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Comentarios

  • juanchojuancho Francisco de Quevedo s. XVII
    Nací de honesta madre: diome el cielo
    fácil ingenio en gracias afluente;
    dirigir supo el ánimo inocente
    a la virtud el paternal desvelo.
    Con sabio estudio, infatigable anhelo,
    pude adquirir coronas a mi frente;
    la corva scena resonó en frecuente
    aplauso, alzando de mi nombre el vuelo.
    Dócil, veraz, de muchos ofendido,
    de ninguno ofensor, las musas bellas
    mi pasión fueron, el honor mi guía.
    Pero si así las leyes atropellas,
    si para ti los méritos han sido
    culpas, a dios, ingrata patria mía.

    Leandro Fernández de Moratín
  • juanchojuancho Francisco de Quevedo s. XVII

    Blanco tu uniforme y qué rosada

    tu piel.

    Entonces tus vísceras deben ser azules, doctora.

                                 Eres nuestra reina.

    Los enfermos estiramos las manos atribuladas

    hacia ti, en triste cortejo.

    Queremos tocarte cuando cruzas los pasillos,

    altiva,

    docta, saludable, oh sí, saludable,

    con tus vísceras azules.

     

    Imaginamos a los doctores a salvo de nuestros males,

    pero si el conocimiento no te exime

    y también te mueres, serías una bella

    muerta. Tienes

    nariz alta, boca

    que cierra bien, que se sella,

    párpados tersos, largo cuerpo para ser tendido

                               voluptuoso

    sobre una mesa de hierba.

    También así serías nuestra reina

    y seguiríamos estirando las manos

                            ya tranquilas y con flores

    hacia ti, nuestra última señal de gozo.


    José Watanabe

  • juanchojuancho Francisco de Quevedo s. XVII
    América,
    no puedo escribir tu nombre sin morirme.
    Aunque aprendí de niño,
    no me salen derechos los renglones;
    a cada sílaba tropiezo con cadáveres,
    detrás de cada letra encuentro un hombre ardiendo,
    y no puedo ni cerrar la a
    porque alguien grita como si se quedara dentro.

    Vengo del Odio,
    vengo del salto mortal de los balazos;
    está mi corazón sudando pumas:
    sólo oigo el zumbido de la pena.

    Yo atravesé negras gargantas,
    crucé calles de pobreza,
    América, te conozco,
    yo mismo tendí la cama
    donde expiró mi vida vacía.

    Yo tenía dieciocho años
    yo vivía
    en un pueblo pequeño,
    oyendo el diálogo de musgo de las tardes,
    pero pasó mi patria cojeando,
    los ahogados empezaron a pedir más agua,
    salían de mi boca escarabajos.
    Sordo, oscuro, batracio, desterrado,
    ¡era yo quien humeaba en las cocinas!

    ¡Amargas tierras,
    patrias de ceniza,
    no me entra el corazón en traje de paloma!
    ¡Cuando veo la cara de este pueblo
    hasta la vida me queda grande!

    ¡Pobre América!
    En vano los poetas
    deshojan ruiseñores.
    No verán tu rostro mientras no se atrevan
    a llamarte por tu nombre, ¡América mendiga,
    América de los encarcelados,
    América de los perseguidos,
    América de los parientes pobres!
    ¡Nadie te verá si no deshacen
    este nudo que tengo en la garganta!

    Manuel Scorza
  • Mujeres


    La primera vez que di con el Mujeres de Bukowski tenía sobre 18 años

    Fue en la vieja biblioteca pública

    Lo vi ahí

    Entre los estantes

    Con su color verde chillón

    Mezclado entre librejos de todas clases

    Fue como algo ignominioso

    Yo nunca había frecuentado esos sitios

    Y me pareció que todo el posible decoro que esta pequeña biblioteca de pueblo pudiera tener

    Se iba al traste con aquel hallazgo

    Me gustó la idea

    Leí el principio

    Leí el final

    Y por supuesto no me lo llevé

    Me dejó la sensación de ser un triste canto redentor

    O algo así

    Pero el libro seguía ahí

    En los anaqueles de medio mundo

    Y no fue hasta unos diez años después que me decidí a asirlo

    Mi vida para entonces ya había dado varios vuelcos

    Y lo compré

    En el libro encontré cosas buenas

    Al fin y al cabo no era un canto redentor

    O no simplemente

    El caso es que me lo pasé bien

    Y se deducía de todo ello que tan solo se trataba del sentir sincero de un autor

    Algo que se me hizo ameno y no le di mayor trascendencia

    Pero es eso que sucede con las grandes obras

    Que con el tiempo fermentan en la conciencia

    Y es como si los hechos de tu vida fuesen a retrotraerlas

    Pues bien

    Hace escasos 3 años

    Por pura ociosidad lo volví a coger

    Empezó a revelarme más de lo que me hubiera gustado

    Y entonces pasó que me enamoré

    Las páginas de este libro seguían hablando

    Y llegó un punto en que no quise escuchar más

    Mi relación resultó ser un fraude un par de años más tarde

    Ahora pienso que si no hubiese abandonado ese libro tal vez me habría dado cuenta antes

    Pero qué hacer cuando las campanas se disparan

    Hoy, como se relata en uno de los pasajes del libro muy bien

    Me siento satisfecho de estar fuera de eso que vuelve a la gente suspicaz y arrogante

    El amor


  • juanchojuancho Francisco de Quevedo s. XVII

    El cuento es muy sencillo

    usted nace

    contempla atribulado

    el rojo azul del cielo

    el pájaro que emigra

    el torpe escarabajo

    que su zapato aplastará

    que su zapato aplastará

    valiente

    usted sufre

    reclama por comida

    y por costumbre

    por obligación

    llora limpio de culpas

    extenuado

    hasta que el sueño lo descalifica

    usted ama

    se transfigura y ama

    por una eternidad tan provisoria

    que hasta el orgullo se le vuelve tierno

    y el corazón profético

    se convierte en escombros

    usted aprende

    y usa lo aprendido

    para volverse lentamente sabio

    para saber que al fin el mundo es esto

    en su mejor momento una nostalgia

    en su peor momento un desamparo

    y siempre siempre

    un lío

    entonces

    usted muere.


    Mario Benedetti

  • juancho dijo:

    El cuento es muy sencillo

    usted nace

    contempla atribulado

    el rojo azul del cielo

    el pájaro que emigra

    el torpe escarabajo

    que su zapato aplastará

    que su zapato aplastará

    valiente

    usted sufre

    reclama por comida

    y por costumbre

    por obligación

    llora limpio de culpas

    extenuado

    hasta que el sueño lo descalifica

    usted ama

    se transfigura y ama

    por una eternidad tan provisoria

    que hasta el orgullo se le vuelve tierno

    y el corazón profético

    se convierte en escombros

    usted aprende

    y usa lo aprendido

    para volverse lentamente sabio

    para saber que al fin el mundo es esto

    en su mejor momento una nostalgia

    en su peor momento un desamparo

    y siempre siempre

    un lío

    entonces

    usted muere.


    Mario Benedetti

    Mola
  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV
    Navuk dijo:

    Mujeres


    La primera vez que di con el Mujeres de Bukowski tenía sobre 18 años

    Fue en la vieja biblioteca pública

    Lo vi ahí

    Entre los estantes

    Con su color verde chillón

    Mezclado entre librejos de todas clases

    Fue como algo ignominioso

    Yo nunca había frecuentado esos sitios

    Y me pareció que todo el posible decoro que esta pequeña biblioteca de pueblo pudiera tener

    Se iba al traste con aquel hallazgo

    Me gustó la idea

    Leí el principio

    Leí el final

    Y por supuesto no me lo llevé

    Me dejó la sensación de ser un triste canto redentor

    O algo así

    Pero el libro seguía ahí

    En los anaqueles de medio mundo

    Y no fue hasta unos diez años después que me decidí a asirlo

    Mi vida para entonces ya había dado varios vuelcos

    Y lo compré

    En el libro encontré cosas buenas

    Al fin y al cabo no era un canto redentor

    O no simplemente

    El caso es que me lo pasé bien

    Y se deducía de todo ello que tan solo se trataba del sentir sincero de un autor

    Algo que se me hizo ameno y no le di mayor trascendencia

    Pero es eso que sucede con las grandes obras

    Que con el tiempo fermentan en la conciencia

    Y es como si los hechos de tu vida fuesen a retrotraerlas

    Pues bien

    Hace escasos 3 años

    Por pura ociosidad lo volví a coger

    Empezó a revelarme más de lo que me hubiera gustado

    Y entonces pasó que me enamoré

    Las páginas de este libro seguían hablando

    Y llegó un punto en que no quise escuchar más

    Mi relación resultó ser un fraude un par de años más tarde

    Ahora pienso que si no hubiese abandonado ese libro tal vez me habría dado cuenta antes

    Pero qué hacer cuando las campanas se disparan

    Hoy, como se relata en uno de los pasajes del libro muy bien

    Me siento satisfecho de estar fuera de eso que vuelve a la gente suspicaz y arrogante

    El amor



    ¿De tu autoría? 
  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV
    editado febrero 2023

    Aunque yo lo olvide todo

    que mi palabra no olvide
    pelear por su utilidad:

    como cuando mi madre
    poco antes de morir
    agarró mi brazo
    y me dijo al oído:
    “de una casa sin alegría
    hay que salir corriendo.”

    No sé si recordaba que yo era su hija.
    No sé si sabía su propio nombre.
    Por eso sé que sus palabras
    eran la palabra de Dios.


    Ana Pérez Cañamares

  • juanchojuancho Francisco de Quevedo s. XVII

    Cierta gente

    Cierta gente huyendo de otra gente.
    En cierto país bajo el sol
    y bajo ciertas nubes.
    Dejando atrás sus todos respectivos,
    campos sembrados, ciertas gallinas, perros,
    espejos en los que ahora sólo el fuego se contempla.
    Llevan a la espalda hatillos y cántaros
    día tras día más pesados, cuanto más vacíos.
    El agotamiento de alguien tiene lugar en silencio,
    el arrancamiento a alguien de su pan en el tumulto
    y el acunamiento del niño muerto de alguien.
    Ante ellos un incesante «por aquí no»,
    no es ése el puente que necesitan
    sobre un río extrañamente rosado.
    Alrededor unos disparos, a veces más cerca, a veces más lejos,
    en lo alto un avión que parece dar vueltas.


    Vendría bien alguna invisibilidad,
    alguna oscura pedregosidad,
    y aún mejor un no-haber-sido
    por un tiempo breve o incluso largo.
    Alto todavía ocurrirá, pero dónde y qué.
    Alguien saldrá a su encuentro, pero cuándo, quién,
    desempeñando qué papel y con qué intenciones.
    Si tiene elección,
    quizás no quiera ser un enemigo
    y los deje con cierta vida por delante.


    Wislawa Szymborska


    (traducción: David Carrión Sánchez)

  • Sarasvati dijo:
    Navuk dijo:

    Mujeres


    La primera vez que di con el Mujeres de Bukowski tenía sobre 18 años

    Fue en la vieja biblioteca pública

    Lo vi ahí

    Entre los estantes

    Con su color verde chillón

    Mezclado entre librejos de todas clases

    Fue como algo ignominioso

    Yo nunca había frecuentado esos sitios

    Y me pareció que todo el posible decoro que esta pequeña biblioteca de pueblo pudiera tener

    Se iba al traste con aquel hallazgo

    Me gustó la idea

    Leí el principio

    Leí el final

    Y por supuesto no me lo llevé

    Me dejó la sensación de ser un triste canto redentor

    O algo así

    Pero el libro seguía ahí

    En los anaqueles de medio mundo

    Y no fue hasta unos diez años después que me decidí a asirlo

    Mi vida para entonces ya había dado varios vuelcos

    Y lo compré

    En el libro encontré cosas buenas

    Al fin y al cabo no era un canto redentor

    O no simplemente

    El caso es que me lo pasé bien

    Y se deducía de todo ello que tan solo se trataba del sentir sincero de un autor

    Algo que se me hizo ameno y no le di mayor trascendencia

    Pero es eso que sucede con las grandes obras

    Que con el tiempo fermentan en la conciencia

    Y es como si los hechos de tu vida fuesen a retrotraerlas

    Pues bien

    Hace escasos 3 años

    Por pura ociosidad lo volví a coger

    Empezó a revelarme más de lo que me hubiera gustado

    Y entonces pasó que me enamoré

    Las páginas de este libro seguían hablando

    Y llegó un punto en que no quise escuchar más

    Mi relación resultó ser un fraude un par de años más tarde

    Ahora pienso que si no hubiese abandonado ese libro tal vez me habría dado cuenta antes

    Pero qué hacer cuando las campanas se disparan

    Hoy, como se relata en uno de los pasajes del libro muy bien

    Me siento satisfecho de estar fuera de eso que vuelve a la gente suspicaz y arrogante

    El amor



    ¿De tu autoría? 


    Y dejo ahora uno de Alfonsina Storni que me gusta:

    Calle

    Un callejón abierto
    entre altos paredones grises.
    A cada momento
    la boca oscura de las puertas,
    los tubos de los zaguanes,
    trampas conductoras
    a las catacumbas humanas.
    ¿No hay un calosfrío
    en los zaguanes?
    ¿Un poco de terror
    en la blancura ascendente
    de una escalera?
    Paso con premura.
    Todo ojo que me mira
    me multiplica y dispersa.
    Un bosque de piernas,
    un torbellino de círculos
    rodantes,
    una nube de gritos y ruidos,
    me separan la cabeza del tronco,
    las manos de los brazos,
    el corazón del pecho,
    los pies del cuerpo,
    la voluntad de su engarce.
    Arriba;
    el cielo azul
    aquieta su agua transparente;
    Ciudades de oro
    lo navegan.

    (Alfonsina Storni)
  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV
     
    Es un muy buen poema, @Navuk
  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV

    La familia de la rosa

    La rosa es una rosa
    Y siempre fue una rosa.
    Hoy la teoría esboza
    Que la manzana es rosa
    Y la pera, y también,
    Sospecho, la ciruela.
    Solo Dios sabe bien
    Qué más se dirá rosa.

    Tú, por cierto, eres una rosa,
    Pero jamás fuiste otra cosa.

    Robert Frost

  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    editado marzo 2023


    Madura y veinteañero


    Después de seis semanas y cinco días sin saber nada de ella,

    decidí un mal día, amenazante de lluvia, visitarla de nuevo.

    Y yo no quería ir a su casa ni tampoco verla a ella,

    porque, para mí, representaba un mazazo de agonía.

    Pero en mi pugilato interior mental,

    mis deseos dejaron KO a mi voluntad.

    Así que me inicié a caminar hacia su casa.

    ¿Acaso ella no se estaba dando cuenta?

    Evidentemente, no,

    porque, para ella, nuestra relación

    solo consistía en sexo,

    pero para mí no,

    para mí era amor.

    Lo podría definir de otras formas,

    pero la palabra más acertada es amor.

    La amaba con todos mis sentidos

    y no me importaba la diferencia de edad.

    El cielo estaba plomizo, encapotado, gris,

    como mis ojos,

    como mi expresión,

    como mi ánimo.

    Para evadirme un poco, me puse música del móvil

    y después me coloqué los auriculares.

    “Lágrimas Negras”, versionada a violín Stradivarius,

    por un joven cordobés, llamado Paco Montalvo,

    sonaba en ese justo momento.

    Precisamente, un tema acorde con mi situación.

    Aquel sabio violín hablaba y hablaba...,

    y sus cuerdas me estaban ahogando.


    Antonio Chávez López

     :) 
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    editado marzo 2023


    Lágrimas negras
    (versionada a violín por Paco Montalvo)



    LETRA

    Y aunque tú me has echado en el abandono
    Y aunque tú mataste mis ilusiones
    En vez de maldecirte con justo encono
    En mis sueños te colmo
    En mis sueños te colmo de bendiciones
    Sufro la inmensa pena de tu extravío
    Siento el dolor profundo de tu partida
    Y lloro sin que tú sepas que el llanto mío
    Tiene lágrimas negras
    Tiene lágrimas negras como mi vida
    Y aunque tú me has echado en el abandono
    Y aunque tú mataste mis ilusiones
    En vez de maldecirte con justo encono
    En mis sueños te colmo
    En mis sueños te colmo de bendiciones
    Sufro la inmensa pena de tu extravío
    Siento el dolor profundo de tu partida
    Y yo lloro sin que tú sepas que el llanto mío
    Tiene lágrimas negras
    Tiene lágrimas negras como mi vida
    Ay, en el Guadalquivir las gitanas lavan
    Los niños en las orillas viendo los barcos pasar
    Agua del limonero, agua del limonero
    Si te acaricio la cara tienes que darme un beso
    Ay, en el Guadalquivir mi gitana lavaba
    Pañuelos de blanco y oro que yo te daba, que yo te daba
    Agua del limonero, agua de limonero
    Si te acaricio la cara tienes que darme un beso
    Tú me quieres dejar, ay, ya no quiero sufrir
    Contigo me voy gitana y aunque me cueste morir
    Ay, en el Guadalquivir mi gitana lavaba
    Pañuelos de blanco y oro que yo te daba, que yo te daba
    Agua del limonero, agua de limonero
    Si te acaricio la cara tienes que darme un beso
    Tú me quieres dejar, ay, ya no quiero sufrir
    Contigo me voy gitana y aunque me cueste morir
    Tú me quieres dejar, ay, ya no quiero sufrir
    Contigo me voy gitana y aunque me cueste morir

     :)

     
  • juanchojuancho Francisco de Quevedo s. XVII
    Y Dios me hizo mujer,
    de pelo largo,
    ojos,
    nariz y boca de mujer.
    Con curvas
    y pliegues
    y suaves hondonadas
    y me cavó por dentro,
    me hizo un taller de seres humanos.
    Tejió delicadamente mis nervios
    y balanceó con cuidado
    el número de mis hormonas.
    Compuso mi sangre
    y me inyectó con ella
    para que irrigara
    todo mi cuerpo;
    nacieron así las ideas,
    los sueños,
    el instinto.
    Todo lo que creó suavemente
    a martillazos de soplidos
    y taladrazos de amor,
    las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
    por las que me levanto orgullosa
    todas las mañanas
    y bendigo mi sexo.

    Gioconda Belli
  • juanchojuancho Francisco de Quevedo s. XVII

    Acuérdate de mí

    Llora en silencio mi alma solitaria,
    excepto cuando está mi corazón
    unido al tuyo en celestial alianza
    de mutuo suspirar y mutuo amor.

    Es la llama de mi alma cual lumbrera,
    que brilla en el recinto sepulcral:
    casi extinta, invisible, pero eterna...
    ni la muerte la puede aniquilar.

    ¡Acuérdate de mí!... Cerca a mi tumba
    no pases, no, sin darme una oración;
    para mi alma no habrá mayor tortura
    que el saber que olvidaste mi dolor.

    Oye mi última voz. No es un delito
    rogar por los que fueron. Yo jamás
    te pedí nada: al expirar te exijo
    que vengas a mi tumba a sollozar.

    Lord Byron


  • juanchojuancho Francisco de Quevedo s. XVII

    Mandil blanco...

    Mandil blanco
    de la primera puesta
    de la tarde colegiala
    me llego a ti
    con mis alfabetos de agua
    y con los puros azules
    azules de mis manos
    y el azul del lápiz
    con que escribí en el viento
    mis palotas rotas

    Qué fue de aquel
    tu bolsón repleto
    de mariposas de miel y brisas

    Qué fue de aquella
    mi pizarra
    que marcó el luto de tus trenzas

    Qué fue de la embriaguez
    del vino de tus ojos
    que maduraban en el mar

    Ahora que el recuerdo
    se pone tan difícil
    vamos tomando las manos
    de la tarde -la hermanita buena-
    para jugar ronda
    en torno de la muerte

    Mandil blanco
    da para mis manos
    el frutos de un rostro.

    Oswaldo Reynoso
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    Penas y alegrías del amor



    (De Rafael de León
    Recita Paco Valladares)

     :) 

  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV


    Que yo estoy en la tierra (Entresueño) 


    Que yo estoy en la tierra,
    que yo soy calle oscura y mala,
    jaula fría y mohosa,
    campo cerrado siempre
    ¿quién lo podrá negar?
     
    Que tú estás por el cielo,
    que tú eres nube de colores,
    pájaro errante y libre,
    brisa de última hora,
    ¿quién lo podrá negar?

    Juan Ramón Jiménez


  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    Sarasvati dijo:


    Que yo estoy en la tierra (Entresueño) 


    Que yo estoy en la tierra,
    que yo soy calle oscura y mala,
    jaula fría y mohosa,
    campo cerrado siempre
    ¿quién lo podrá negar?
     
    Que tú estás por el cielo,
    que tú eres nube de colores,
    pájaro errante y libre,
    brisa de última hora,
    ¿quién lo podrá negar?

    Juan Ramón Jiménez



    Qué grande era el onubense Juan Ramón Jiménez y qué bonito su "Platero y yo"-

     :)
     
  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV
    editado agosto 2023

    Perdiz joven

    Se encogía en un surco
    y cuando la cogí me pareció
    sentir tu mano entre las mías.
    Vi sangre seca en una de sus alas:
    una perdigonada había roto,
    como varillas, los pequeños huesos.
    Intentaba volar y sólo consiguió,
    con el ala partida, ir arrastrándose
    hasta quedar oculta tras las piedras.
    Siento la calidez, todavía, en mi mano,
    porque un ser frágil dio sentido
    a cada uno de mis días. Un ser frágil
    que ahora está también tras una piedra.


    Joan Margarit



  • juancho dijo:
    poema para destruir de inmediato sobre la poesía la infancia y otras metamorfosis

    damas y caballeros
    las ventanas abiertas
    ya no dan al cielo
    como hace tanto tiempo
    ni la pálida luna
    que todos conocimos
    alumbra el corazón
    de los pastores
    una pared muy alta
    de cemento ciertamente
    y una columna de humo
    ocupan el lugar
    que antes ocupaban
    la pálida luna
    leopardiana
    y la retama
    los burgueses dicen
    es horrible
    la municipalidad
    no defiende nuestra luna
    nuestro cielo
    nuestras nubes
    pero yo no comprendo
    no comprendo francamente
    cuántas veces me despierto a medianoche
    con los bolsillos llenos
    de centellas
    y es tan grande mi alegría
    que se despiertan los vecinos
    con un balde de agua fría
    considerando un peligro
    el mismo cielo encendido
    y mi alegría
    pero repito
    no comprendo
    quién fundó la luna
    sobre roma
    fabricó también el humo
    el cemento y la mierda
    perdonen la grosería
    en cuanto al cielo
    y a la luna
    o la retama
    ¿cómo pueden reclamar
    lo que nunca han conocido
    sino en los pálidos versos
    de un pálido poeta?
    pero si las ventanas abiertas
    ya no dan al cielo
    ni a la pálida luna
    estas puertas son en cambio
    las misteriosas puertas
    que dan a otras puertas
    (recuerdo los veranos
    de mi infancia en el perú
    recuerdo una puerta de madera
    un grupo de caballos empapados
    y la luz de un lamparín
    en el ocaso
    recuerdo todavía
    un viejo loro adormecido
    en una silla
    dos o tres caballos más
    bajo la lluvia
    y un plato de frijoles
    en la mesa
    pero no recuerdo bien
    a qué hora
    un torbellino de ceniza
    me arrebató todo eso
    y cayó la puerta de madera
    cayó la luz del lamparín
    y otra puerta de cristal
    se abrió enseguida
    hace millares de años
    yo crucé esa puerta
    fácilmente
    pero en mi corazón
    sucedieron varias cosas
    que no entiendo
    la pelota que yo arrojaba
    al cielo gris de lima
    la puerta que yo había creído
    de madera
    y hasta los mismos huesos
    de mi madre enferma
    se volvieron de turquesa
    el mar brotó del caño roto
    de la cocina
    y desapareció por la ventana
    del comedor
    la luna ni la vi
    y yo
    qué tal idiota
    me puse a llorar de inmediato
    tras de un ramo
    de retama
    luego llegó una tía
    con un rayo en la sortija
    y una inmensa mantilla
    llegaron luego un ruido
    de cascabeles
    y un vecino asustado
    arrastrando una silla
    sólo entonces
    como lo hacía cada día
    mi madre tomó asiento en ella
    y murmuró
    «el café con leche se enfría
    criatura mía
    ¿qué estás esperando?»)
    damas y caballeros
    podéis creerme ahora
    amanecer es horrible
    en estas condiciones
    cada catre de hierro
    es mi condena
    cada silla de madera
    una tortura
    cada puerta que se cierra
    una hecatombe
    pero os repito
    damas y caballeros
    os repito
    cuántas veces
    me despierto a medianoche
    con los bolsillos llenos
    de centellas
    y sin que nadie me descubra
    como es ya mi costumbre
    me pongo a llorar de inmediato
    en la retama
    estornudo sonrío
    y hasta fumo un cigarrillo
    entre las flores
    y es tan grande mi alegría
    que se despiertan los vecinos
    con un balde de agua fría
    puesto que a nadie se le ocurre
    que fumar un cigarrillo
    estornudar sonreír
    o llorar entre las flores
    sea sólo de alegría

    Jorge Eduardo Eielson guaauuuuuuuu me la quedo! como me ha gustado!!! si muchisimo!!!
  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV

    Parábola de la inconstante

    Antes cuando me hablaba de mí misma, decía:
    Si yo soy lo que soy
    Y dejo que en mi cuerpo, que en mis años
    Suceda ese proceso
    Que la semilla le permite al árbol
    Y la piedra a la estatua, seré la plenitud.

    Y acaso era verdad. Una verdad.

    Pero, ay, amanecía dócil como la hiedra
    A asirme a una pared como el enamorado
    Se ase del otro con sus juramentos.

    Y luego yo esparcía a mi alrededor, erguida
    En solidez de roble,
    La rumorosa soledad, la sombra
    Hospitalaria y daba al caminante
    - a su cuchillo agudo de memoria -
    el testimonio fiel de mi corteza.

    Mi actitud era a veces el reposo
    Y otras el arrebato,
    La gracia o el furor, siempre los dos contrarios
    Prontos a aniquilarse
    Y a emerger de las ruinas del vencido.

    Cada hora suplantaba a alguno; cada hora
    Me iba de algún mesón desmantelado
    En el que no encontré ni una mala bujía
    Y en el que no me fue posible dejar nada.

    Usurpaba los nombres, me coronaba de ellos
    Para arrojar después, lejos de mí, el despojo.

    Heme aquí, ya al final, y todavía
    No sé qué cara le daré a la muerte

    Rosario Castellanos

  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII

    El otro

    ¿Por qué decir nombres de dioses, astros
    espumas de un océano invisible,
    polen de los jardines más remotos?
    Si nos duele la vida, si cada día llega
    desgarrando la entraña, si cada noche cae
    convulsa, asesinada.
    Si nos duele el dolor en alguien, en un hombre
    al que no conocemos, pero está
    presente a todas horas y es la víctima
    y el enemigo y el amor y todo
    lo que nos falta para ser enteros.
    Nunca digas que es tuya la tiniebla,
    no te bebas de un sorbo la alegría.
    Mira a tu alrededor: hay otro, siempre hay otro.
    Lo que él respira es lo que a ti te asfixia,
    lo que come es tu hambre.
    Muere con la mitad más pura de tu muerte.


    Rosario Castellanos

     :)

     

  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV

    El otro

    ¿Por qué decir nombres de dioses, astros
    espumas de un océano invisible,
    polen de los jardines más remotos?
    Si nos duele la vida, si cada día llega
    desgarrando la entraña, si cada noche cae
    convulsa, asesinada.
    Si nos duele el dolor en alguien, en un hombre
    al que no conocemos, pero está
    presente a todas horas y es la víctima
    y el enemigo y el amor y todo
    lo que nos falta para ser enteros.
    Nunca digas que es tuya la tiniebla,
    no te bebas de un sorbo la alegría.
    Mira a tu alrededor: hay otro, siempre hay otro.
    Lo que él respira es lo que a ti te asfixia,
    lo que come es tu hambre.
    Muere con la mitad más pura de tu muerte.


    Rosario Castellanos

     :)

     


    Este es uno de mis poemas favoritos de Rosario Castellanos. Gracias, Antonio :)


  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    editado agosto 2023
    Sarasvati dijo:

    El otro

    ¿Por qué decir nombres de dioses, astros
    espumas de un océano invisible,
    polen de los jardines más remotos?
    Si nos duele la vida, si cada día llega
    desgarrando la entraña, si cada noche cae
    convulsa, asesinada.
    Si nos duele el dolor en alguien, en un hombre
    al que no conocemos, pero está
    presente a todas horas y es la víctima
    y el enemigo y el amor y todo
    lo que nos falta para ser enteros.
    Nunca digas que es tuya la tiniebla,
    no te bebas de un sorbo la alegría.
    Mira a tu alrededor: hay otro, siempre hay otro.
    Lo que él respira es lo que a ti te asfixia,
    lo que come es tu hambre.
    Muere con la mitad más pura de tu muerte.


    Rosario Castellanos

     :)

     


    Este es uno de mis poemas favoritos de Rosario Castellanos. Gracias, Antonio :)



    Me gusta lo que escribe Rosario Castellanos, y me gusta que haya sabido elegir una de las cosas de ella que más te gustan a ti. A tal dama, tal honor.

    Siempre mi respeto y mi afecto hacia ti

     :) 


  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV
    @Juancho, ¿cómo estás?


  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV

    Somos niños...

    Somos niños
    con un juguete
    enorme,
    recién desenvuelto
    pero desmontado,
    sin manual
    de instrucciones.

    Sostenemos
    las piezas
    en la mano,
    con la sonrisa
    helada,
    sin saber
    qué hacer
    ni a quién
    preguntar,
    porque no hay padre.

    Vicente Luis Mora



  • El otro

    ¿Por qué decir nombres de dioses, astros
    espumas de un océano invisible,
    polen de los jardines más remotos?
    Si nos duele la vida, si cada día llega
    desgarrando la entraña, si cada noche cae
    convulsa, asesinada.
    Si nos duele el dolor en alguien, en un hombre
    al que no conocemos, pero está
    presente a todas horas y es la víctima
    y el enemigo y el amor y todo
    lo que nos falta para ser enteros.
    Nunca digas que es tuya la tiniebla,
    no te bebas de un sorbo la alegría.
    Mira a tu alrededor: hay otro, siempre hay otro.
    Lo que él respira es lo que a ti te asfixia,
    lo que come es tu hambre.
    Muere con la mitad más pura de tu muerte.


    Rosario Castellanos

     :)

     

    que bonita Antonio, gracias por esta delicia de poema... lo he disfrutado mucho. 
  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV
    editado septiembre 2023


    Decir adiós


    Acércate al oído y te diré adiós.

    Gracias porque te conocí, porque

    acompañaste

    un inmenso minuto de la existencia.

    Todo se me olvidará en poco tiempo.

     

    Nunca hubo nada y lo que fue nada

    tiene por tumba

    el espacio infinito de la nada.

    Pero no todo es nada,

    siempre queda algo.

    Quedarán unas horas, una ciudad,

    el  brillo cada vez más lejano de este

    maltiempo.

     

    Acércate y al oído te diré adiós. 

    Me voy

    pero me llevo estas horas.


    José Emilio Pacheco



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