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¿Trama lenta o trama rápida?

Amigos y amigas de este marvilloso foro, tengan un saludo de mi parte.

Quisiera hacerles una pregunta: ¿gustan más de las historias donde ésta se va presentando de a poco, o cuando esta se va mostrando a un ritmo vertiginoso? He leído la opinión de algunos foreros sobre este tema, pero la pregunta es libre y todo aquel que quiera aportar, bienvenido sea.

Comentarios

  • A mi me gusta que vaya a fuego lento siempre y cuando eso este justificado por una buena construcción de personajes, un posicionamiento de las piezas en el tablero, las descripciones apropiadas para entender el contexto... Luego, hay otros muchos libros que introducen el grueso de la trama pasado el ecuador de libro, y te das cuenta de que lo que has leído hasta ahora es paja. Eso no me mola.

    Saludos.


  • jeje, creo que yo soy uno de los que ya opinó sobre este tema en su día.
    En cualquier caso, creo que puede ser en función de las apetencias del momento. Se me ocurre una comparación directa con la comida. Puedes pedir comida rápida y disfrutar con ella, es sabrosa y resultona. Ahora bien, ¿a quién no le gusta comerse un guiso que ha estado horas y horas preparándose? Todos los alimentos sueltan su jugo y sus nutrientes, y es más completo. 

    A veces me apetece comer pizza y disfruto con ello y a veces me apetece una comida larga y distendida con buenos productos. Pues con la lectura (y en general con todo el entretenimiento) me pasa un poco igual. Unas veces disfruto con una historia que me lleva directo a la acción, y otras veces me apetece meterme en un mundo y conocerlo poco a poco. 
  • @ValdemarGrim, leer tu comentario, hizo que me diera hambre. :D 
  • En mi opinión, yo creo que la vertiginosidad de la trama depende bastante del género. Por ejemplo, En una novela policial necesitas acción y que las cosas pasen rápido, porque pasan muchas cosas y la trama, en un lapsus de tiempo real, no suele durar mucho. 
    Por otro lado, si tienes una novela que narra la vida de un personaje, las distintas vivencias y las personas que pasan a través de ella y que al final le hacen ser como es, necesitas, como bien dice @ValdemarGrim , cocinar ese guiso lentamente y paladearlo, pero eso no puedes hacerlo en una novela policíaca, o al menos no lo concibo ahora mismo, creo que el lector se aburriría de leerlo y el escritor de escribirlo jajaja 
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    Coincido en algunas de vuestras argumentaciones; ahora bien, lenta o rápida la trama, la narración, pienso que en cualquier tipo de novela siempre hay que dejar algún personaje entre visible e invisible. Me explico. Un personaje, más protagonista que secundario, que aparezca y desaparezca como el Guadiana, pero que el escritor intuya que el lector está siguiendo sus movimientos. Con esta, digamos táctica conseguimos un interés añadido por leer entera la obra, por larga que sea, como buscando el paradero de ese, en cierto modo, enigmático personaje.

    Ignoro si esto es usual en escritores consagrados, que no es mi caso, por supuesto. Pero a mí me funcionó la táctica en mi libro "Atormentado cuando voy a morir", el cual sometí a debate en este foro en el apartado "Grupos de Lectura". Casi todos los colegas foreros que hacían sus críticas me preguntaban... ¿Qué ha pasado con el tal?, y yo les respondía que siguieran leyendo que poco a poco sabrían de él, hasta que a un forero (una, en este caso, de nick Gades) le dije que ese personaje lo creé para llevar a buen puerto mi obra, pero que en ningún momento lo consideré trascendental para el final de la misma, aunque sí hice un breve apunte de su destino.

    Hay obras que se venden más por quien es su autor que por el argumento de la misma. Pero, claro, para llegar a esa decisión de selectividad hay que ser un escritor de mucho peso. Igual ocurre en el cine. A veces, hemos visto películas protagonizadas por nuestras actrices y nuestros actores favoritos, más que por el argumento en sí. Lo que ocurre es que las actrices y los actores de categoría se pueden permitir el lujo de aceptar o rechazar este o aquel film, simplemente porque no le gusta lucir un traje gris, por ejemplo.




  • Para mi gusto personal (porque esto depende del tipo de historia que se escriba), prefiero las historias lentas, pero con una lentitud que tenga como fin crear la ambientación adecuada (y consecuente atmósfera).  Aunque no sea literario, pondré como ejemplo la Noche de los muertes vivientes de Georges Romero (la original, del 68). Lo mejor de toda la película no es la historia, sino la ambientación (y la tensión) originada por la radio. Yo soy de los que pienso que nos guiamos demasiado por el esquema clásico del "protagonista contra el villano", cuando a veces con una simple "radio" (entiéndase la metáfora) ni siquiera harían falta personajes, o un desarrollo de trama concreto...
  • Hay un libro muy bueno que habla de este asunto en varias ocasiones. "Suspense", de la maestra Patricia Highsmith. Ella dice que, personalmente, prefiere empezar despacio. Un comienzo lento, incluso amable, donde podamos ver al personaje en su entorno cotidiano, haciendo alguna labor rutinaria o doméstica, algo de poca importancia pero que lo llevará a un momento tenso, a un conflicto.
    La cuestión de los contrastes (lento-rápido) creo que es una herramienta muy poderosa en las manos de un narrador. No es una elección, sino una combinación de ambas estrategias, lo que creo que satisface más al lector. Demasiada lentitud puede cansar, al igual que demasiada rapidez puede aturdir.
    Al final creo que es una cuestión de confianza. ¿Te sientes seguro de tu prosa, de tu capacidad para detenerte en algo aparentemente pequeño, de tu capacidad para crear empatía con el lector a través de esas sensaciones que solo se disfrutan a fuego lento? ¿O sólo te sientes verdaderamente cómodo a través de la acción, de la sucesión episódica de acontecimientos, perfectamente hilvanados pero que no dejan descanso al lector?
    No caigamos en dicotomías tramposas. Hay que saber usar ambos ritmos.    
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