Hay dos mitos que se repiten constantemente cuando se habla de editoriales, sobre todo cuando se habla con autores noveles que aún no se han informado del tema.
Me da mucha rabia que se les mienta -que se nos mienta- con afirmaciones no comprobadas y sin base. Y me da pena que muchos escritores se desmotiven o sean engañados por no querer enterarse. Algunos son engañados porque les puede más el ego, pero ésa es otra historia.
En este artículo, hablo de la lectura de los manuscritos y de las editoriales de coedición.
https://www.isabelveigalopez.com/2-mitos-falsos-sobre-las-editoriales/
Comentarios
http://www.sinjania.com/como-contactar-con-editoriales/
En mi caso, me cansé de mandar material a editoriales ( 30 años de perder el tiempo; y salvo dos excepciones, nunca jamás se dignaron siquiera en comunicarse conmigo para decirme un 'sí' o un 'no').
Creo que poner a las editoriales tradicionales como las buenas de la película; y a las editoriales de autopublicación como las malas y codiciosas, no es tan 'real'. MI opinión, luego de haber perdido el tiempo durante 3 décadas con las 'editoriales buenas' es que cada cual haga su propio camino y el que más le llena.
Saludos.
Antes de la fatídica pandemia Covid (a mediado del 2019) tomé contacto con una acreditada editora nacional para intentar que publicasen mi novela "Atormentado".
A requerimiento de dicha editora y a través de su agente en mi ciudad, Sevilla, me pidió que le mandase un borrador de dicha novela, y me consta que lo han leído porque me pidieron que rectificase algunos capítulos, a lo que me negué porque mi deseo era que saliera a la luz con la misma pureza que fue escrita, pero insistieron (lo cual me satisfizo porque veía que mostraban interés), hasta que finalmente accedí, animado básicamente porque me hacía ilusión que a mi edad se publicase algo mío.
Pero llegó la casi total paralización del país por mor de la pu... pandemia; todo parado y nosotros confinados. Bueno pues a finales del 2021 retomé las relaciones con la editora, pero todo, sorpresivamente o no tanto, ha cambiado y de nuevo tuve que ponerme en cola, y aún sigo en cola, porque alegan como justificación que hay una larga lista de espera, incluso de escritores consagrados. De tarde en tarde doy un palito a la burra (entiéndase por burra el representante de la editora), el cual me dice que él no puede acelerar el asunto, que solo es un un empleado de enlace para captar clientes nuevos. Y en esas estamos.
Si no se llega a publicar, algo conseguiré, y es que editarán, en forma gratuita para mí, una decena de ejemplares, sin estar registrados en el listado de autores. Menos da una piedra. Cosa que de nuevo me confirma que siguen interesados en mi obra.
Por mi cuenta, haré unas cuantas copias del borrador para repartir entre mis familiares más allegados, y seguro que todos me dirán "me ha gustado", pero la gente de mi misma sangre se va a cargar la objetividad, o al menos eso es lo que pienso yo.