- ... Síbel ¿ estás en la lumbre... ?
- En la lumbre, en la lumbre estoy, sobre las brasas;
¿Y tú, Sixto Plácido, dime ¿ de dónde vienes, de qué fuego, de qué sangre...?
- No he llegado aún, Síbel, no he llegado aún; únicamente están ardiendo mis ojos y mi boca.
- Los labios de la brisa, besan, y por los campos, al alba, los lirios te detectan;
- Antes de que el sol incendie tu pecho y la alameda, ah, Síbel Emara, ah Síbel, estaré contigo.
- El corazón se agita y llora, Sixto Plácido; la pasión y el aire queman;
y es que es tanta, tanta la alegría...
Comentarios
Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón.
Lo esencial es invisible a los ojos.
–Lo esencial es invisible a los ojos –repitió el principito, a fin de acordarse.
–El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.
–El tiempo que perdí por mi rosa... –dijo el principito, a fin de acordarse.
Los hombres han olvidado esta verdad –dijo el zorro– . Pero tú no debes olvidarla.
Eres responsable para siempre de lo que has domesticado.
Eres responsable de tu rosa...
–Soy responsable de mi rosa... –repitió el principito, a fin de acordarse.