Pues no se, a mi como que no (al menos una parte), en fin... es que no se cual es el chisme real, creo que Anna le ha metido mucha fantasía o seré yo.... Pronto lo sabremos
Tengo una vecina que es de lo más peculiar. La mujer trabaja cerca de donde yo lo hago y por ello suelo encontrármela en el autobús. La mujer, cuando me ve, parece haber encontrado esa chispa de la vida de la que hablan. Se coloca a mi lado y empieza su cháchara: que si mi vecina esto, que si su hijo aquello, el marido de fulanita hizo tal cosa, a menganita la vieron en tal sitio… En fin, un recorrido “muy entretenido” el que me hace llevar la señora.
Hace ya bastante tiempo que trato de darle esquinazo. Si ella se monta en un autobús, yo trato de coger justo el siguiente, si ella pasa por una calle, yo intento cruzar la acera. Pero es sorprendente lo que ella logra. Mágicamente, mi vecina siempre está en mi autobús, siempre camina por mi acera y además, aunque sé que el tiempo y la distancia lo hacen imposible, la gachona siempre, siempre está asomada a su ventana, con ese visillo típico, que parece ocultar su mirada, aunque su visión es tridimensional.
Demasiado increíble para ser cierto, hoy por hoy la miro con respeto. Esa mujer es sin duda admirable, uno de esos especímenes dignos del mejor programa de asuntos paranormales.
Anna
Mi vecina que es de lo más peculiar. La mujer trabaja cerca de donde mi trabajo y por eso suelo encontrármela en el autobús. La mujer, cuando me ve, parece haber encontrado esa chispa de la vida de la que hablan. Se coloca a mi lado y empieza su cháchara: que si mi vecina esto, que si su hijo aquello, el marido de fulanita hizo tal cosa, a menganita la vieron en tal sitio… En fin, un recorrido “muy entretenido” el que me hace llevar la señora.
Hace ya bastante tiempo que trato de darle esquinazo. Si ella se monta en un autobús, yo trato de coger justo el siguiente, si ella pasa por una calle, yo intento cruzar la acera. Pero es sorprendente lo que ella logra. Mágicamente, mi vecina siempre está en mi autobús, siempre camina por mi acera y además, aunque sé que el tiempo y la distancia lo hacen imposible, la gachona siempre, siempre está asomada a su ventana, con ese visillo típico, que parece ocultar su mirada, aunque su visión es tridimensional.
Demasiado increíble para ser cierto, hoy por hoy la miro con respeto. Esa mujer es sin duda admirable, uno de esos especímenes dignos del mejor programa de asuntos paranormales. Eso no es lo mas impactante, cierta mañana que se sento a mi lado, ella baja un par de cuadras antes que yo, en el asiento se olvidó una revista, le grite pero no me escuchó.
Al día siguiente como era sábado y no nos encontraríamos en el coche, decido ir hasta su casa, toco el timbre un par de veces y me atiende un hombre viejecito, le pregunto por la señora, le cuento que ella se olvidó de la revista en el bus, el hombre me mira pasmado como si hubiese visto un fantasma, ahi mismo tengo que sostenerlo porque casi se cae. Lo llevo hasta el sillón y ahi comienza lo fantasmagórico.
El me cuenta que es imposible ya que su esposa falleció hace diez años, yo sin saber que decir le digo que es imposible que el día anterior la vi, que viajamos todas las mañanas. El me muestra su retrato y yo asisto que si que es ella.
No lo podía creer, salgo como loca de la casa sin rumbo fijo. Llego hasta la plaza de la vuelta de la esquina y me siento en un banco, pasmada de lo que me había enterado. Desde ese día le pedí a una compañera del trabajo que tomaba la misma dirección que pasara por mi. El bus no lo tome mas por las dudas si me encontrará otra vez con mi vecina...
Dimiga
Tengo una vecina que trabaja cerca donde yo trabajo, así que casi todos los días la encuentro en el bus cuando voy a cumplir con mi obligación. El camino es de lo más entretenido, pues ella no para de hablar de todo el mundo y de contarme sus aventuras. No es lo mejor para empezar la mañana, pero lo cierto es que sin querer queriendo me se la obra y milagros de todos mis vecinos y más aún de la vida familiar de mi querida interlocutora.
Lo curioso del caso es que por más que lo he intentando siempre me topo con ella en el bus, he cambiado horario de trabajo y coincidencialmente me topo con ella igual, es como si me siguiera, aunque la charla se ha vuelto hasta interesante.
Sin embargo, hace poco se dejó en el bus una revista, la llame para entregársela pero parece que no me escucho, al día siguiente como era sábado no la vi más, así que arrime a su casa a entregársela y me abre un señor mayor, cuando le pregunto por la señora, me dice que ella no esta allí, que murió hace 10 años. Le digo: “no es posible ayer y toda la semana o mejor dicho, todos los días desde que me mude me encuentro con ella en el bus y por donde trabajo, como me va a decir que esta muerta.
El señor me hace entrar a su casa, me muestra su foto y efectivamente es la vecina, la que veo a todas horas cuando voy a trabajar. Me quedó algo pasmada, por no decir que he dejado al señor bastante colocado. Y me voy a casa a meditar la situación. Algo asustada, debo confesar, por lo que llamó a una compañera y le pido que me recoja para trabajar, tengo susto de encontrarme de nuevo con la mujer, lo confieso soy algo cobarde, aunque también es cierto que me gustaría saber que quiere… pero no se si pueda llegar a preguntárselo…
Amparo
Todos los días al ir al trabajo siempre se encontraba con la misma persona en el bus, lo cual le hacía más ameno el trayecto pues estas señora se sabía obra y milagros de todo el mundo, lo raro era que así cambiara el horario, por la tarde o por la mañana siempre coincidía con ella, por lo tanto vivía de lo más de bien informada, hasta un día que la señora despistada dejó olvidado algo en su asiento, como era viernes no se varían hasta el lunes, por lo tanto ella decidió ir a dejárselo en su casa, allí le abrió un señor que le dijo que la tal señora hacía rato se había ido para no volver jamás, no puede ser le dijo ella, si todos estos día he estado conversando con ella, será que usted le daba mala vida y por eso ella se quiere hacer la desaparecida, no, le dijo el señor al decir que no está es porque se murió hace años ya y le mostró fotos de ellas, por lo tanto que sale de allí con los pelos de punta, no puede ser que todo ese tiempo hubiera estado hablando con un fantasma.
Por poco y queda de manicomio, ya necesitaba compañía para ir al trabajo, pues no quería que se le volviera acercar su fantasmal amiga, aunque sentía curiosidad por saber que quería de ella, pero no se sentía con la suficiente valentía para enfrentarla de nuevo, a lo mejor le quería dejar a su marido de herencia.
Claro, cuando leo el tuyo (Mirsa) digo, que normal, claro le pasa a todo el mundo. Pero la fantasía que se ha inventado doña Anna, nos deja :eek: jajaja
pero si tenias el telefonazo listo, aun se lo puedes mandar a dimiga que seguro ella te hace un huequito, siempre es divertido la visión que le das a ellos.;):):p
Como que andamos más varados que puta en viernes santo, vamos a ver si nos animamos un poquito, el que no pueda que diga y se sigue con el siguiente;):p:)
Comentarios
Tengo una vecina que es de lo más peculiar. La mujer trabaja cerca de donde yo lo hago y por ello suelo encontrármela en el autobús. La mujer, cuando me ve, parece haber encontrado esa chispa de la vida de la que hablan. Se coloca a mi lado y empieza su cháchara: que si mi vecina esto, que si su hijo aquello, el marido de fulanita hizo tal cosa, a menganita la vieron en tal sitio… En fin, un recorrido “muy entretenido” el que me hace llevar la señora.
Hace ya bastante tiempo que trato de darle esquinazo. Si ella se monta en un autobús, yo trato de coger justo el siguiente, si ella pasa por una calle, yo intento cruzar la acera. Pero es sorprendente lo que ella logra. Mágicamente, mi vecina siempre está en mi autobús, siempre camina por mi acera y además, aunque sé que el tiempo y la distancia lo hacen imposible, la gachona siempre, siempre está asomada a su ventana, con ese visillo típico, que parece ocultar su mirada, aunque su visión es tridimensional.
Demasiado increíble para ser cierto, hoy por hoy la miro con respeto. Esa mujer es sin duda admirable, uno de esos especímenes dignos del mejor programa de asuntos paranormales.
Anna
Mi vecina que es de lo más peculiar. La mujer trabaja cerca de donde mi trabajo y por eso suelo encontrármela en el autobús. La mujer, cuando me ve, parece haber encontrado esa chispa de la vida de la que hablan. Se coloca a mi lado y empieza su cháchara: que si mi vecina esto, que si su hijo aquello, el marido de fulanita hizo tal cosa, a menganita la vieron en tal sitio… En fin, un recorrido “muy entretenido” el que me hace llevar la señora.
Hace ya bastante tiempo que trato de darle esquinazo. Si ella se monta en un autobús, yo trato de coger justo el siguiente, si ella pasa por una calle, yo intento cruzar la acera. Pero es sorprendente lo que ella logra. Mágicamente, mi vecina siempre está en mi autobús, siempre camina por mi acera y además, aunque sé que el tiempo y la distancia lo hacen imposible, la gachona siempre, siempre está asomada a su ventana, con ese visillo típico, que parece ocultar su mirada, aunque su visión es tridimensional.
Demasiado increíble para ser cierto, hoy por hoy la miro con respeto. Esa mujer es sin duda admirable, uno de esos especímenes dignos del mejor programa de asuntos paranormales. Eso no es lo mas impactante, cierta mañana que se sento a mi lado, ella baja un par de cuadras antes que yo, en el asiento se olvidó una revista, le grite pero no me escuchó.
Al día siguiente como era sábado y no nos encontraríamos en el coche, decido ir hasta su casa, toco el timbre un par de veces y me atiende un hombre viejecito, le pregunto por la señora, le cuento que ella se olvidó de la revista en el bus, el hombre me mira pasmado como si hubiese visto un fantasma, ahi mismo tengo que sostenerlo porque casi se cae. Lo llevo hasta el sillón y ahi comienza lo fantasmagórico.
El me cuenta que es imposible ya que su esposa falleció hace diez años, yo sin saber que decir le digo que es imposible que el día anterior la vi, que viajamos todas las mañanas. El me muestra su retrato y yo asisto que si que es ella.
No lo podía creer, salgo como loca de la casa sin rumbo fijo. Llego hasta la plaza de la vuelta de la esquina y me siento en un banco, pasmada de lo que me había enterado. Desde ese día le pedí a una compañera del trabajo que tomaba la misma dirección que pasara por mi. El bus no lo tome mas por las dudas si me encontrará otra vez con mi vecina...
Dimiga
Tengo una vecina que trabaja cerca donde yo trabajo, así que casi todos los días la encuentro en el bus cuando voy a cumplir con mi obligación. El camino es de lo más entretenido, pues ella no para de hablar de todo el mundo y de contarme sus aventuras. No es lo mejor para empezar la mañana, pero lo cierto es que sin querer queriendo me se la obra y milagros de todos mis vecinos y más aún de la vida familiar de mi querida interlocutora.
Lo curioso del caso es que por más que lo he intentando siempre me topo con ella en el bus, he cambiado horario de trabajo y coincidencialmente me topo con ella igual, es como si me siguiera, aunque la charla se ha vuelto hasta interesante.
Sin embargo, hace poco se dejó en el bus una revista, la llame para entregársela pero parece que no me escucho, al día siguiente como era sábado no la vi más, así que arrime a su casa a entregársela y me abre un señor mayor, cuando le pregunto por la señora, me dice que ella no esta allí, que murió hace 10 años. Le digo: “no es posible ayer y toda la semana o mejor dicho, todos los días desde que me mude me encuentro con ella en el bus y por donde trabajo, como me va a decir que esta muerta.
El señor me hace entrar a su casa, me muestra su foto y efectivamente es la vecina, la que veo a todas horas cuando voy a trabajar. Me quedó algo pasmada, por no decir que he dejado al señor bastante colocado. Y me voy a casa a meditar la situación. Algo asustada, debo confesar, por lo que llamó a una compañera y le pido que me recoja para trabajar, tengo susto de encontrarme de nuevo con la mujer, lo confieso soy algo cobarde, aunque también es cierto que me gustaría saber que quiere… pero no se si pueda llegar a preguntárselo…
Amparo
Todos los días al ir al trabajo siempre se encontraba con la misma persona en el bus, lo cual le hacía más ameno el trayecto pues estas señora se sabía obra y milagros de todo el mundo, lo raro era que así cambiara el horario, por la tarde o por la mañana siempre coincidía con ella, por lo tanto vivía de lo más de bien informada, hasta un día que la señora despistada dejó olvidado algo en su asiento, como era viernes no se varían hasta el lunes, por lo tanto ella decidió ir a dejárselo en su casa, allí le abrió un señor que le dijo que la tal señora hacía rato se había ido para no volver jamás, no puede ser le dijo ella, si todos estos día he estado conversando con ella, será que usted le daba mala vida y por eso ella se quiere hacer la desaparecida, no, le dijo el señor al decir que no está es porque se murió hace años ya y le mostró fotos de ellas, por lo tanto que sale de allí con los pelos de punta, no puede ser que todo ese tiempo hubiera estado hablando con un fantasma.
Por poco y queda de manicomio, ya necesitaba compañía para ir al trabajo, pues no quería que se le volviera acercar su fantasmal amiga, aunque sentía curiosidad por saber que quería de ella, pero no se sentía con la suficiente valentía para enfrentarla de nuevo, a lo mejor le quería dejar a su marido de herencia.
Amparo...........Mirsa
Mirsa..............Dimiga
Dimiga............Anna
Anna.............Espiritu
Espiritu..........Fantasma:eek:
Y alguno más que se quiera meter al chismorreo:p:)
Ahora una sugerencia, el que no pueda cumplir con el telefonazo avise, gracias!!!:cool::D