Hola a todos!! He comentado con gente que lee y a pocos, a casi a nadie, le ha pasado de empezar a leer un libro y encontrar un personaje detestable, al que llegamos a odiar y nos hace llegar al punto de dejar de leer el libro.
A mi me paso con "Rosaura a las diez" de Marco Denevi, llegue a odiar muucho a dos personajes, a la señora Milagros y a David Réguel, este ultimo me parecio muy arrogante, con aires de suficiencia, en partes me hacia acordar a Joseph Rouletabille, del libro "El misterio del cuarto amarillo". Dos libros que deje por estos personajes y los retome despues de un tiempo por amor a la lectura. Resulto que ninguno de los dos libros fueron buenos para mi.
Creo que al generarme algun sentimiento los personajes, sean buenos o malos, habla bien del escritor en la descripcion de los personajes, opinan lo mismo??
Espero sus comentarios!!!
Saludos!!!:)
Comentarios
Están los malos de manual, puras caricaturas de la maldad, que reúnen todas las cualidades perversas que pueden darse en una persona, y que casi nos provocan una sonrisa de puro perfectamente malos que son. Estos son los malos de las novelas de Dickens.
Luego están los malos atractivos, seres de extraordinaria y maquiavélica inteligencia, cuyas prodigiosas habilidades nos hacen sin querer ponernos de su parte y desear que sus crímenes les salgan bien. El ejemplo paradigmático de estos malos es el Mr Ripley de Patricia Highsmith.
Finalmente, nos encontramos con libros en los que se ha colado un malvado de carne y hueso, un malvado auténtico que en cualquier momento puede salir del libro y arrancarnos los ojos. Un buen ejemplo de ellos es el coronel Joll, experto en interrogatorios, en Esperando a los bárbaros de J. M. Coetzee. Cuidado con estos malos, porque pueden causar lesiones graves al lector.
Un par de malos atractivos: Macbeth y Raskólnikov.
Ante ellos no queda sino seguirlos, y luego es difícil desprenderse, sobre todo del último.
Es que precisamente lo relevante en una obra es que te produzca sensaciones tan intensas como vívidas. Que sirva para desasosegar, decía un escritor portugués. Y realmente existen obras que nos impulsan a despojarnos de nuestra tranquilidad.
Odio, y no solamente odio sino también asco, he sentido con los ciegos del ala dominante en Ensayo sobre la ceguera en el momento de la violación colectiva.
También he sentido odio con algunas acciones de determinados personas de la novela Entre Marx y una mujer desnuda, de Jorge Enrique Adoum.
Por último, agrego al dúo del inicio a un tercero: el Yago de Shakespeare. Frente a este personaje he sentido una confusión de sensaciones. La ambivalencia se presenta por un lado en despreciar a ese piojo (parásito de muchos) que se esconde de una a otra esquina, y por otro en admirar esa astucia de zorro con la cual urde sus planes.
Así es la literatura. La verdadera. Con personajes que te hacen sentir parte de la historia.
¿alguien recuerda el título?
Creo que no hay que confundir personajes malos con personajes detestables...
De todos modos, cualquier sentimiento que pueda llegar a inspirarte un texto opino que habla en favor del autor.
¿Como saber si lo que vos sentis es lo que en relaidad sintio el autor al escribirlo, o lo que quiere que sientas...? (Tambien creo que un buen escritor no tiene que escribir pensando en lo que sentira el otro, sino ser fiel a sus sentimientos) yo creo que uno siente e interpreta en razon a como es uno, su estado de animo y demas cosas, por eso a uno le puede gustar un personaje y a otros no, creo que la diversidad de interpretaciones es una de las tantas cosas hermosas que tiene la literatura.
Sí eso es. Me impresionó el retrato de la maldad que se dá en este libro.
De http://www.recercat.net/bitstream/2072/5075/4/BillyBuddcast.pdf
"Joven, bondadoso y bello, Billy será la víctima de la envidia del Mal encarnada en algunos hombres de mente retorcida como Claggart, ..."
Esta novela es un retrato perfecto de lo que pueden ser personajes detestables.
Gracias Stein.
-Henry Bowers (It)
-Margaret Whitw (Carrie)
-Christine Hangersen (Carrie)
A mi ver, los únicos personajes que nos podrían resultar detestables terminarían siendo aquellos que adolecen de toda virtud, aquellos que no actúan con sagacidad malévola sino con hipocresía, falsedad, ignorancia, estulticia… Creo que era a éstos a los que aludía el iniciador de este tema… De estos especímenes yo rescato a Quilón Quilonides (Quo Vadis?), Uriah Heep (David Copperfield), Frank Churchill (Emma) y Sir Pierce Shafton (El monasterio).
Para ejemplificar a los del segundo tipo, a los malos atractivos (según nos los ha referido Diego) que tal vez habría que dedicarles su propio tema de debate, concuerdo en considerar a Raskolnikov y añado a dos más: Julien Sorel (Rojo y negro) y Mersault (El extranjero). Como verán, ellos son personajes de papel protagónico que perpetraron crímenes impelidos por turbaciones del espíritu que un hombre zafio y rastrero jamás experimentaría.