Debido a que he entrado en este foro y algún foro más, he podido entrar en contacto con más escritores noveles. Me he dado cuenta que hay un patrón que se ha repetido en muchas de las personas que he conocido. Se han lanzado hace relativamente poco a la aventura de escribir y todas han optado por la literatura fantástica. Me parece curioso y haciendo una retrospectiva, me di cuenta que a mí también me pasó en mis inicios. Todas las historias que empezaba a escribir eran fantasía urbana, principalmente, pero fantasía al fin y al cabo.
Ahora lo pienso y creo que es muy difícil escribir una buena novela de fantasía, incluye mucho más trabajo de worldbuilding, ambientación y tramas más complejas que una novela simple de ficción, pero sin embargo ahí que vamos todos, a lanzarnos de lleno a crear mundos.
¿A qué creéis que puede deberse?
Sin duda alguna creo que es porque es la fantasía lo que suele engancharnos. O por lo menos fue mi caso. Adquirí el hábito de lectura solo leyendo fantasía, y durante unos años es lo único que leí. Aunque luego me desteté y amplié horizontes, la espinita de escribir una buena novela fantástica sigue ahí, porque disfrutaba muchísimo con ellas cuando era joven.
¿Qué pensáis vosotros? ¿Es vuestro caso? ¿Leéis o escribís algo más aparte de literatura fantástica?
Comentarios
Y no digo fantasía de calidad, sino fantasía asecas, solita y sin adjetivos que la acompañen.
Veamos... ¿Qué es más sencillo? ¿Escribir sobre un mundo en el que yo pongo las reglas o lanzarme a documentarme sobre la dinastía Ming del siglo XV para hacer una novela histórica? Pues creo que la respuesta es obvia. Salvo que quieras ampliar horizontes, como bien dices, o tengas una pasión o motivación detrás..., creo que para todo escritor novel es más sencillo tirar hacia la fantasía.
Además, uno puede recrearse en los mundos fantásticos que inventa, por lo que imaginar y escribir van de la mano y lo hace todo mucho más ameno. Documentarte es ameno si te llama el tema sobre el que vas a escribir, pero quizá no tanto si no estás tan seguro de él. En fantasía puedes hacer un mundo a tu medida. ¿Te gusta el western y el renacimiento? Pues transportas el lejano Oeste a las calles de Florencia. Eso es atractivo para cualquier escritor que quiere iniciarse, estar seguro de que va a estar en un terreno cómodo. Ahora bien, también tiene su lado negativo, y es que entre cómo ve el escritor su mundo de fantasía y cómo lo percibe un lector ajeno hay un trecho. Yo últimamente (y precisamente, porque abunda la fantasía y es el género que más me gusta) soy bastante crítico y me cuesta coger y leer algo de lo que no tenga referencias. Hay tanto... que da miedo encontrarte a mitad de una novela o saga a la que has dedicado tiempo y resulta que no cubre tus expectativas. Por supuesto, a los que escribimos y estamos en esas mismas nos toca aplicarnos el cuento
Además, la fantasía está de moda, y estas generaciones hemos crecido con ella. El boom del señor de los anillos, Harry Potter, los juegos del hambre, juego de tronos... Anteriormente quizá tuvo más tirón la ciencia ficción, ahora sigue pero ya no se ve tanto. ¡Quizá la abundancia de fantasía también sea pasajera!
Para mí sigue siendo mucho más fácil la ficción tal cual, sin necesidad de crear un mundo que se rija por reglas propias, porque no solo cuentas con el contrapunto de que tienes que crear esas reglas, sino que además el lector debe familiarizarse con ellas y resultarles coherentes.
No sé, creo que es mucho más fácil crear una buena historia partiendo de lo que ya conocemos, centrándonos en la trama, en los personajes, en su correcta creación y desarrollo, que eso ya de por sí es un trabajo del copón. A veces menos es más.
Pero para ver eso como lo haces ahora hace falta un bagaje que muchas veces el escritor novel no tiene a la hora de arrancar. Ni eso ni autocrítica, que también se va ganando con el tiempo (bueno, imagino que también habrá casos en los que sea al contrario y se comience ya con una autocrítica tan bestial que frene al futuro escritor...)
Pero no, fácil no es ni mucho menos...
¿Qué tiene la literatura fantástica?
Simple: fantasíaMe llama la atención lo que dice Phedrera de que nunca escribiría historia. Imaginaba su novela “la granja” en un tiempo pasado.
Para mí escribir sobre lo que conozco (la España del siglo XXI) me resultaría más dificil que escribir fantasía. Para empezar, me aburriría escribir sobre lo que para mí es cotidiano, así que trataría de meter algo que se salga de lo rutinario (por ejemplo, un crimen), y a partir de ahí tendría que documentarme sobre cosas que existen y conozco poco (ciencia forense, balística, protocolos policiales, etc).
Dice Iramesoj...
...Para empezar, me aburriría escribir sobre lo que para mí es cotidiano, así que trataría de meter algo que se salga de lo rutinario (por ejemplo, un crimen)....
Respondo yo...
Desgraciadamente, un crimen se ha convertido en algo rutinario.
Me refería a eso, no a que la criminalidad sea baja.
No obstante, hay otro tipo de escritores fantásticos: aquellos que quisieran ver su mundo reflejado en la realidad. Me explico: este tipo de escritores, saben que hay algo en este mundo que está mal, pero cambiarlo de un chasquido es imposible. ¿Solución? Te armas uno, con características similares al nuestro, le agregas elementos que reflejen los males de nuestro mundo, pero mucho más bestias y, a manera de reflexión para el lector, le das una conclusión que podría ser la solución que nuestro mundo necesita. Una alegoría a como nuestro mundo debe ser y un grano de arena para que este sea un sitio mejor. Esto puede verse mejor en aquellos que escriben fantasía oscura y ciencia ficción.
Yo no tengo ni idea, aprovechando el tema de los crímenes, de escribir una novela negra. Imagino que además habrá muchos factores a tener en cuenta, hay que ser un gran consumidor de ese genero para poder escribir sobre él de forma elegante. Además, es un nicho que en el que los lectores serán más críticos, más suspicaces, porque están acostumbrados a ese tipo de entregas. En fantasía, aunque respetes las reglas básicas, la trama la llevas a tu aire y yo creo que puedes encajar las ideas más fácilmente, porque el lector no tiene ni idea de cómo es tu mundo. Si en una policiaca o histórica metes un gazapo, es mucho más evidente. Si te ocurre en tu propio mundo de fantasía, aunque siga siendo una metedura de pata, siempre podrás decir lo de "lo hizo un mago" jajaja.
Bueno sí que está en un tiempo pasado, pero es un pasado distópico, no es novela histórica. La ambientación de la novela no influye en el género, que de hecho yo diría que es un drama.
Y con lo del género fantástico..., yo sigo teniendo mis reservas sobre si es tan "libre" como decís. Supongo que depende del afán con el que escribas, si es para ti, por ocio o con fines más ambiciosos. No he profundizado mucho en escribir ese tipo de novelas, pero desde luego es mi opinión y el As del mago me parece bien jaja
Por ejemplo, en una novela que comencé pero me estanqué, decidí ambientarla en un mundo de fantasía, y que la protagonista fuera Amara, una mujer que vive en una tribu muy primitiva que viven como en el paleolítico (sin conocer la escritura, ni la agricultura, ni la ganadería, y viviendo de caza, pesca y recolección). Pues bien, los habitantes de la tribu de Amara cazan antílopes, y en el río donde cogen el agua hay pirañas. A su vez, cerca de su aldea hay un templo con estatuas de tigres (Esto no podría ocurrir en la vida real, pues las pirañas son americanas, los tigres asiáticos y los antílopes africanos).
Pero como escribo fantasía, puedo poner los tres tipos de animales. Es en ese sentido que el género fantástico da más libertad, y por eso es el que elijo para escribir.
Hay una manía que no me gusta de ciertos comics, y es el de poner a un personaje popular, y ensalzarlo hasta el punto que casi parece Dios. O sea, me creo que Batman pueda joder a Superman una vez, pero es que como Batman es más popular, se saca veinte trucos del cinturón y jode a Superman. Y luego te cuentan que el tipo tiene un anillo amarillo del Sinestro Corps, pero que solo lo usaría como último recurso. ¿Se puede ver el fallo ahí?
Ya que estamos en este tema, quiero pedirles el favor de que me den su apreciación si esto se ve como una Mary Sue: una de las personajes principales de mi libro, es una chica oriunda de la España musulmana que quedó con la responsabilidad de portar el conocimiento de un libro que ayudaría a cumplir el objetivo que su familia había tenido por más de trescientos años. Eventualmente, ella aprende una magia que nadie más posee (absorber los hechizos de los demás), además de que gracias a esa magia, puede regenerar cualquier daño físico que reciba, incluso si es mutilada (ya que su cuerpo retiene toda la energía que absorbe). Pese a esto, ella no sabe hacer casi ningún otro hechizo (dice que los hechizos que conoce, los puede contar con los dedos de una mano) y carga con el trauma de ser la única sobreviviente de su patria y el haber visto morir a muchos de sus camaradas a lo largo de sus más de mil años de vida.
Mi consejo es que si temes que sea Mary Sue le pongas en problemas: muestrala indefensa y en apuros, haz que le sobrepase una situación. O también puedes ponerla haciendo cosas malas eticamente, para que la veamos imperfecta. Esta opción puede ser menos recomendable que la primera si se ha construido el personaje con una cierta personalidad. Si por algo quieres hacer un personaje muy honrado no tengas en cuenta este consejo... pero métele en problemas: haz que le den una paliza, que la secuestren, que la droguen, que entren a robar a su casa y la aten sin que se pueda defender... lo que sea. Si el lector la percibe como indefensa y débil en algún momento (recalco lo de en algún momento, pues no es necesario mostrarla así todo el tiempo), no será Mary Sue, en mi opinión.
Creo que de un tiempo a esta parte hay una caza de brujas anti-Mary Sue que se está yendo de madre (catalogando como tal a personajes que no es justo colgarles esa etiqueta). Creo que hay una especie de moda (al menos en el mundo de los aficionados a la fantasía), influida en gran parte por Canción de hielo y fuego, que dice que los personajes han de tener cierta ambigüedad moral porque lo de "Bien Vs Mal" es un cliché malo.
Creo que esto es un error. La literatura, como cualquier otro tipo de arte, ha de presentar variedad. Creo que es bueno que haya personajes muy virtuosos, otros totalmente repugnantes, y entre medio una amplia gama de grises.
Lo que sí creo es que un personaje muy virtuoso tiene el riesgo de ser muy predecible y por eso causar rechazo en el lector. Si hacemos un personaje que hace todo bien, ya sabemos el resultado de antemano (esto sería lo que yo considero Mary Sue). Por ello, si creamos personajes virtuosos, han de tener debilidades y pasar por momentos difíciles (por ejemplo, recibir una paliza por parte de alguien más fuerte). Si no lo hacemos así, el lector rechazará con razón esos personajes.
En efecto. Siempre se agradece que haya, de vez en cuando, personajes muy extremistas, que sean unos adalides de la virtud y/o que sean unos desgraciados. Pero hay que saber hacerlo bien, o de no, esos personajes no serán más que meras caricaturas.
Os envío enlace a un articulo de wikipedia a este respecto: https://es.wikipedia.org/wiki/Alineamiento_(juegos_de_rol)
La vuelta de tuerca viene de comprender que un personaje, incluso el más virtuoso, puede ser víctima de su fanatismo o estrechez de miras. Es decir, un personaje de nobleza probada (pongamos a Aragorn de ESDLA como ejemplo) no podrá evitar juzgar con severidad comportamientos morales más ambiguos que los que él defiende. No podrá "mirar la foto completa", y eso puede ser un defecto, aunque no se evidencie de forma explícita. La torpeza en este caso viene del narrador, de no poner al personaje frente al espejo del lector para insinuar su flaqueza, de conformarse con mostrarlo como modelo y no como un ser falible.
También pienso que la fantasía es la relación que una persona tiene con los diferentes sujetos que forman su persona. Aunque esto parezco algo irrelevante, no es así.
Todos tenemos varias conciencias que hablan entre sí, y esta propia relación es fantasiosa. Como ya he dicho, el ser humano es social por naturaleza, pero no tiene que serlo con diferentes personas, también puede serlo consigo mismo. Quizás es solo un sistema de defensa ante la soledad o el peligro, en el que el humano debate sobre una situación de vida o muerte consigo mismo; es una reacción natural del pensar. ¿ Cómo podría no gustarnos algo de lo que hemos sido dotados por naturaleza?
Otro tema interesante es, ¿ por qué en esta época tan tecnológica y avanzada la fantasía sigue cosechando éxitos?
La fantasía no es solo un método de explicar lo desconocido, surge también de la duda; del instinto animal. Hace unos siglos se pensaba que la tierra era plana pero sabemos ahora que es redonda. En aquella época esto era una especie de fantasía ciertamente demoníaca. Así que, ¿quién nos dice que no existen realmente brujas o fantasmas? Quizás existan pero no tenemos los medios para verificarlo.
Antes esta fantasía, como hemos dicho, era tomada como un tema relacionado con el demonio, sin embargo, ahora es algo ansiado y buscado. Humildemente creo que este es debido a la sociedad actual. La creatividad no es usada más que para crear dinero en muchas ocasiones, y esa relaciones ancestrales que posee naturalmente el hombre menguan cada vez más. Todos hemos sentido a veces, en pequeños hechos, la fantasía. Ya no en fantasmas ni duendes, sino en la salida del sol o la brisa del mar. Eso también parece fantasía y lo es. Son elementos tan impresionantes que dejan sin habla a quien se para a sentir de verdad.
No he leído Harry Potter, aunque he visto alguna peli. No me atrae Juego de Tronos, El señor de los anillos, etc. No, no soy de fantasía. Algún fallo tenía que tener para no ser la Mary Sue del grupo
Es cierto que la fantasía está de moda. Puede ser porque mucha gente (no escritores) se creen que van a escribir su historia en una saga y lo van a petar. Escriben pensando en ser famosos y ricos porque es lo que le transmiten esos autores. No saben todo el esfuerzo que requiere ser escritor (no importa el género).
Cada género tiene su dificultad. En algunas historias de fantasía, te inventas todo. Pero, cuidado, que no es tan fácil como parece. Si eres novato, vas a cometer los errores típicos: clichés, contarle al lector cómo se creó tu mundo, por qué el gobierno es así, cuántas razas hay y por qué... (bostezo de aburrimiento). Hay que "estudiar" mucho para crear todo eso y que el lector se lo crea sin tener la sensación de que está leyendo un libro de historia de ese mundo. Por otra parte, hay fantasía que sucede en nuestro propio mundo y también pueden necesitar documentación.
En la ficción no fantástica, cada género tiene sus técnicas, y hay que conocerlas, y hay que documentarse. No me importa leer novela histórica -me gusta la historia-, pero no me vale cualquier época. Se tiene que notar que te has documentado. La creación de un mundo equivale a la documentación. El mundo ya está creado, pero tenemos que conocerlo y adaptarlo a nuestra historia. ¿Ya está creado? No del todo, tenemos que darle forma con nuestra historia y nuestros personajes.
Mary Sue es la chica guapa, amable, simpática, no tiene enemigos, todo le sale bien, su familia es genial, no tiene problemas y, si alguno surge, lo soluciona enseguida porque la chica es muy apañada. No pensemos que tenemos que desterrar a Mary Sue de nuestras historias. No. Está claro que una protagonista Mary Sue es muy aburrida porque no hay conflictos, pero ¿y una secundaria o de menor rango? Puede dar mucho juego a nuestra historia si le ponemos el protagonista adecuado.
Y en eso también juegan los antagonistas, Isabel. Una de las cosas que tanto gustaron de Guerra de las Galaxias (Star Wars para los anglófonos), son sus antagonistas. O sea, ¿quién no se acuerda de Darth Vader y el emperador Palpatine? Son prácticamente emblemáticos en el panteón de los villanos, y esa saga es una de las más recordadas por todos.
Eso es lo primordial en cada historia, sea fantasía o no: conflicto. Y para que eso suceda, el antagonista tiene que estar a la altura. De lo contrario, se vuelve aburrido y predecible.
Isabel, he usado el término antagonista como sinónimo de villano. ¿Cual es la diferencia entre uno y otro?
Antagonista es el opuesto/adversario/rival del protagonista, y villano es un personaje malvado.
normalmente el protagonista es bueno, así que el antagonista será malo con frecuencia (no siempre, pues por ejemplo en una historia sobre un deportista, podría darse que la moralidad de ambos sea similar, pero la rivalidad sea por deporte). Sin embargo, es común que en la ficción el protagonista sea bueno y el antagonista malo.
Sólo leo y aprendo. Interesantes veo las opiniones de los compañeros. Yo, por contra, soy, digamos anárquico en esto de la escritura. No sigo -quizás por desconocimiento- los cánones del buen escribir, mis súbitas inspiraciones me llevan a plasmar lo que en cada momento que tomo o retomo la escritura siento. Sé que mi forma de actuar no es la más ortodoxa; pero, para mí, al menos es leíble y endendible En definitiva, me lo paso bien con las cosas que se me ocurren, hasta completar una historia.
Entendible, quise decir
He optado por descubrir autores nuevos que me han agradado terriblemente, al punto de la obsesión ^^" Después de mi decepción con Laura Gallego, vuelvo a la carga con este género!
Saludos foro, no os olvido!