Hoy he soñado contigo.
Si, contigo. Sabes muy bien que eras tú la que aparecías en mi sueño.
Lo vi en tu mirada, sabías que no era tu sueño, sabías que era el mío. Aún así me cogiste de la mano. Y no sólo me cogiste de la mano, sino que también me acariciaste la palma con las puntas de tus dedos. Y me sonreíste. Con tus carnosos labios y tus preciosos y profundos ojos azules.
Había complicidad en tu mirada, porque sabías que al despertar me acordaría de todo y pensaría en ti. Porque sabías que seguirás en mi recuerdo a pesar de estar más allá de mis posibilidades. Y también había sensualidad y cariño porque, en el fondo, tu también me buscas a mi todas y cada una de las noches del año.
Ambos nos acostamos cada noche pensando el uno en el otro, pensando, recordando, imaginando.
Porque ambos nos pertenecemos aunque nunca estaremos juntos, más allá de un sueño cada día.
Comentarios