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  • ¡Bienvenido a bordo!
    13 de mayo
  • Guolquer y milky31 ingresado.
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    12 de mayo
  • Kawatibam ingresado.
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    11 de mayo
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    3 de mayo
  • Emmmanon ingresado.
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    30 de abril
  • Hola, soy Perlu, por cosas de la vida hace tiempo que dejé de leer libros...digamos lúdicos. 
    y voy a retomar la lectura. ¿qué me podéis decir de Los lenguajes de la verdad de Salman Rushdie?
    27 de abril
  • Perlu ingresado.
    ¡Bienvenido a bordo!
    27 de abril
  • SONETO ÍNTIMO

    … de la ingente cascada de la vida

    - donde es la libertad, y en que es el vuelo -

    tomo y pulso las fuerzas con que anhelo

    librar esta batalla enceguecida;

    … rota está la verdad, su luz uncida,

    preso el atardecer, herido el cielo;

    la sangre con que clamo rasga el velo

    cual nieve sideral y enardecida;

    … no es tormento caer en ardua guerra,

    ni el llanto al que el espíritu se aferra,

    si el instante a su edad le arranca un grito;

    … y ungiéndome el valor que necesito,

    aquí en el corazón, la mente encierra,

    la lanza con que hender el infinito.

    ***

    Antonio Justel/Orión de Panthoseas

    [“Todos los fuegos”- htps://amzn.eu/d/1vWd028]

    ***


    19 de abril
  • CabaretSartre ingresado.
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    19 de abril
  • elparaisostudio ingresado.
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    17 de abril
  • JaviRage ingresado.
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    16 de abril
  • ¡Bienvenido a bordo!
    14 de abril
    • Prado_Primitivo
      Prado_Primitivo
      hola.
      Es un gusto formar parte del foro, gracias por recibirme.:)
  • Desde muy pequeña, cuando comenzaba a conocerme con la ansiedad, mi abuela me enseño que escribir podía ser una gran herramienta para descargar emociones, sensaciones, miedos y dudas. Despues de años, se convirtió en mi mejor amiga, hoy me animo a sumergirme aún más en el mundo de la lectoescritura.  
    Comence a escribir sobre mi y mi historia de vida, y me gustaria compartirla con el mundo...
    14 de abril
  • ¡Bienvenido a bordo!
    13 de abril
  • maria025 ingresado.
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    7 de abril
  • AaronArrospide ingresado.
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    2 de abril
  • Ojos azules
    Veo tus bellos ojos azules que combinan con las bellas playas cartageneras. Tu sonrisa ilumina más que el sol de medio día que tanto me da calor. 
    Nuestro paseo por el centro histórico es glorioso. Lleno de amor no correspondido. Desde el primer instante en el que te ví, me puse la meta de salir contigo alguna vez. Hoy fue el gran día. 
    Tu bello cabello rizado y mono encaja con el atardecer en las murallas. Viendo cómo tu sonrisa no deja de iluminarse incluso cuando el sol se está escondiendo completamente. 
    Llegada la noche, empezamos a bailar como si tuviésemos un idilio perfecto. Nos deteníamos en cada esquina del laberíntico centro donde abunda la porquería y la drogadicción. Éramos como una contradicción para la Sodoma donde habitamos.
    Tus coquetas miradas y las veces que me tirabas besos hacían que se me agotara la paciencia por tí esperando. Sonaba de fondo la parte de idilio "Que a besos yo te levante al rayar el día y que el idilio perdure siempre al llegar la noche y cuando venga la aurora llena de goce se fundan en una sola tu alma y la mía" mientras me sonreias.
    Nos vamos caminando hasta tu hogar para cerrar la noche con el postre. Llegada a la puerta de tu casa, empiezas a besarme mientras me quitabas la camisa. Por fin se cumplirá nuestro idilio. Te detienes como si fueses puesto freno de mano a nuestra carrera tan acelerada. Me das un último beso y tocas la puerta de tu casa. Abre un hombre de unos treinta años. Al parecer es tu esposo. 
    El hombre me mira raro mientras te abraza. Pregunta que pasó con mi camisa y le respondes que se te mojó porque un loco me había tirado de su chamber en mi prenda. El no hace más preguntas y se va, quizá a dormir. Tú, cómo si yo fuese un desconocido más de tu vida, me cierras la puerta en la cara.
    Espero que nuestro idilio perdure siempre en tu cabeza
    28 de marzo
  •  :) 
    27 de marzo
  • Daina ingresado.
    ¡Bienvenido a bordo!
    27 de marzo
  • ¡Bienvenido a bordo!
    22 de marzo
  • Apuesta Perdida - Capítulo 1

    Lima olía a cigarro barato, gasolina y desesperación. Era un aroma que se pegaba a la piel, como la humedad pegajosa que subía del pavimento caliente.

    El ventilador de mi oficina hacía un ruido asmático. No refrescaba nada, pero me hacía sentir menos solo. Afuera, en el pasillo, alguien subió las escaleras con pasos rápidos. Mujer. Tacones gastados. Nerviosa.

    Golpearon la puerta.

    —Está abierto.

    Entró. Cuarenta y tantos, ropa buena pero desgastada. Perfume caro, pero aplicado con prisa. Ojos rojos de llorar.

    —Señor Fitzgerald...

    —Mark.

    Se frotó las manos. Dudaba. Clásico.

    —Me dijeron que usted... que usted puede ayudarme.

    —Depende.

    Sacó una foto. Un muchacho de no más de veinte años, delgado, sonriendo como si la vida todavía no lo hubiera mordido.

    —Mi hijo. Desapareció hace tres días.

    No toqué la foto.

    —¿Policía?

    —No están haciendo nada.

    —¿Por qué?

    Bajó la mirada.

    —Matías... Matías se metió en problemas.

    —¿Qué clase de problemas?

    Silencio.

    Mi don no es exacto. No puedo leer mentes. No puedo escarbar pensamientos como un libro abierto. Pero las emociones... las emociones son otra cosa. Se sienten en el aire, como el olor a lluvia antes de que caigan las primeras gotas.

    Miedo. Culpa.

    No estaba contando todo.

    —Dígame la verdad.

    Ella apretó los labios.

    No lo haría. No sin ayuda.

    Deslicé la corriente sutil de mi habilidad, un empujón suave en su angustia. Confianza. Seguridad. "Puedes decirme lo que realmente pasó".

    Tembló un poco.

    —Él... él apostaba.

    —¿Apuestas?

    Asintió rápido.

    —¿Mucho dinero?

    —Demasiado.

    Otra mentira. O, al menos, una verdad a medias.

    Apreté el puño sobre la mesa. Otro empujón. Esta vez más profundo.

    Sentí cómo su mente se abría. No con palabras, no con pensamientos, sino con emociones.

    El frío del miedo. La presión de la culpa. Y debajo de todo eso, una imagen. Borrosa. Un rincón oscuro de la ciudad, paredes sucias, risas peligrosas en un idioma que no era el suyo.

    Cabello oscuro. Ojos afilados. Tatuajes. Sonrisas que escondían colmillos.

    Elfos oscuros.

    No sé si ella me lo dijo en voz alta. No sé si lo supe por instinto. No sé si mi mente lo fabricó.

    Pero ahí estaba.

    La sensación de peligro, de algo acechando en los túneles bajo la ciudad.

    La miré.

    —¿Quién le prestó el dinero?

    Sus labios se movieron, pero la respuesta no salió.

    La dejé ir.

    Cuando la puerta se cerró tras ella, me quedé solo con la foto de Matías y el sabor amargo de la verdad que no había querido decir.

    No necesitaba que me lo dijera. Ya sabía quién estaba detrás.


    23 de marzo
  • IRRUPCIÓN DEL AMOR

    … voraz, veloz e inaprehensible viene y surge en luz y guerra
    un pálpito de amor;
    y así, ingente, sin aviso abre puertas, remueve, incendia y derriba entablamentos,
    enloquece sangres y marcha cual dios que hubiese de crear un universo
    sin divinas ciencias, sin faz ni magnitud;
    ¡ y ay, ay de mí las veces que lo oí…!
    … y el pecho es ante él cebolla blanca, miel o cera, ámbar, y pétalos de azafrán los ojos,
    mostrándose el mar cual flanco absolutamente abrasador, sin piedad ni ley;
    por tanto, cuando de pronto se ausenta o desaparece y queda el corazón entre sierpes y sombras,
    entre cuchillos y harapos, y pregunta o maldice el porqué de las horas y las noches de plomo,
    ah, entonces, vaciado el cuerpo, comido o dañado,
    todo en él se torna - cual ya hemos dicho - voraz, veloz e incomprensible, una lóbrega guarida
    de sierpes y de sombras, de harapos tiznados y cuchillos;
    y ay, ay de mí, las veces que hube de morir de frío por eones, edades y épocas,
    ay, ay de mí;
    ... y miradme, miradme hoy,
    mis iris son, aún, de mármol y canela.
    ***
    Antonio Justel Rodriguez/Orión de Panthoseas
    [Publ. “Todos los fuegos”: Casa del libro – Amazon]
    ***

    20 de marzo


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