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Libertad controlada (parte 1)

editado mayo 2012 en Ensayo
Hoy en día encontrar la definición adecuada para el concepto de libertad puede resultar agotador. No una mera definición del diccionario -la definición literal resulta, siempre, ridículamente fácil y agradable- sino la ardua labor de trasladar la descripción a una experiencia real: el resultado es violentamente desesperanzador. Existen tantos juicios para un mismo concepto que la idea queda, necesariamente, relegada a trazarse en la sombra de un estado superior. Lo mismo ocurre con otras ideas como el bien, el mal, la felicidad... Son expuestas a numerosos juicios, incluso a contradicciones. Cuando existen diversas explicaciones para un mismo concepto es, que en algún punto concreto, ese concepto es inestable. Dicho desde el otro extremo, cualquier concepto relativo puede condicionarse, y consecuentemente aprovecharse interesadamente. Una idea solo se desarrolla en función de un contexto determinado. Así de sencillo y así de coherente.
Volviendo al asunto inicial, entonces ¿existe la libertad? Sí, y depende. El ser humano actúa aparentemente libre frente unas preferencias que genera su entorno. Este entorno, elemento condicionante de su libertad, está determinado por un conjunto de individuos que interactúan, comparten unas conductas, unas normas y unos fines. Esto es lo que conocemos, cuando nos referimos a las personas, como sociedad; cuyo origen más probable es la búsqueda de soluciones para unas necesidades que los individuos comparten.
Durante siglos se han originado sociedades, se han desarrollado, han entrado en un periodo de decadencia y después se han descompuesto, dejando paso a otras sociedades más avanzadas. Sin embargo han evolucionado hasta nuestros días bajo la estela apócrifa del progreso y del bienestar, condenando a las tinieblas de la desesperación al propio individuo. Las sociedades únicamente han procurado la prosperidad del conjunto de la manera que mejor pudiera satisfacer los intereses de un sector reducido o de una actividad concreta. Así, el individuo, ha quedado descuidado bajo un techo infinito, desamparado ante la grandiosidad de lo inalterable, donde miles de preguntas no encuentran la respuesta correcta.
El distanciamiento producido –entre individuo y entorno- es tan alejado que se han solidificado gruesas columnas que sustentan un escenario ingobernable y carente de sentido donde el embrión de la sociedad ha desarrollado cierta voluntad irracional que está continuamente en conflicto con la voluntad conciente del hombre, con la razón, con la capacidad natural para dirigir sus actuaciones. La situación definitiva, el punto alcanzado, es una sociedad incontrolable surgida de la decadencia. Para qué hablar de libertad en un escenario donde el ser humano se arrastra jadeante. Un escenario donde únicamente gobierna el sin sentido, y el absurdo cubre cuanto nuestros ojos pueden alcanzar a ver. El hombre se ha convertido en una presa de su entorno.
La principal idea que viene a mi cabeza cuando pienso en el hombre y en la sociedad es el fracaso. Todo hombre es consciente de su fracaso desde que tiene uso de razón. Vemos una sociedad en calma aparente donde todos sus individuos viven continuamente en sufrimiento, un sufrimiento enraizado provocado por la tensión generada en el conflicto entre el hombre (elemento racional) y la sociedad (elemento irracionalidad), entre la insignificancia y la magnanimidad, entre la búsqueda y la perpetuidad.
La tensión continua provocada por el conflicto genera unas preferencias, originando un sufrimiento perpetuo que mantiene unido al hombre a la sociedad a la que pertenece, sin embargo, también procura elementos que sacian el sufrimiento hasta convertirlo en un estado tolerado y tolerable. ¿Qué es la existencia sino unos instantes de alivio que dispensan la calma, la esperanza y la felicidad? ¿No es el hombre un animal atormentado en la búsqueda incesante de su redención? ¿No es el hombre, visto así, el defecto incorregible de la naturaleza?

Comentarios

  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado abril 2012
    Hay tanto pensamiento, antes aparecido, del tenor del tuyo. Sólo nombré algunos, pero de todos se desprende en hecho imbatible de nuestra limitación como primer gran traba para la LIBERTAD. ¿Cómo podría uno siquiera comprender el real sentido de esa palabra, tal vez inventada por alguien que, como nosotros se devanaba los sesos tratanto de explicar qué quería tener más en el mundo, si no podemos deshacernos jamás de la convicción absoluta de que todo lo que hagamos tiene un inevitable fin, y que aunque llegáramos un poco más lejos, terminaremos indefectiblemente en una tumba?
    Si lo que subiste, es tu ensayo, me parece muy claro e inteligente y bien desarrollado, y aprecio este momento, mientras la idea de la práctica de la LIBERTAD, sigue escapándose de nuestras posibilidades. }O ¿será tan sólo eso, una idea que nos ayuda a tener una meta utópica por la que vivir?
    Me gusta mucho sentir que soy libre, pero mi cuerpo me dice que no lo soy...
  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado abril 2012
    ¿Cuándo pones la parte II? Esperaré ansiosa. Pocas ocasiones encuentro de cambiar ideas de este tipo. ¡Gracias!
    Esto es un desafío y un buen momento para ejercitar la mente en la reflexión.
    Saludos.
  • editado abril 2012
    Marlenedietrich escribió : »
    ¿Cuándo pones la parte II? Esperaré ansiosa. Pocas ocasiones encuentro de cambiar ideas de este tipo. ¡Gracias!
    Esto es un desafío y un buen momento para ejercitar la mente en la reflexión.
    Saludos.

    Sí, el ensayo está escrito por mi, la idea se desarrolla desde una situación creíble para mi, es decir, es mi pensamiento, mi visión del entorno. Podrás ver cierta influencia existencialista, pesimista, a Schopenhauer... es, en cierto modo, el agua de donde he bebido...
    Me alegra que te haya gustado. Intentaré esta noche copiar la segunda parte.
  • editado abril 2012
    Intentar negar el sufrimiento no hace más que incrementar la tensión, ocasionar un sufrimiento mayor y, en última instancia, la tensión produce un impacto sobre el individuo que lo conduce de forma irremediable hacia el rechazo absoluto. Tampoco es posible combatirlo, pues la vida no puede desarrollarse sin el sufrimiento y su aceptación (comparto, hasta cierto punto, la opinión de los filósofos más pesimistas, sin embargo, la causa del sufrimiento no puede ser la misma naturaleza del hombre, sino el entorno, que aprovecha las dudas y las debilidades de la razón para envilecerlas hasta volverlas dolorosas; el sufrimiento nunca será igual para dos personas que pertenezcan a dos entornos distintos). Vivir es, en sí, padecer, es aceptar involuntariamente unos elementos que mitigan la tensión y que, además, influyen en la razón y en la voluntad del hombre para dirigir sus acciones hacia la misma sociedad. Estos elementos son la respuesta adulterada al origen de la tensión, según su origen pueden dividirse en dos grandes grupos.
    Los primeros están puramente engendrados desde el uso de la razón, no provienen directamente del conflicto sino de la misma razón humana, sin embargo, la transformación de estos en sufrimiento es el efecto principal de la tensión. Son, además, el umbral para todos los elementos del segundo grupo, que serían elementos secundarios que sí están originados por la tensión. Estos elementos, los del primer grupo, son un incesante señuelo a la obtención de las atenuaciones necesarias para el mantenimiento de la tensión.
    Es obvio, desde el inicio de los tiempos, el interés del ser humano por el sentido de su vida y por su destino. La mente humana no ha sido capaz de contestar estas preguntas, pero tampoco puede rechazarlas; de esta forma, desde el origen de las primeras civilizaciones se han desarrollado argumentos mediante los que el conjunto pudiera aceptar una convicción común. Todo argumento, inicialmente controlado, ha procurado la unión interesada de todos los hombres bajo una misma premisa. No obstante, lejos de permitir el desarrollo de la mente humana en la búsqueda de sus propias respuestas, envuelve al ser humano es una espiral hermética de desorden todavía mayor. Los dogmas, creencias y supersticiones son el resultado de la voluntad irracional de todos los argumentos interesados. Estos, incluso en nuestro tiempo, ejercen una presión continua, cuyo resultado, lejos de tranquilizar las inquietudes de la mente, causa la confusión y el sufrimiento tanto a los creyentes como a los incrédulos. Además se sustentan en la incoherencia, mediante el empleo incondicional de la fe, para impedir la disputa como alternativa a la inteligencia y a la razón.
    Simultáneamente, la conciencia del hombre por su limitación es la percepción vana e incompleta de su existencia y tiene como resultado la persecución desesperada de la felicidad. Podemos observar continuamente la búsqueda continuada de la felicidad, aunque aparezca confundida ahora, por la propia tensión del entorno, con la satisfacción rauda e inmediata. El efecto angustioso de esta búsqueda infinita e insaciable atormenta al ser humano, que se mueve de un objetivo a otro (de bien en bien, de idea en idea) mediante impulsos...; se traslada desesperado de un deseo a otro con la idea de que el deseo quedará calmado cuando se haya alcanzado el objeto u objetivo. Sin embargo, cuando éste se alcanza solo se topa con la insatisfacción absoluta, bien por el conocimiento inmediato de un objetivo superior (exhibido por el entorno), bien por el aburrimiento (transmitido por el entorno) y, de esta forma, un nuevo impulso más violento conduce al ser humano hacia su insatisfacción permanente.
    El segundo grupo está formado por unos elementos desarrollados como principios axiomáticos del entorno. Son elementos que se instauran cuando el hombre convive con el sufrimiento permanente, y pretende -o no puede evitar- formar parte de él. Cada elemento es, a su vez, origen y resultado del sufrimiento, lo mitiga y también lo atrae hacia él mismo, ya que actúan ex proceso como un mecanismo que imanta hacia el entorno las actuaciones y los deseos. Estos elementos pueden conservar al hombre unido a la sociedad o pueden recordarle continuamente su fragilidad. Pueden mostrarle la sumisión absoluta al sin sentido o pueden revelarle el castigo del rechazo. Pueden exigir un compromiso superior o pueden vaciar en un instante cualquier esperanza. Algunos ejemplos son la aceptación y reconocimiento social, los prejuicios, los valores las apariencias, las modas, la comunicación y la propaganda, la subordinación a ideales, las instituciones, los liderazgos, el miedo, la conducta, la desconfianza…
    El hombre es en sí mismo el defensor más comprometido de todos elementos. Es el inquisidor del comportamiento de sus iguales debido a su incapacidad para desprenderse completamente de la tensión y de su miedo al rechazo. Esto es, defiende su sufrimiento mediante la acusación hacia los que pretenden negarlo. Y ahora, repito de nuevo la pregunta, ¿existe la libertad o no? Pues depende y punto, y además mencionaré una frase de Spinoza que sintetiza perfectamente la imprecisión de la respuesta: “Los hombres se engañan al creerse libres; y el motivo de esta opinión es que tienen conciencia de sus acciones, pero ignoran las causas por que son determinadas; por tanto, lo que constituye su idea de libertad, es que no conocen causa alguna de sus acciones.”
  • editado abril 2012
    Estimada Marlenedietrich, he publicado una novela cuyo punto de partida es la idea que venimos comentando. Dime qué te parece. Es, sin duda, la trágica historia de un hombre normal en una sociedad distópica.
  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado mayo 2012
    ENRIQUE escribió : »
    Estimada Marlenedietrich, he publicado una novela cuyo punto de partida es la idea que venimos comentando. Dime qué te parece. Es, sin duda, la trágica historia de un hombre normal en una sociedad distópica.
    Bueh, ya te he respondido, en cierta forma. pero quiero hacerlo citándote.
    Indícame el camino para acceder a tu novela. Me interesa mucho el tema. Creo, por otra parte, que sólo hay un futuro que será distópico, más aún, creo que ni siquiera, pues no sé si habrá un futuro...(¿lemings?)
  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado mayo 2012
    ENRIQUE escribió : »
    Estimada Marlenedietrich, he publicado una novela cuyo punto de partida es la idea que venimos comentando. Dime qué te parece. Es, sin duda, la trágica historia de un hombre normal en una sociedad distópica.
    El espacio cibernético es infinito, es un mar sin antenas, ni estrellas, ni mapas, sólo quía mis ojos y podré leer. Gracias.
  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado mayo 2012
    ENRIQUE escribió : »
    Intentar negar el sufrimiento no hace más que incrementar la tensión, ocasionar un sufrimiento mayor y, en última instancia, la tensión produce un impacto sobre el individuo que lo conduce de forma irremediable hacia el rechazo absoluto. Tampoco es posible combatirlo, pues la vida no puede desarrollarse sin el sufrimiento y su aceptación (comparto, hasta cierto punto, la opinión de los filósofos más pesimistas, sin embargo, la causa del sufrimiento no puede ser la misma naturaleza del hombre, sino el entorno, que aprovecha las dudas y las debilidades de la razón para envilecerlas hasta volverlas dolorosas; el sufrimiento nunca será igual para dos personas que pertenezcan a dos entornos distintos). Vivir es, en sí, padecer, es aceptar involuntariamente unos elementos que mitigan la tensión y que, además, influyen en la razón y en la voluntad del hombre para dirigir sus acciones hacia la misma sociedad. Estos elementos son la respuesta adulterada al origen de la tensión, según su origen pueden dividirse en dos grandes grupos.
    Los primeros están puramente engendrados desde el uso de la razón, no provienen directamente del conflicto sino de la misma razón humana, sin embargo, la transformación de estos en sufrimiento es el efecto principal de la tensión. Son, además, el umbral para todos los elementos del segundo grupo, que serían elementos secundarios que sí están originados por la tensión. Estos elementos, los del primer grupo, son un incesante señuelo a la obtención de las atenuaciones necesarias para el mantenimiento de la tensión.
    Es obvio, desde el inicio de los tiempos, el interés del ser humano por el sentido de su vida y por su destino. La mente humana no ha sido capaz de contestar estas preguntas, pero tampoco puede rechazarlas; de esta forma, desde el origen de las primeras civilizaciones se han desarrollado argumentos mediante los que el conjunto pudiera aceptar una convicción común. Todo argumento, inicialmente controlado, ha procurado la unión interesada de todos los hombres bajo una misma premisa. No obstante, lejos de permitir el desarrollo de la mente humana en la búsqueda de sus propias respuestas, envuelve al ser humano es una espiral hermética de desorden todavía mayor. Los dogmas, creencias y supersticiones son el resultado de la voluntad irracional de todos los argumentos interesados. Estos, incluso en nuestro tiempo, ejercen una presión continua, cuyo resultado, lejos de tranquilizar las inquietudes de la mente, causa la confusión y el sufrimiento tanto a los creyentes como a los incrédulos. Además se sustentan en la incoherencia, mediante el empleo incondicional de la fe, para impedir la disputa como alternativa a la inteligencia y a la razón.
    Simultáneamente, la conciencia del hombre por su limitación es la percepción vana e incompleta de su existencia y tiene como resultado la persecución desesperada de la felicidad. Podemos observar continuamente la búsqueda continuada de la felicidad, aunque aparezca confundida ahora, por la propia tensión del entorno, con la satisfacción rauda e inmediata. El efecto angustioso de esta búsqueda infinita e insaciable atormenta al ser humano, que se mueve de un objetivo a otro (de bien en bien, de idea en idea) mediante impulsos...; se traslada desesperado de un deseo a otro con la idea de que el deseo quedará calmado cuando se haya alcanzado el objeto u objetivo. Sin embargo, cuando éste se alcanza solo se topa con la insatisfacción absoluta, bien por el conocimiento inmediato de un objetivo superior (exhibido por el entorno), bien por el aburrimiento (transmitido por el entorno) y, de esta forma, un nuevo impulso más violento conduce al ser humano hacia su insatisfacción permanente.
    El segundo grupo está formado por unos elementos desarrollados como principios axiomáticos del entorno. Son elementos que se instauran cuando el hombre convive con el sufrimiento permanente, y pretende -o no puede evitar- formar parte de él. Cada elemento es, a su vez, origen y resultado del sufrimiento, lo mitiga y también lo atrae hacia él mismo, ya que actúan ex proceso como un mecanismo que imanta hacia el entorno las actuaciones y los deseos. Estos elementos pueden conservar al hombre unido a la sociedad o pueden recordarle continuamente su fragilidad. Pueden mostrarle la sumisión absoluta al sin sentido o pueden revelarle el castigo del rechazo. Pueden exigir un compromiso superior o pueden vaciar en un instante cualquier esperanza. Algunos ejemplos son la aceptación y reconocimiento social, los prejuicios, los valores las apariencias, las modas, la comunicación y la propaganda, la subordinación a ideales, las instituciones, los liderazgos, el miedo, la conducta, la desconfianza…
    El hombre es en sí mismo el defensor más comprometido de todos elementos. Es el inquisidor del comportamiento de sus iguales debido a su incapacidad para desprenderse completamente de la tensión y de su miedo al rechazo. Esto es, defiende su sufrimiento mediante la acusación hacia los que pretenden negarlo. Y ahora, repito de nuevo la pregunta, ¿existe la libertad o no? Pues depende y punto, y además mencionaré una frase de Spinoza que sintetiza perfectamente la imprecisión de la respuesta: “Los hombres se engañan al creerse libres; y el motivo de esta opinión es que tienen conciencia de sus acciones, pero ignoran las causas por que son determinadas; por tanto, lo que constituye su idea de libertad, es que no conocen causa alguna de sus acciones.”
    ¿Y yo pregunto, existe la libertad como estado humano, como consciencia de ser en libertad? ¿Qué es la libertad? ¿Es una abstracción ilusoria, como tantas otras, que nos ocupa interminablemente, por no poder encontrarle sustento, o explicación que satisfaga, o forma de sentirla de verdad? ¿Qué es? Digo,¿no será otra de las tantas preguntas que tenemos en nuestro haber, sin poder responder y sin encontrarle ubicación en nuestra existencia? A ver Enrique, qué me dices.
  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado mayo 2012
    ¿Dónde ubico tu novela? Me interesaría leerla.

    Hacía mucho tiempo que no entraba al foro. Disculpas.
    Indícame el lugar y leeré. Gracias.
    Ya te había respondido, pero encontré esta otra respuesta iniciada y la cuelgo por no tirarla.
    (esta respuesta es válida, pues lleva las disculpas, así que la pongo, aun a riesgo de quedar repetitiva)
  • editado mayo 2012
    Marlenedietrich escribió : »
    ¿Dónde ubico tu novela? Me interesaría leerla.

    Hacía mucho tiempo que no entraba al foro. Disculpas.
    Indícame el lugar y leeré. Gracias.
    Ya te había respondido, pero encontré esta otra respuesta iniciada y la cuelgo por no tirarla.
    (esta respuesta es válida, pues lleva las disculpas, así que la pongo, aun a riesgo de quedar repetitiva)

    Me satisface muchísimo tu interés. Estoy seguro de que te gustará la historia, y de que podremos pasar un tiempo comentando el libro. Es lo que pretendo ofrecer, la posibilidad de comentar, discutir y criticar las ideas, y el libro en sí. Es el valor añadido que podemos ofrecer nosotros, los autores nóbeles (y nobles!!).

    En España, el libro puedes encontrarlo en cualquier tienda bajo pedido (en La casa del libro, en principio, te lo traen en 24h). En Castellón, que es mi provincia, hemos procurado que esté ya en algunas librerias. También puedes pedirlo por internet, por ejemplo, en la página web de la editorial. Te anoto el enlace:

    http://www.edicionesoblicuas.com/libro.php?libro=84

    Espero poder empezar a comentar el libro cuanto antes, y a ver si los foreros se animan y creamos un grupo de lectura, de discusión o algo similar. Considero que el libro viene muy a propósito para el tema que estamos comentado, pero, además, resulta muy entretenido, por la forma en que se nos muestra la sociedad a través de imágenes absurdas -e incluso cómicas-, que potencian al máximo el patetismo y la desolación.
  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado mayo 2012
    Fíjate Enrique, qué poco podemos hacer uso de esa supuesta LIBERTAD que nos garantizan y que al mismo tiempo, nos recortan y dosifican de todos los modos posibles. No puedo acceder al libro, pues está cerrada la importación de modo que tendrás que enviarme el argumento vía e-mail, si quieres, o un resumen. Sé que es una falta de respeto hacia el autor pretender que entregue su obra de este modo, pero habrás visto en Bradbury, que hemos de terminar pasándonos las ideas para memorizarlas y mantenerlas vivas, de cabeza a cabeza, de corazón a corazón, de intelecto a intelecto...ya que los libros, aquellos que abren las mentes, son cada vez más escasos, y aunque no los quemen de hecho, de algún modo los destruyen y no nos llegan.
    Estoy leyendo "Cuadernos de Lanzarote" Tomo 1. Me siento tan bien en tan buena compañía, la compañía de un "noble", que, además, piensa, y ¡cómo!
  • editado mayo 2012
    Marlenedietrich escribió : »
    Fíjate Enrique, qué poco podemos hacer uso de esa supuesta LIBERTAD que nos garantizan y que al mismo tiempo, nos recortan y dosifican de todos los modos posibles. No puedo acceder al libro, pues está cerrada la importación de modo que tendrás que enviarme el argumento vía e-mail, si quieres, o un resumen. Sé que es una falta de respeto hacia el autor pretender que entregue su obra de este modo, pero habrás visto en Bradbury, que hemos de terminar pasándonos las ideas para memorizarlas y mantenerlas vivas, de cabeza a cabeza, de corazón a corazón, de intelecto a intelecto...ya que los libros, aquellos que abren las mentes, son cada vez más escasos, y aunque no los quemen de hecho, de algún modo los destruyen y no nos llegan.
    Estoy leyendo "Cuadernos de Lanzarote" Tomo 1. Me siento tan bien en tan buena compañía, la compañía de un "noble", que, además, piensa, y ¡cómo!

    Es una verdadera pena. Y no, no lo considero una falta de respeto, de ningún modo. Mi principal objetivo es ser leído y, por suerte, hoy en día el fuego de la hogueras o las trabas de los gobiernos hacia las importaciones no solo se burlan con la memoria o la ilegalidad...; aprovecha los libros digitales (cualquier libro tiene su versión en digital). A mi, personalmente, me cuesta adaptarme, pero si fuese la única opción no dudaría en acostumbrarme.

    Ciertamente me hubiera hecho más ilusión que tuvieras el libro "de verdad". Respecto a colgar un resumen, lo que haré es citar alguna crítica. Será más imparcial. Un resumen, desde mi punto de vista, no puede transmitir la esencia de la historia, es como si te contaran una película, conocerás el argumento pero no las sensaciones que transmitirían en ti esas imágenes, esos gestos, esas miradas, esos colores...
  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado mayo 2012
    No te imaginas hasta qué punto acuerdo contigo en que contar un resumen es como tomar una foto de alguien; sólo un plano de tantas dimensiones, gestos, emociones, actitudes, que sólo se tienen al alcance cuando conoces al fotografiado. Algo con vida propia, transmite, cuando se le conoce cara a cara, no en retazos o en retratos.
    Vi en la reseña, que es algo orweliano, y he leído también a Orwell, quien me ha parecido un profeta de la post-modernidad. Muy sugestiva la imagen de la tapa.
    Espero tus instrucciones, para encontrar el libro en la web y leerlo allí. No soy una buena navegante, ni paciente con la búsqueda en este oscurísimo e interminable espacio, en el que puedes hallar lo inimaginable.

  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado mayo 2012
    Muy gentil de tu parte, enviarme esas direcciones. Lo que he leído de tu libro, me ha encantado. Es el camino hacia una interioridad pocas veces develada, salvo en nuestros sueños, donde sí considero, somos libres de verdad y no hay lugar para ningún ocultamiento ni cadena, ni orden. Ese debe ser, a buen seguro, el descanso que nos hace soportar el resto
    Me gustó el estilo y lo que dice y lo que quiere decirnos, a quienes tengamos la posibilidad de llegar a él, para dejar que el libro llegue a nosotros.
    Ya me voy a poner en lucha, para tratar de conseguirlo. Gracias por pensar, y compartir.
  • editado mayo 2012
    Marlenedietrich escribió : »
    Muy gentil de tu parte, enviarme esas direcciones. Lo que he leído de tu libro, me ha encantado. Es el camino hacia una interioridad pocas veces develada, salvo en nuestros sueños, donde sí considero, somos libres de verdad y no hay lugar para ningún ocultamiento ni cadena, ni orden. Ese debe ser, a buen seguro, el descanso que nos hace soportar el resto
    Me gustó el estilo y lo que dice y lo que quiere decirnos, a quienes tengamos la posibilidad de llegar a él, para dejar que el libro llegue a nosotros.
    Ya me voy a poner en lucha, para tratar de conseguirlo. Gracias por pensar, y compartir.

    Gracias a ti. Si decides leerlo, espero poder comentarlo contigo cuanto antes.
  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado mayo 2012
    He observado, no sin cierta sorpresa, que la conversación que hemos venido desarrollando acerca de la LIBERTAD, sus sucedáneos, su concepto en cada uno, los pensamientos que inspira, y todo lo que trae aparejada esta palabra, más los avatares que acompañan la vida humana, en alguno de sus aspectos, como el dolor, no ha tenido ningún eco en los demás integrantes del foro,o al menos, he sido incapaz de descubrirlo. ¿Por qué no es popular este tema, en ningún ámbito? ¿O tal vez no queramos pensar en lo que nos obliga a replantearnos la vida? ¿Hay reticencia a ahondar en el interior, por ser un viaje harto desconcertante y peligroso, por lo que se puede llegar a descubrir "allí"?
  • TrasgoTrasgo Fernando de Rojas s.XV
    editado mayo 2012
    La libertad es para los pájaros o para la poesía que son casi lo mismo...

    El lenguaje esté hecho por el hombre para el hombre, pero no puede alcanzar la verdad, muchas palabras quedan pequeñas al lado del sentimiento... amor, esperanza, libertad... etcétera

    Por eso a ratos prefieron el lenguaje de los pájaros ...

    Saludos
  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado mayo 2012
    Trasgo escribió : »
    La libertad es para los pájaros o para la poesía que son casi lo mismo..El lenguaje esté hecho por el hombre para el hombre, pero no puede alcanzar la verdad, muchas palabras quedan pequeñas al lado del sentimiento... amor, esperanza, libertad... etcétera
    .Por eso a ratos prefieron el lenguaje de los pájaros ...

    Saludos

    Por fin he leído algo bello, bello, muy bello. Agrego que no debería ser sólo para los pájaros y la poesía y que si ambos existen, hay esperanzas también para nosotros, pobres peatones. Saludos, gracias.

    Y en cuanto a la poesía, si lees a Lorca, o a cualquiera de los grandes elegidos, en sus poemas, te das cuenta que vuelan más allá que cualquier ave, vuelan desde sus almas, no crees? Y, milagrosamente, encuentran palabras que, generosamente, te llevan en su abrazo, a volar muy alto, o muy dentro, como quieras.
  • TrasgoTrasgo Fernando de Rojas s.XV
    editado mayo 2012
    Es que ellos ya son pájaros y hablan y escriben el pajarístico...

    Abrazos y saludos
  • editado mayo 2012
    Los asuntos metafísicos tienden a ser algo tan fatigoso, angustioso y, lo que es peor, pavoroso...; y más si se tratan de forma cruda, sin el ornamento de la poesía o el eufemismo de los cuentos de hadas.
    Alguna vez he escuchado eso de "la vida que vivimos ya es suficientemente penosa, no merece la pena hurgar más adentro". Yo creo que sí merece la pena, porque no buscamos sentir más dolor, iniciamos esa busqueda para conocer el origen de ese dolor, qué lo causa y por qué, y así poder combatirlo o, si no es posible, al menos comprenderlo.
  • TrasgoTrasgo Fernando de Rojas s.XV
    editado mayo 2012
    La busqueda es infinita, ya que el lenguaje escrito no le alcanza ni siquiera a los pies al lenguaje hablado y este último tampoco alcanza al pensamiento...

    Por lo anterior la palabra libertad tiene infinitos significados, solo uno para la rae, peron infinitos significados para el hombre, en distintas latitudes y en distintos estados de animos en distintas pocas de la historia, otro infinito más...

    Mantenerse en la búsqueda es lo esencial, pero hay que mantenerse en una búsqueda, sabiendo que no enontraremos la verdad...

    La libertad de fidel por ejemplo no es la misma liberta de bush que no es la misma libertad del papa y que tampoco es la tuya y menos la mía...

    Circulos y espirales tan metafísico no es, incluso es casi matemático...

    Saludos
  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado mayo 2012
    ENRIQUE escribió : »
    Los asuntos metafísicos tienden a ser algo tan fatigoso, angustioso y, lo que es peor, pavoroso...; y más si se tratan de forma cruda, sin el ornamento de la poesía o el eufemismo de los cuentos de hadas.
    Alguna vez he escuchado eso de "la vida que vivimos ya es suficientemente penosa, no merece la pena hurgar más adentro". Yo creo que sí merece la pena, porque no buscamos sentir más dolor, iniciamos esa busqueda para conocer el origen de ese dolor, qué lo causa y por qué, y así poder combatirlo o, si no es posible, al menos comprenderlo.
    ¿Todo lo metafísico te parece doloroso? ¿Por qué? Creo que hay, dentro de lo metafísico, todo aquello que no sabemos qué es, y¿por qué nos inquietaría, si no lo vemos, y se trataría de una percepción colectiva? Que existe el dolor, es verdad, pero no es lo único que nos lleva a buscar en el interior para comprender, ni lejos de ello; es sólo uno de los tantos temas que nos inquietan. Pero si lo metafísico es doloroso, entonces, ¿qué es el dolor, que sí vemos y sentimos físicamente?
    Creo que nos estamos metiendo en terreno difícil y en temas espinosos, y me encanta el desafío... y vuestras respuestas. Saludos.
  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado mayo 2012
    Trasgo escribió : »
    La busqueda es infinita, ya que el lenguaje escrito no le alcanza ni siquiera a los pies al lenguaje hablado y este último tampoco alcanza al pensamiento...

    Por lo anterior la palabra libertad tiene infinitos significados, solo uno para la rae, peron infinitos significados para el hombre, en distintas latitudes y en distintos estados de animos en distintas pocas de la historia, otro infinito más...

    Mantenerse en la búsqueda es lo esencial, pero hay que mantenerse en una búsqueda, sabiendo que no enontraremos la verdad...

    La libertad de fidel por ejemplo no es la misma liberta de bush que no es la misma libertad del papa y que tampoco es la tuya y menos la mía...

    Circulos y espirales tan metafísico no es, incluso es casi matemático...

    Saludos
    Es jugosa la respuesta y tiene para debatir un rato, además coincido en que la libertad no es la misma para nadie, como nada es lo mismo para ningún ser.
    Dices que mantenerse en la búsqueda es lo importante, y ¿cómo sabes qué debes buscar, si primero no ahondas en tus profundidades?, ya que cada uno ha de buscar algo distinto, como bien lo dices. Saludos
  • TrasgoTrasgo Fernando de Rojas s.XV
    editado mayo 2012
    "No existe la libertad, sino la búsqueda de la libertad, y esa búsqueda es la que nos hace libres." Carlos Fuentes en homenaje a un grande que en paz descanse...

    Cuando avanzas en la búsqueda, de una infinidad de cosas, entre ellas la libertad, caes al espiral y te das cuenta que la búsqueda es lo único importante...

    Eso me ha pasado a mi al menos....

    Saludos
  • MarlenedietrichMarlenedietrich Pedro Abad s.XII
    editado mayo 2012
    Trasgo escribió : »
    "No existe la libertad, sino la búsqueda de la libertad, y esa búsqueda es la que nos hace libres." Carlos Fuentes en homenaje a un grande que en paz descanse...

    Cuando avanzas en la búsqueda, de una infinidad de cosas, entre ellas la libertad, caes al espiral y te das cuenta que la búsqueda es lo único importante...

    Eso me ha pasado a mi al menos....

    Saludos
    ¿Podría saber qué es en tu concepto, entrar en espiral?
    Si lees a Foucault te recomiendo de su " Las palabras y las cosas", un párrafo muy atinente acerca de las palabras y la intención de comunicar qué cosas con ellas. Pág. 53, segundo gran párrafo.Saludos.

  • TrasgoTrasgo Fernando de Rojas s.XV
    editado mayo 2012
    Marlenedietrich escribió : »
    ¿Podría saber qué es en tu concepto, entrar en espiral?
    Si lees a Foucault te recomiendo de su " Las palabras y las cosas", un párrafo muy atinente acerca de las palabras y la intención de comunicar qué cosas con ellas. Pág. 53, segundo gran párrafo.Saludos.

    Mmm...

    Es en parte la dialéctica, el espiral dialéctico, cuando crees encontrar un respuesta, en realidad encuentras otras diez preguntas y revisas las relaciones entre fenómenos y objetos que es finalmente lo mas importante. Esto NO es un ciclo (sinó sería un círculo), por que va siempre en aumento infiníto (por eso le llamo espiral). Cada vez que crees encontrar una respuesta, en realidad encuentras contradicciones, negaciones de otros cosas.

    En cuanto a Foucault, creo que leerlo dialécticamente me ha acercado a lo que pienso hoy, tembién leyendo a Derrida. (aunque no lei el parrafo que me indicas, tendría que tener el mismo libro... si encuentras un link me avisas quede colgado con esto)

    Ahora, otra cosa es salir del espiral para mirar...

    Saludos
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