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2ª y última parte del relato. He corregido algunos errores que me comentasteis en la 1ª.
-¿Puedo ofrecerles una bebida? ¿Coñac, Bourbon...?
Johnson y Robertson declinaron la invitación mientras se sentaban en las sillas que había frente al escritorio del propietario, Ramón prefirió sentarse en una silla que quedaba algo más apartada. El señor Rius se sirvió un coñac y ocupó su silla al otro lado de la mesa.
-Bien caballeros, ustedes dirán.
-Mr. Rius- dijo Johnson- se que lo que vamos a decirle le resultará sorprendente, pero será la pura verdad.
-¿Sorprendente? Después de lo de esta noche dudo que nada pueda sorprenderme.
Johnson miró a Robertson, el cual se limitó a encogerse de hombros.
-Cuéntaselo- dijo- después de todo, si queremos que esto funcione, él y Ramón tienen que saber de que va todo esto.
Johnson dio un respingo y se encaró con el propietario del hotel.
-Vera, Mr. Rius. Venimos de un universo paralelo.
-¿Dicen que son extraterrestres?
-No, no, no. Somos de la Tierra. Pero de una Tierra distinta a esta. La Tierra de una realidad alternativa. Una Tierra que se desarrolló de forma distinta a esta pero que en algunos aspectos es muy parecida.
-Comprendo el concepto de universos paralelos y realidades alternativas. Pero no pretenderá que me crea que vienen de una de ellas.
-Espero que lo crea, porque es la verdad.
El señor Rius apuró de un trago su coñac y se quedó unos segundos mirando el interior de la copa.
¿Debería servirse otra? No, de momento no, pero si la conversación se desmadraba demasiado, se serviría otra, y luego, tal vez, otra más.
-De acuerdo, aceptémoslo de momento. ¿Cómo han llegado aquí? ¿Qué clase de transporte puede llevarles de una realidad a otra y donde lo tienen escondido?
-No hemos usado ningún transporte.
-¿Han llegado por arte de magia?
-Exactamente.
-¿Cómo dice?
-Para pasar de una realidad a otra usamos la magia.
-La magia no existe.
-No en su mundo, pero en el mio si.
El señor Rius empezó a sudar y decidió servirse otro coñac. Más que nada para ganar tiempo para asimilar lo que estaba oyendo. Cuando se sentó de nuevo, Johnson continuó hablando.
-Verá, su mundo se basa en la tecnología, todos sus logros se basan en ella. Nuestro mundo se apoya en la magia y a ella debemos nuestros logros. En lo que representa a la tecnología, prácticamente no hemos pasado de la rueda y la palanca. Así, por ejemplo no tenemos vehículos de motor, solo caballos y carros de tracción animal, pero podemos trasladar cualquier cosa de un lado a otro usando la magia. No volamos con aviones, sino con alfombras mágicas. Cualquier cosa que ustedes consiguen gracias a la tecnología nosotros la conseguimos a través de la magia.
-Entonces en su mundo, todos son magos.
-En mayor o menor grado, si.
-¿En mayor o menor grado?
-Aquí tienen gente que no sabe arreglar un enchufe y gente con grandes conocimientos. Entre los nuestros pasa lo mismo, tenemos hechiceros capaces de maravillas prodigiosas y gente que solo es capaz de usar la magia para poco más que para curar un sarpullido.
-Y ustedes son...
-Lo que aquí llamarían hombres de negocios.
-¿Y qué tipo de negocios pueden traer a dos hechiceros a nuestro mundo?
-Básicamente venimos a comprar un material que en su mundo abunda enormemente y que en el nuestro no existe.
-¿Y podemos saber que material es ese?
-Plástico.
-¿Plástico?
-Después de descubrir y visitar varias veces su mundo, descubrimos que el plástico es un gran conductor de la magia. Nuestros hechizos son más poderosos si los hacemos usando varitas de plástico. Diferentes tipos de plástico para diferentes tipos de hechizo. Lamentablemente somos incapaces de fabricarlo y por eso venimos a adquirirlo a su mundo. Vendemos oro y piedras preciosas que en nuestro mundo abundan como las rocas y con el dinero obtenido compramos plástico.
Comentarios
El señor Rius miró la copa de coñac sin decidirse a echar un nuevo trago.
-Señor Rius- intervino Robertson- El caso es que la demanda aumenta cada día más y necesitamos una base estable en su mundo.
-La planta 13- respondió el señor Rius.
-Exacto.
-Díganme. ¿Porqué precisamente el Diamante y cómo hacen para que una planta que nunca ha estado ahí lo esté para ustedes.
-El Diamante es lo que nosotros llamamos un Nexo. En nuestro mundo también hay una Barcelona y en ella hay un hotel Diamante. De hecho, el Diamante existe en todas las realidades y puede usarse como estación de enlace entre ellas.
-¿Y la planta 13?
-En nuestra realidad, no tenemos esa superstición, por lo que el Diamante si tiene planta 13. Cuando venimos aquí, usamos la magia para que también exista en esta. Así nos aseguramos de disponer de toda la planta para nosotros y nuestros colegas.
-¿Y durante cuanto tiempo dispondrán de ella?
-A perpetuidad. Naturalmente, le pagaremos el alquiler de la misma mensualmente, después de todo, en esta realidad, el hotel le pertenece.
El señor Rius empezó a hacer cuentas mentalmente. Cada fin de mes tendría asegurado el alquiler de diez habitaciones. De diez habitaciones que, al fin y al cabo, no existían, por lo que no tendría que declarar tal alquiler...Si, era un negocio redondo. De pronto se le ocurrió algo.
-Entenderán ustedes- dijo- que no podremos hacernos cargo del mantenimiento de la planta 13. Sería muy complicado, ya que solo está ahí cuando uno de ustedes se halla presente.
-No supone ningún problema, periódicamente traeremos a nuestro propio personal de mantenimiento.
-¡Ejem! ¿Me permiten una pregunta? ¿Qué pinto yo en esta reunión?
Los tres hombres volvieron la cabeza hacia Ramón. Se habían olvidado completamente de él.
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Dos meses más tarde, Ramón ya había terminado Historia de dos ciudades, había iniciado y terminado Los tres Mosqueteros de Alejandro Dumas y se disponía a empezar Los miserables de Víctor Hugo cuando sonó la campanilla de la entrada. Guardó el libro bajo el mostrador y obsequió con una gran sonrisa a los visitantes. Eran dos, siempre venían de dos en dos. Vestían igual que los otros, lo único que llevaban diferente era el sombrero, todos llevaban la cabeza cubierta. En los dos meses que llevaban viniendo los visitantes de la realidad alternativa, Ramón había visto toda clase de sombreros, gorras y boinas. Estos dos llevaban una gorra de baseball y un sombrero mejicano. También tenían alguna particularidad, todos ellos tenían alguna. Estos dos también, uno de ellos parecía tener la cabeza demasiado grande para su cuerpo, el otro tenía seis dedos en cada mano.
Eran peculiaridades que si bien llamaban la atención al principio, luego no se le daba más importancia. Después de todo, un hombre muy alto y muy delgado o uno con seis dedos en cada mano tampoco le quitaban el sueño a nadie. Lo malo era cuando veías a cinco o seis de ellos juntos, todos con sus trajes grises y todos con la cabeza cubierta con algún sombrero o gorra.
Esa era la razón por la que Ramón debía formar parte de aquella reunión. Para no llamar demasiado la atención, los extradimensionales (así era como él les llamaba), llegaban y partían siempre de noche. Y Ramón era el recepcionista de noche. A estas alturas el hecho de que la hilera de llaves de la planta 13 apareciera y desapareciera del llavero de recepción como lo hacía también el botón 13 del ascensor y el hecho de que el Diamante podía tener tanto 15 como 16 plantas, había dejado de ser algo sorprendente y pasó a la categoría de cotidiano.
Con el tiempo, y gracias a los ingresos extras, Don Anselmo hizo obras de remodelación y el Hotel Diamante acabó por recuperar dos estrellas de las tres que había perdido años atrás. Don Anselmo se jubiló y le pasó la dirección a su hijo y con ella el secreto de la planta 13.
Fue durante el primer mes en que Don Anselmo, hijo del anciano Don Anselmo, tomó posesión del cargo cuando llegaron dos extraños visitantes. Eran dos mujeres, ambas llevaban guantes a pesar de estar en pleno verano. Una de ellas tenía la piel muy blanca, “tan blanca como el papel de carta” pensó Ramón. La otra en cambio tenía un tono mas bien verdoso.
-¿En qué puedo ayudarlas, señoras?
-Verá, estamos preparando una convención y nos gustaría alquilar, por tiempo indefinido, una planta completa.
-¿Una planta completa?
-Eso es, concretamente la planta 17.
-Pero este hotel solo llega hasta la planta 16.
-Lo sabemos.
-Ehhhm. Esperen un momento, por favor, voy a avisar al dueño...
¿FIN?
En la misma línea de la primera parte, pero el sorprendente final de esta segunda parte la hace más intrigante aún.
Como dejaste en la anterior el enlace de todo el relato, mi impaciencia me llevó a leerlo entero, por lo que ya sabía de antemano la totalidad. Ingenioso texto.
Los pobres señor Rius y Ramón todavía estarán alucinando, medio majaretas, con lo que les pasó. Sin embargo, Rius, como buen catalán, se frotaba las manos solo con pensar que no tenía que declarar (pagar impuestos) por algo que no existía.
Dejando a un lado la ausencia sin sentido y la presencia injustificada de algunos signos ortográficos, me ha gustado en general. Felicitaciones
Por cierto, me ha extrañado que hayas puesto "fin" entre signos de interrogación (¿FIN?). ¿Significa eso que en realidad no es el final de relato?
Gracias por tus comentarios.
Ingeniosa forma de comunicar que "podría" continuar, la cual, pienso, forma parte de tu intrigante manera de escribir. Otro punto a tu favor.
Corrige esas cosas o matizalas para que no resulten incoherentes. Lo del mundo de la magia y el de la tecnología es original
Los interdimensionautas llegan y parten siempre de noche, por eso los clientes no se enteran.
Gracias por comentar
Además, una vez importaron el primer plástico quizá pudieran copiarlo con magia a partir de un modelo
Por otro lado, me tiene muy intrigado el nivel tecnológico de este universo paralelo. Es cierto que en eras antiguas habían ciudades y por lo que entendí, el sitio de donde vienen Johnson y Robertson tiene un nivel de desarrollo propio de la Edad Antigua, pero entonces me asaltan montones de dudas sobre ese plot twist:
Tengo montones de dudas más, pero esas son las más inmediatas y esta historia tiene potencial para llevarla a montones de vertientes. @Jano , por lo que más quieras, no la dejes inconclusa.
En realidad, la historia no está inconclusa, se acaba así. Quise darle un final original y eso fue lo que salió. Como ya le dije a cehi, no hay una continuación, ni pensaba escribirla, pero no descarto hacerlo en el futuro.
Supongo que el que no se pueda generar el plástico, por contestar a algunos foreros que se lo plantean, viene dado por la segunda ley de la magia de Sanderson: " Limitaciones> poderes", es decir, " las limitaciones de la magia siempre van a resultar más interesantes e incluso a ser más importantes que los poderes en sí"
gary_d_crowley
No nos metas miedo, chiquillo. Ya tenemos bastante con el Covid
Jajajaja.
Además de las dudas planteadas por el resto de los foreros, debo añadir que aún no logro comprender del todo cuál fue la función de Ramon en todo esto. ¿Cumple la función de simple portero/encubridor o acaso hay algo más? Supongo que esta intriga puede ser un buen hilo conductor para una hipotética continuación.
Por lo demás, la historia me ha parecido atrapante, divertida y muy bien llevada.
¿No será que esas son dos oraciones diferentes? Como que la coma no es suficiente.
Es irónico que lo diga yo, pero creo que es la primera vez que leo que alguien asocia universos paralelos con extraterrestres. Aunque, supongo que es razonable, por definición es "fuera de este mundo", ¿no?
-No en su mundo, pero en el mio si.
A medida que nos adentramos en las explicaciones, mis comentarios se vuelven muy similares, todos en el tono de "sí, claro, es razonable". (Sí también lo del plástico como mejor conductor de la magia, aunque jamás se me habría ocurrido semejante cosa y me parece muy inusual, no le veo fallo a la lógica).
Los tres hombres volvieron la cabeza hacia Ramón. Se habían olvidado completamente de él.
Supongo que ese final también es de lo más razonable, considerando que el Diamante existe en todos los mundos.
2. Supongo que el peligro existe, pero los visitantes se encargan de evitarlo.
3. ¡Dios mio! Espero que no.
4. Ni idea, No se quienes son ni de donde vienen.
Y respondiendo a otra pregunta: ¿Qué pinta Ramón en la reunión?
Como se cuenta en el relato, los visitantes llegan y marchan siempre de noche para no llamar la atención. Ya que Ramón es el portero de noche, debe estar enterado de qué va la cosa.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Me hubiera gustado ver una historia en la que el punto tres se hiciera una realidad... pero qué se le va a hacer.
En cualquier caso un relato bien escrito y muy agradable de leer.
Un saludo!
Jano y demás compañeros, disculpad mi tardanza. Me encanta hacerme de rogar.
Ahora, bromas aparte, me sorprende que no le veáis el lado terrorífico al relato. Yo me eché a temblar, poniéndome en el lugar del señor Rius, con solo pensar cómo justificar a los funcionarios de Hacienda el origen de las ganancias. Esos visitantes sí que dan miedo. Y el señor Rius no podrá justificar ni un céntimo.
No te comento lo de signos de puntuación y cuestiones similares. Ya lo hicieron. Solo son detalles a corregir. Tienes alguna repetición de palabras que a mí personalmente me suelen enlentecer en la lectura.
Leídas ambas partes, no lo veo inconcluso, como refieren otros compañeros. Sencillamente no nos lo cuentas todo. Me gusta este tipo de relatos en los que su lectura deja más preguntas que respuestas, no por falta de lógica, sino porque provocan curiosidad. De pronto aparecen personajes misteriosos de mundos misteriosos con necesidades sorprendentes. No pude evitar abrir los ojos cargados de sorpresa al leer "plásticos". Y pensé "por favor que se los lleven todos ya". Luego me di cuenta de que me quedaría sin portátil y no podría seguir participando aquí. Perdón, que me disperso.
No me gusta que me lo den todo explicado y mascado. Este relato tiene la capacidad de hacernos salir de nuestro mundo y empezar a imaginarnos otro, querer saber de él y qué sucedería al contactar ambos. Has movilizado nuestras mentes, amigo Jano. Enhorabuena. A partir de ahí, unos buscaremos hacer que ese mundo encaje en nuestra lógica y otros crear una lógica nueva.
La narración es fresca, ligera, fluida. En mi opinión ideal para esta historia.
Me ha resultado divertido, y créeme que eso ahora mismo lo valoro mucho. Gracias.
Voy a buscar ya lo de las leyes de la magia de Sanderson, Eso también picó mi curiosidad.
Celebro que os haya gustado.
¿Por qué siempre hablo de puntuación? Pues porque la veo sin buscarla, sin querer verla. Porque cuánto más limpios estén vuestros textos cuando lleguen a una correctora, menos os va a cobrar. Porque, aunque la editorial diga que se encarga de la corrección, os va a tocar echar un vistazo para ver si estáis de acuerdo o no o si realmente lo han corregido. Ah, y porque soy así de exigente con mis propios textos, faltaría más 😁
Ahora, que si lo que buscáis son opiniones generales acerca del contenido, pues yo encantada e intentaré no comentar la puntuación.
¿Y por qué el dueño o gerente del hotel supo lo de la planta 13? ¿Cómo sacó esa conclusión? ¿A que la respuesta está en el capítulo anterior que yo no he leído? 😅
Puede que a los lectores/escritores de fantasía les parezcan normales esas cuestiones, pero yo me pregunto todo lo "preguntable" para que la historia no deje cabos sueltos.
En efecto, las respuestas están en la 1ª parte del relato, pero te las aclaro aquí.
Los dos personajes son "hombres de negocios". Necesitan la planta 13 porque vienen y van continuamente, ellos y sus compañeros.
Y el dueño se entera cuando Ramón le cuenta que ha llevado a los visitantes a la planta 13.
Gracias por comentar.
P.D.
No me di cuenta que escribí bourbon con mayúscula.