cuando estuviste conmigo,
jamás te dije mentira,
quería tenerte en mis brazos.
pero por toda la vida.

Y tu querías aventura,
tomaste muy mal camino,
ibas buscando basura
en un terreno barrido.

Yo le doy mi querer al querer
y lo doy para toda la vida.
Si quisiera vivir de placer
me buscaba un amor de cantina.
Yo le doy mi querer al querer
y lo doy para toda la vida.”

Comentarios

  • mariaelenamariaelena Francisco de Quevedo s. XVII
    editado abril 2008
    Ah..Dios mio!! Melqui..
    Estas muy enamorado...con ese relato y esa canción...me matas, tu corazón esta sangrando..., sabes me has hecho temblar..cuanto sentimiento!!!

    Excelente!!! mis felicitaciones
    y un abrazo,
  • melquiadesmelquiades Pedro Abad s.XII
    editado abril 2008
    La verdad es que ya no estoy enamorado.

    Esa fantastica fase en la que todo en la otra persona es maravilloso, inmaculado, sin defecto, perfecto... ha pasado ya.

    Ahora queda la calma despues de la tormenta y la valoracion de los sentimientos que esta produjo.

    En mi caso ha pasado un tiempo en el cual he ido recogiendo los restos del naufragio y he hecho inventario de todo lo sucedido, sentido, y de lo que queda despues. Y despues ha quedado una imagen borrosa de felicidad ficticia que produce calorcillo, pero un monton de trozos de sentimientos que con ese calorcillo arden y confortan.

    El amor, para mi, es sobre todo respeto y yo he descubierto que por encima de lo que no me gusta de ella esta lo que si. Eso me ha descubierto que seria capaz de vivir con sus defectos con tanto respeto como felicidad me dan sus virtudes. Por eso estoy seguro de amarla.

    Como habras deducido ya, para mi no es lo mismo estar enamorado que amar. Lo primero es vivir en una nube, lo segundo es compromiso.

    Un saludo

    Melquiades
  • mariaelenamariaelena Francisco de Quevedo s. XVII
    editado abril 2008
    melquiades escribió : »
    El amor, para mi, es sobre todo respeto y yo he descubierto que por encima de lo que no me gusta de ella esta lo que si. Eso me ha descubierto que seria capaz de vivir con sus defectos con tanto respeto como felicidad me dan sus virtudes. Por eso estoy seguro de amarla.

    Como habras deducido ya, para mi no es lo mismo estar enamorado que amar. Lo primero es vivir en una nube, lo segundo es compromiso.

    Melquiades

    Sabes, Melqui..me gusta esto que dices.., que razón tienes..!!!,
    "no es lo mismo estar enamorado que amar"

    gracias por compartir tu excelente cuento y esta reflexión que me nos has regalado, la tomo como por parte de mi crecimiento.

    un abrazo,

    p/d: Sabina es mi preferido. He buscado esta canción..., quiero tambien escucharla y sentir lo que siente tu protagonista...me ha hecho pensar mucho tu cuento.., cuando un relato deja reflexión en el lector -da la señal que es excelente, me ha gustado mucho.
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