… y allí, precisamente, donde golpean y aúllan las tormentas del mar, del cielo y de la tierra,
donde los elementos son látigos y espadas, furia, áspides en lucha,
y el terror oscuridad del corazón,
allí, justamente, aún a lo lejos y en lo alto,
EL FARO:
tan poderoso y solo,
tan impersonal e inmóvil,
tan radiante y salvador, tan sereno,
y, al fin, tan en compasión por y con nosotros, tan de primera piedra;
… oh, amiga o amigo: y por qué no ser faro del mundo en tu país,
en tu ciudad o barrio,
en la escuela o el trabajo,
en tu familia o casa,
incluso en ti mismo,
- en tu propio ser -
por qué, por qué no,
si el faro no tiene por qué hablar ni luchar,
sólo luce, brilla;
… y es que ¿ sabes ? ya nada, nada volvería a ser lo mismo.
Comentarios
Un saludo.
...Amparo ¿ te has mirado y examinado...? ¿ y no eres chévere porque eres un faro ? ah,...; Orión
... Damapa, uno trabaja lo que puede pero el resultado es poco porque mis limitaciones son demasiado grandes, pero bueno...; gracias y mi saludo; Orión
... a tu favor era, a tu favor, Orión
Saludos.
... Sinrima, siempre pretendo leer y contestar todos aquellos comentarios que me son hechos; tengo para mí que sí lo he hecho contigo, pero siempre cabe - porque soy muy de piedra y cartón, no lo olvides - que en un despiste por cualquier causa, me haya descuidado y me haya levantado en ese momento del ordenador y tal; por ello, por si acaso, quiero expresarte mis más sinceras excusas y, de otra parte, expresarte también agradecimiento, cómo no, por ese seguimiento que vienes haciendo de los poemas que posteo, es un honor sin duda; (... y no paso mucho porque, de un lado, el tiempo cada vez se reeduce, y, de otro, porque esde el Foro no suelen llegarme demasiadas demandas por comentarios que contestar o tratar; pero ya he he hecho viejo en él, creo que ya son varios años, y eso es un tanto raro en este mundillo ¿ no crees ?) Orión
A veces me pregunto: ¿Cuál es la manera correcta -si la hay- de leerlos? ¿Todos lo hacemos de una manera igual o distinta?
PÁLPITI E PÁLPITI
... mientras las gentes se aman y odian, y mientras ríen y lloran, y mientras se divierten y matan,
pálpiti e pálpiti, consciente, y sin descanso, prosigue latiendo y sustentándonos el mundo;
y ah, ah la ternura inmemorial e indescriptible que trasciende el velo u oquedad-sombra del aire,
[fuego escondido y vivo, oro puro de intensa e inmensísima luz]
ah la protección divina, ah esa dulce espera ante el error con su inefable piedad:
el ser humano cuidado, arrullado, inmensamente amado, besado y mimado,
pues que corre el agua, y, su sonido, impregna la hierba e inundando va de esplendores la vida;
... mas, sin embargo, y a veces, de repente, en el profundísimo altar y fulgor de una fiesta,
bajo el frenesí o aplauso de su deslumbrante brillo, por un instante, digo,
- por completo desolados y sin consuelo posible -
nos oímos gemir y llorar, llorar y llorar;
¿ ... somos acaso Orfeo, Tristán o Tannhäuser ? ¿ ... somos Eurídice ? ¿ Isolda ? ¿ tal vez Elisabet ?
¿ ...y uno u otro, dónde, dónde estamos en ese instante real de tal llanto terrestre, dónde...?
¿ en qué dolor sublime y en qué, en qué acto o pasaje de la obra,
quiénes somos, pues, y dónde, dónde estamos...?
pero las óperas, con sus excelsas músicas, llevándonos dentro y evocándonos,
avivarán la densidad del fuego oscuro, hasta lograr entrar en nuestro propio corazón
y descubrir el estigma-hiel de la indiferencia, la traición o el olvido;
... poética y cuánticamente, hoy, y aquí, es y está cualquier hálito, soplo o día por la tierra,
pues que aquí está el poema y su espíritu,
y de igual modo, presentes son y están todos los cuerpos, todas las almas,
y el multiverso lo ve, lo intuye, lo acoge y cuida, lo conoce y sabe;
por tanto, no, ya no se teman ni nos temamos entre nosotros más:
pendiente de mi fiesta y esperándome siempre, siempre, y aunque roto y loco volviese,
aún recuerdo los infinitos y amorosísimos brazos de compasión de mi madre.
http://www.oriondepanthoseas.com
PÁLPITI E PÁLPITI
... mientras las gentes se aman y odian, y mientras ríen y lloran, y mientras se divierten y matan,
pálpiti e pálpiti, consciente, y sin descanso, prosigue latiendo y sustentándonos el mundo;
y ah, ah la ternura inmemorial e indescriptible que trasciende el velo u oquedad-sombra del aire,
[fuego escondido y vivo, oro puro de intensa e inmensísima luz]
ah la protección divina, ah esa dulce espera ante el error con su inefable piedad:
el ser humano cuidado, arrullado, inmensamente amado, besado y mimado,
pues que corre el agua, y, su sonido, impregna la hierba e inundando va de esplendores la vida;
... mas, sin embargo, y a veces, de repente, en el profundísimo altar y fulgor de una fiesta,
bajo el frenesí o aplauso de su deslumbrante brillo, por un instante, digo,
- por completo desolados y sin consuelo posible -
nos oímos gemir y llorar, llorar y llorar;
¿ ... somos acaso Orfeo, Tristán o Tannhäuser ? ¿ ... somos Eurídice ? ¿ Isolda ? ¿ tal vez Elisabet ?
¿ ...y uno u otro, dónde, dónde estamos en ese instante real de tal llanto terrestre, dónde...?
¿ en qué dolor sublime y en qué, en qué acto o pasaje de la obra,
quiénes somos, pues, y dónde, dónde estamos...?
pero las óperas, con sus excelsas músicas, llevándonos dentro y evocándonos,
avivarán la densidad del fuego oscuro, hasta lograr entrar en nuestro propio corazón
y descubrir el estigma-hiel de la indiferencia, la traición o el olvido;
... poética y cuánticamente, hoy, y aquí, es y está cualquier hálito, soplo o día por la tierra,
pues que aquí está el poema y su espíritu,
y de igual modo, presentes son y están todos los cuerpos, todas las almas,
y el multiverso lo ve, lo intuye, lo acoge y cuida, lo conoce y sabe;
por tanto, no, ya no se teman ni nos temamos entre nosotros más:
pendiente de mi fiesta y esperándome siempre, siempre, y aunque roto y loco volviese,
aún recuerdo los infinitos y amorosísimos brazos de compasión de mi madre.
http://www.oriondepanthoseas.com
... en verdad, y ciertamente, todos, todos sois mis amigos, poetass y no poetas, todos; mi abrazo general y gracias por la atención de haber venido hasta estos bien humildes poemas. a. justel/Orión