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Diario de un hombre gris.

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Comentarios

  • AlmendrónAlmendrón Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado febrero 2015
    :d:d:d
  • CarlosSerranoCarlosSerrano Fernando de Rojas s.XV
    editado febrero 2015
    A propósito de Cary Grant, el otro día leí que el actor solía decir "Para tener éxito nada mejor que empezar desde arriba".:D

    Yo desde una experiencia traumática de niño con un par de mis perritos siento alergia a los perros, gatos y demás.:rolleyes:
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    CarlosSerrano escribió : »
    A propósito de Cary Grant, el otro día leí que el actor solía decir "Para tener éxito nada mejor que empezar desde arriba".:D

    Yo desde una experiencia traumática de niño con un par de mis perritos siento alergia a los perros, gatos y demás.:rolleyes:


    Buena suerte he tenido, pues ninguna experiencia con animales no humanos me ha traumatizado. Pero temo, ¡cómo no!, a algunos animales muy peligrosos, también a algunos perros.

    Y no de Cary Grant, pero sí de uno de los personajes que representó (en Un corazón en peligro), recuerdo esta idea:


    A la vaca que se para, la ordeñan.
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    -Voy a ser un vagabundo.
    -A mí me habría gustado serlo también, pero perdí la ocasión.


    De Saroyan.



    Madrugada del 11 al 12 de abril del 94, en la cama:



    Hoy he estado en la viña, regando la encina. Después fui al río a meter el pie; ya casi no se aprecia la dermatitis. Aún me duele al articularlo lateralmente. También me duele el otro pie ahora. Estoy a la espera de que me llamen de rehabilitación.



    Viernes, 22 de abril, en la cama:



    Anteayer estuve en rehabilitación. En la biblio leí a muchos escritores. Me detuve con especialidad y sumo gusto en B. Russell. Me impresionó sobremanera su destacada inteligencia y experiencia. Siento ahora un vivo, ardiente, deseo de leer con despacio la totalidad de su obra; ardua tarea, sin duda, que quizás nunca vea cumplida. Por Russell llegué a Wittgenstein.

    Ayer comencé con el ultrasonido. Hago asimismo ejercicios isométricos. Ahora no paseo, ni corro, ni juego al fútbol, ni voy a la viña. He dejado un poco la matemática, mucho la Historia y aún más lo clásico; pero quiero volver pronto a frecuentar su compañía, y seguir con la geografía, la filosofía y demás.

    Hoy he empezado a leer Las ilusiones perdidas (Les illusions perdues).

    En la biblioteca me he desayunado con un poco de Wittgenstein. De personalidad y vida inmensamente atractivas. Fue un poco arquitecto, escultor, músico, enfermero, profesor,... Amante de la soledad. Admirador de san Agustín, Russell, Kierkegaard, Dostoyevski, Tolstoi, ... Siento ahora un deseo grande pero agradable de leer (comprendiendo, lo cual me sería muy difícil) su Tractatus y sus Investigaciones filosóficas. ¡Cuánto gozo habría sentido asistiendo a sus "conferencias", en su habitación universitaria!

    (¡Cuántas ilusiones, perdidas, para nada!)



    Miércoles, 28 de abril, en la cama:



    Ayer, cuarto día de ultrasonido; hoy no, ha enfermado la fisioterapeuta.

    Sigo con Wittgenstein. Hoy he empezado uno de Leclercq, de moral.

    Me está gustando mucho Las ilusiones. Me parece tremendamente atractiva la aventura de Lucien; de maravilla el ambiente parisino.

    (No recuerdo nada de esta obra, salvo el nombre del protagonista: Lucien de Rubempré y, me parece, que antes de entrar en París tuvo por buena la idea de gastar todo su dinero en ropa nueva y a la moda, para causar buena impresión. Entendía, me parece recordar, que la apariencia es fundamental. Y, como diría Benavente -creo que por boca de Crispín- en sus Intereses creados,...:


    El vestido es lo que antes parece.)


    Duermo muy poco, leo mucho, me duelen los ojos.
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    - ¿Te enfadas cuando pierdes?
    - Claro que no. Lo que debe aprender una persona, lo antes posible, es a perder.



    En Saroyan.




    Madrugada del 30 al 1 de abril del 94, en la cama:



    Siguen en la lucha J. Connors, Navratilova, Moses Malone,...

    Sigo con el ultrasonido y los isométricos.

    No salgo.

    Peso 81 kg.

    Veo poca tele ahora. Leo mucho. Me duelen los ojos.

    Ya no me gusta E.




    Madrugada del 1 al 2 de mayo del 94, en la cama:



    Acabo de acabar Las ilusiones perdidas. Muy ilustrativo, por el asunto; por la importancia que en esta obra se da al parecer (vestido, etc.); por la importancia de la discreción y del secreto; por su visión realista, cruda, acerba, de la vida; por la importancia que se le da al sentido práctico, al egoísmo; por la noción de la inutilidad del esfuerzo, de la bondad, del ingenio, de la ingenuidad, de la actitud poética,... Lucien no es fuerte. La vida es lucha. Apenas hay amigos. Debemos desconfiar de todos. No desesperar.

    (Me parece que no me expresé con claridad aquí, algunas de estas frases son ambiguas, quizás no expresan bien mis ideas de entonces. Ni yo mismo capto lo que quise decir. Pero algún lector puede creer que comprende, que sí capta ese sentido, y eso será bueno para él, si le ayuda a mejorar. Pero si nuestras ideas nos llevan por el camino del pesimismo, de la negatividad, de la tristeza, de los sentimientos ofensivos -odio, ira, rencor, burla, deseo de venganza,...-, destructivos,... eso no está ni estará bien)


    Espero seguir con las matemáticas; después, quizás con E. Grandet.


  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    A todas horas pienso en el dinero.



    En Saroyan.



    Este trozo que sigue (no lo borro) no es del 94 sino del 93. Lo he copiado por error, al trabucárseme las hojas, que tengo sueltas (mi diario no lo tengo escrito en una libreta). De ahí que pensara que este trozo era continuación del de 1/2-4-94:



    Terrible noticia: hoy se ha estrellado A. Senna. Ha sido una de las muertes que más me han dolido (como la de Petrovic, la de Inma de Santis,la de...). Ésta, quizás más.Si abrimos los ojos, la vida nos enseña su ominosidad, aunque sus deliciosos momentos nos la hagan tan deseable, tan valiosa. Mas, ¿quién capta su verdadero sentido?


    Primera noche que pasa C. Grant en la calle.


    Robert Parrish se retira a los cuarenta; tambień I. Thomas. Nos hacemos viejos, ¡qué terrible hecho inexorable!


    En los nidos de antaño,...
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    En cuanto al texto anterior, del 93, no recuerdo haberlo copiado en su momento. Quizás me lo salté (o quizás sí lo copié y no me acuerdo).
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    Acabo de mirar en las páginas correspondientes de este diario forero y visto que no copié la parte de diario correspondiente a ese día ( ni sé de qué día se trataba, pues no tengo ahora a mano el principio de lo escrito ese día, sino sólo el final: esto que acabo de copiar, sobre la muerte de A. Senna, etc.). Pero sí puedo decir que era de un día intermedio entre el 24 de marzo y el 3 de abril, día este último del que tampoco copié lo escrito. Miraré si me salté más días. Y copiaré lo que fuera.
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    Una persona, antes de poder hacer una verdadera obra de arte, tiene que volverse ángel.



    En Saroyan.




    Bueno, ya me he hecho un lío! (porque en mi texto original algunas de las fechas están tachadas y reescritas). Ahora me parece que el texto de Senna sí es del 94, pero de la madrugada del 1 al 2 de mayo. En cualq. caso, el curioso siempre podrá informarse de la fecha de la muerte de Senna. Y creo que ese texto supuesto del 3 de abril no existe, pues ahora me parece que el texto que ahora tengo a la vista, con la fecha del 3 de abril del 93 es en realidad del 3 de mayo del 95. Pero ya no me atrevo a afirmarlo. Bueno, lo copiaré con esta última fecha. En cualquier caso, lo de la fecha me parece accesorio.





    Martes, 3 de mayo del 95, en la cama:




    Sexto día de ultrasonido. Sigue el dolor, los dolores.

    Leo ahora, hoy lo he empezado, Eugenia Grandet. ¡Qué terrible economista, qué ahorrador, Félix! Mas no creas que no tiene su encanto el ahorro. Después de la salud, ¿no sobra todo o casi todo? ¿Es cristiano vivir lujosamente, lo superfluo? ¿No es lo natural vivir sin artificios? Mira a los animales, ¿no se lo ahorran todo? ¿Qué necesita (mi) Blanquillo?

    (Si alguien piensa que se ha colado sutil, mas involuntariamente, algún sofisma entre las ideas precedentes, no le contradiré. Se me ocurre pensar que no todo sobra, ni casi todo. Son muchas las cosas útiles, y, bien usadas, no perjudiciales. Pero también me ocurre el pensamiento de que son prescindibles, no necesarias (sensu stricto); y supongo que con este sentido dije aquello de la sobra de todo o casi todo. Porque... ¿es estricta, absolutamente, necesario el Arte? ¿Necesitamos la literatura -leer o escribir-, la pasión por el estudio ocioso, la diversión de aprender, si en diversión se queda? ¿Necesitaríamos la religión si supiéramos que el amor es Dios y amando fuéramos felices, dichosos, y completos estuviéramos, todos? ¿No vienen todos los artificios humanos a llenar vacíos o a reparar deficiencias, errores, ayudar incapacidades, limitaciones,...? Sin el supuesto pecado, no habría habido redención. Pero tal vez divago, paseo por las nubes. El mundo es como es, y lo sucedido, sucedió.

    Ahora escucho con mucho gusto música clásica, en este momento. Se siente el placer, fortísimo, del que no cabe dudar (o no cabría, pues gente para todo hay), ni de que es algo bueno sentir este placer (especifico: este placer que siento cuando escucho música clásica). De que sea bueno o útil sentir placer, en general, o en referencia concreta a algunos placeres no bien vistos, muchos han dudado y dudan, y hasta niegan que el placer sea bueno. A mí, este pensamiento, esta duda, me parece extraña, y que su explicación podría ser competencia de un psiquiatra. Ahora bien, en todo caso hay que intentar comprender. Porque comprender es amar. Dicho esto, me pregunto: ¿es necesaria la música? ¿Podría ser feliz la Humanidad sin ella, evolucionaría, mejoraría? Ya oigo a los amantes apasionados de la música -como de la literatura o del cine, del arte en general, y de otras muchas fuentes de placer o satisfacción- diciendo que ellos sí la necesitan, "para vivir, para ser feliz", tal vez añadan. He ahí la pasión y una forma sentimental de vivir y expresarse, ¿no? Supongo que algunos de los que no podrían vivir sin la música, sí podrían hacerlo sin Luces de la ciudad, de Chaplin, o de Ciudadano Kane, de Welles (por citar sólo dos ejemplos de películas que me parecen buenas); o sin disfrutar de la Capilla Sixtina, el Moisés de Miguel Ángel, su Piedad, su David, la Gioconda, el Partenón ateniense,... Y que algunos que devoran con delectación libros y más libros, no entienden esos éxtasis que algunos sienten cuando escuchan música clásica, etc.)





  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    Creo que el texto sobre Senna era del 95, ¡vaya!
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    Nadie podría dejar como testamente nada mejor que un libro.




    En Saroyan.


    (Pensando en esto, en esa cita, yo me pregunto: ¿podría valer también un diario?)




    Ayer y hoy me han pasado muchas cosas, ¿muy importantes, poco o nada? La experiencia es interpretación, lección, y se lee con inteligencia o sin ella.

    Tengo prisa, ahora la tengo casi siempre. Tengo que aquietarme. Para hablar bien de mis cosas debería relajarme. Ayer sufrí por una angina de pecho. No sé si hablo correctamente al referirme con esa palabra (angina) al dolor, muy grande, de pecho que sentí. En urgencias, me dijo el médico que podía ser causado por... Yo, para mi tranquilidad, preferí creer que sería nervioso. Pero esto pasó al mediodía; antes pasaron otras cosas.

    Sigo escribiendo con prisa, no saldrá nada bueno de un pensamiento precipitado. Me tomaré unos días para contar un poco. Luego -va siendo lo normal-, me olvidaré de casi todo, y sólo hablaré de lo menos relevante, de lo intranscendente. Evidentemente, yo sólo cuento anécdotas fútiles.

    Pero hoy tengo ganas de mezclar, de no durar en nada, de sólo rozar la superficie de las cosas.

    Hoy, releo en un libro cogido al azar, y al azar también la cita:


    La fe debe informar toda la cultura.


    Yo me pregunto: el que dijo esto, ¿estaba en algún secreto o es de los que hablan antes de pensar? Y luego me digo: que cada cual viva y procure ser feliz con su cultura -o sin ella-; mientras no haga daño,...

    Pero yo comprendo, creo, por qué se puede pensar y predicar algo tan contundente -y para muchos, escandaloso- sobre la fe.

    Ya habrá algunos que digan que la fe ni existe, como no existe el alma, ni el pecado, ni el cielo ni el infierno, ni... Probablemente, muchos de los que así piensan y dicen, no sin un cierto malestar o rabia, viven vidas ejemplares, con conductas irreprochables y aun cristianas, seguramente más meritorias que las de muchos que están seguros de que están seguro de que el cielo, el infierno y el alma existen, y de que ellos son personas de fe y sus pecados no son tantos ni tan graves.

    Ahora bien, tampoco serán pocos los que movidos por su fanatismo antirreligioso, pseudocientífico o de torpe, pedestre filosofía, sorda para la ponderada y serena razón, ciega para la evidencia incluso, se muestren verbal o de hecho agresivos. Y algunos que no lleguen a tanto, tal vez sí, con gesto despectivo o con un desprecio silencioso pero con miradas y pensamientos empozoñados, descalifiquen desde la alta cátedra de su hipócrita moral a los que no han llenado su vida con teorías pero se ejercitan en un amor práctico.

    Yo, de personas ni me atrevo a hablar; no para juzgarlas, sin duda. De la fe, digo que es buena y existe si es confianza en persona. Y vaya mi enhorabuena para quien la tenga o crea tenerla. Yo no la tengo; o sí la tengo, si es cosa de voluntad, de querer tenerla, de desear ser bueno, de que alguien sabio y bueno (¿Jesús, Dios?) haga justicia.

    Pero relacionarla con la cultura toda... ¡Pero si ni siquiera es algo que podamos elegir!, o así me lo parece a mí.

    Creo que, con relación a la fe, podrían formarse estos grupos de personas:

    - los que creen tener fe.

    - los que no saben si la tienen, o creen que no la tienen, pero sí querrían tenerla.

    - los que creen que no la tienen, ni querrían tenerla.

    - los que nunca se han parado a pensar sobre esta cuestión.


    Bien, pues me parece que ninguno de estos ha escogido su postura. Así que ¿a qué viene, a fuerza de voluntad y esfuerzo, querer imprimir en las culturas el sello de la fe?
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    Si el hombre no trabaja, enferma.



    En Saroyan.


    (Puede haber alguien que no esté de acuerdo con esa afirmación. De hecho, muchos que no trabajan parece que gozan de muy buena salud)





    Mi madre está mejor que nunca, en esta su nueva etapa. Ayer dimos un paseo, fue muy feliz. Anduvo mucho y no se quejó. El cambio de aires y de costumbres, de horarios y relaciones, le han sentado muy bien. Una de las cosas que más le gustan es pasear en automóvil. Todo lo mira, de todo habla, con una inocencia y una simplicidad impresionantes.

    Estuve hablando, antes de ver a mi madre, con un hombre con quien no había hablado nunca; pero al que he visto muchas veces, en muchos años ya.

    En una ciudad que no es la nuestra (él ni siquiera ha vivido en la que yo vivo y he vivido; pero siempre he sentido por él, como por otros que tienen conmigo el mismo extraño tipo de relación aparentemente inexistente, un afecto desde la distancia, un afecto aparentemente inmotivado),... En aquella ciudad, decía, me pregunté con un cierto pesar por qué nunca habíamos hablado, en tantos cruces cercanos, en tantas coincidencias espaciales, durante décadas de convivencia muda, ocasional y aparentemente casual. Intenté imaginar una vida intensa, única, de incontables recuerdos, de casi infinitos pensamientos, sentimientos y hechos. Y casi ninguno relacionado conmigo. Me preguntaba: ¿qué sabrá él de mi vida, de mí? Probablemente nada; seguramente, nada de lo realmente importante (también me pregunto yo ahora qué sé yo mismo de lo verdaderamente importante de mi vida), de lo que no se ve ni se sabe desde fuera.

    Pero antes, al sentarnos juntos en el autobús, aparentemente por azar, yo esperaba que nos saludaríamos, como dos desconocidos que creen conocerse, o como dos conocidos que en verdad se desconocen. Pero no hubo saludo, aunque yo lo miré a la cara esperando su reacción en ese sentido. Esta incómoda situación -incómoda para mí, no sé si para él- haría que lo que sucedió después fuera una gran sorpresa, pues al pedir un café en el bar, también por azar juntos, él me habló, aunque equivocando mi nombre (al parecer, lo recordó en seguida, en cuanto yo se lo dije). Estuvimos hablando amistosamente durante más de una hora, haciéndonos multitud de preguntas curiosas sobres nuestras vidas, y despertando recuerdos de nuestra juventud. Me impresionó que él supiera de mí más que yo de él, cuando yo creía que no tendría de mí más que una imagen física.

    Al escuchar su voz y las cosas que decía pensé de nuevo que parecía, y probablemente lo es, un hombre bueno, como siempre intuí. Una de esas personas que en otra vida o en otra época podría haber sido mi amigo tal vez. Y también pensé que probablemente ya no volvamos a hablar más nunca, o incluso podría ser que no volviéramos a vernos. O sí, quién sabe.
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    Cuanto más se aprende, más complicado se vuelve uno.



    En Saroyan.




    No paro de comprar libros (uno de Vázquez Seijas: La vida es como es; uno de M. J. Chiampos: Una estrella en tres espejos; uno de J. M. y Saj: No hay posada; uno de L. G. Manegat: Estelas del corazón; uno de X. de Montepin: El coche número trece; uno de... Bueno, muchísimos más.


    Volví a la iglesia a la que suelo ir, cuando hago el viaje de que vengo hablando (y que ahora haré a menudo). Allí seguían las monjas -las hermanas-, como si el tiempo no hubiera pasado, tan aparentemente felices con sus cantos y monótonas repeticiones de las antífonas y relecturas de los pasajes bíblicos. La monjita de color (digo la y monjita porque no estoy seguro de haberla visto antes y porque es joven). Tal vez hablara de ella alguna vez, pero dudo ahora. En su cara, por sus ojos y sus labios, parecía como si quisiera asomar un poco de felicidad, una pequeña sonrisa. Pero no estaba seguro de que fuera eso. Quizás fuera una mueca de tristeza contenida. Durante muchos minutos, mientras yo la observaba, no levantó sus ojos del papel.

    También esta vez me pregunté por aquella vida escondida, hurtada a la otra, o entregada en sacrificio por una idea que quizás surgiera de repente, en una circunstancial casual o engañosa. O que quizás fuera meditada en sucesivos sofismas aprendidos en las escuelas, de maestros con título o sin él. Al decir escuelas, no pienso sólo en aulas y en clases, según pueda entenderse normalmente.

    Me pregunté qué habría dejado atrás, y si no habría borrado todo futuro, para sí, en este mundo. También me la imaginé siendo feliz e infeliz, allá dentro, y también fuera.


    Pero en la iglesia había otras personas. Me fijé bien entonces en todas ellas, pero ya he olvidado la mayor parte de los rasgos visibles que retuve por unos segundos. Eran cuatro personas: tres mujeres y un hombre. Era relativamente temprano. Afuera hacía mucho frío. Dentro, dos mujeres en la primera fila: una, joven, en una esquina, sola; la otra, anciana y también sola, en la esquina contraria. Una mujer, anciana también, y un hombre igualmente mayor, en la última fila: también en las esquinas, solos. Y todos muy serios. También me pregunté cómo serían sus vidas fuera de aquel ámbito, en donde no se veía alegría por ninguna parte. ¿Se llevarían aquella apariencia de suma tristeza a sus casas y a sus relaciones o, por el contrario, la traían de fuera y volverían, al salir, con ella? Al levantarse, terminada la misa, las personas mayores abandonaron apresuradamente el recinto; mas la joven siguió en el ensimismada durante un largo rato. Volví a imaginar una vida, unas preocupaciones, una oración tal vez desesperada, o quizás confiada, con fe. Me pregunté por las circunstancias en que puede arraigar la fe, o unos hábitos y sentimientos religiosos, en una muchacha joven, y tal vez bonita.

    Llamó mi atención que el cura fuera muy joven, alto y no mal parecido. Éste no parecía triste. Al terminar, en un espacio de tiempo muy breve, apareció vestido de calle, tan a la moda como cualquier joven moderno. Antes, me pareció que repetía desganado, sin fuelle, por rutina, lo que había que decir. Y que cumplida su tarea, como el que acaba su trabajo, se fue rápidamente a la calle. Pero admito que bien pudo no ser así, que hubiera fuego en su interior, aunque sin lumbre, y vocación sincera, tal vez compatible con otras vocaciones.
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    Hay una eficacia inspirada por el amor, que va mucho más lejos y es mucho más grande que la eficacia inspirada por la ambición; y sin amor, que es lo que nos ayuda a comprender la vida, la eficacia sólo engendra crueldad. ¿No es esto lo que está sucediendo actualmente en todas partes del mundo?


    J. Krishnamurti




    Hoy he vivido una gran experiencia, un momento memorable, digno de mejor memoria que la mía. Sin duda, estará en la memoria de mi amigo, por mucho tiempo. Y quizás en otra memoria mayor. Quizás.

    Yo iba por comida para mis perritas. Como sucede a menudo, algunos de los mejores momentos parecen casuales, y nos alegran todo ese día y muchos después, cuando recordamos.

    Hacía mucho tiempo que no hablábamos. Los amigos procuran verse cuanto pueden, se comunican con confianza sus alegrías y sus tristezas, sus temores y sus amores, sus dudas y sus descubrimientos, avances,..., sus ilusiones, sus gustos, sus disgustos, sus vivencias, sus recuerdos, sus proyectos, sus... Nosotros no lo hacemos ya, pero lo hicimos. Seguro que él no puede hablar conmigo, pero yo no le he pedido una explicación, pues imagino que hay algo que no quiere contarme, o que prefiere no hablar de ello, pues ha de pensar, supongo, que hablar nada arreglará, que aquel tiempo de los paseos y las charlas continuas ya no volverá. Yo puedo comprender, y sé que la vida puede complicarse, verse condicionada por múltiples influencias de mucha fuerza, y que creamos sinceramente que no podremos o no deberemos resistir o rebelarnos contra esas influencias. Cedemos a ellas, el descontento es ahogado, que diría Krishnamurti. Sí, el descontento, la rebeldía, son ahogadas a menudo por el temor.

    Hacía más de veinte años que no hablábamos. Hoy hemos hablado. Nadie debe pensar que mi amigo -digo bien, él es mi amigo, y yo suyo. Un magnífico amigo- tenga culpa en lo que pasó. No hubo culpables; si acaso -no culpable, sólo causa-, la vida, la vida que influye con sus mil caras, la vida (alguna o algunas de sus caras) que revuelve y estropea, la vida que separa, la vida que obnubila y confunde.

    Mi amigo sigue siendo el mismo, pero mejor. Ha madurado mucho, ha aprendido. Es una gran persona, un hombre bueno. Es sencillo, noble y manso, humilde y... Sin duda, es mucho mejor que yo.

    No me apena que él sea mejor que yo. Me alegro por él; y no me desanimo, sino todo lo contrario, pues su ejemplo me incita a buscar con ilusión mi propia mejora. De modo que gracias a su influencia involuntaria, yo mejoraré si la vida lo quiere.

    Hoy hemos hablado con entusiasmo, con alegría, con el placer intenso de los amigos que se reencuentran después de casi media vida y sienten milagrosamente que esta conversación de ahora es justamente como las de antes, y que es posible el prodigio de volver para los amigos que nunca se separaron del todo, porque eso es imposible. Sólo se rompen las falsas apariencias de amistad.

    Me he alegrado un montón cuando he visto su entusiasmo (el mío no era menor, pero sí menos efusivo, pues él es más expresivo que yo). He sonreído, he disfrutado viéndolo bracear, gesticular aparatosamente, como él suele, para que así me lleguen más fielmente sus ideas, que son grandes, sinceras y bienintencionadas.

    Y su sonrisa franca, como infantil (con lo que esto tiene de valioso, de auténtico, de verdadero). Imagino que ha revivido con esta comunicación, como el sediento de días (o de meses, o de años), como el que respira con dificultad y se desahoga un día, el menos pensado.

    Hemos hablado de cómo hemos de ser las personas, de cómo deberíamos; de la ilusión (la verdad más alta, según algunos), de la humildad y del deseo de mejorar; de la inteligencia (las inteligencias), de su falsa apariencia, de las pasiones que nos pierden y de las pasiones que nos ganan, de los beneficios y de los perjuicios de la lectura, o de sus malos usos; de la vanidad que alimenta el éxito académico, de la sencillez que da la verdadera inteligencia; de lo difícil que es ser valiente, para ser quien uno es o cree o quiere ser, de lo que cuesta ser coherente, fiel a sí mismo, sincero, tener una buena personalidad,... Y para nosotros, que en esto acordamos, ser una buena persona, en la medida en que esto sea posible para cada uno.

    Hemos hablado de muchas otras cosas, y el tiempo ha volado y ni sé cuánto pasamos charlando tan a gusto. No hemos quedado en vernos de nuevo, no hemos hablado de los viejos tiempos, no hemos recordado (después, yo, sí; y quiero pensar que tal vez también él). No sabemos si volveremos a hablar pronto o tarde o nunca. Pero ahora yo sé -siempre lo supe en verdad- que una parte de la Belleza vivida sigue viva.
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    - ¿Está todo el mundo insatisfecho?

    - Sobre eso no cabe la menor duda.Durante toda su vida, los hombres están cuando menos un poco insatisfechos con todo.

    ...Mas aun cuando el hombre se halle insatisfecho, se considera una gran cosa.


    De Saroyan





    ( Mi último texto del diario antiguo era de mayo del 94, no del 95)




    Sábado, 7 de mayo del 94, en la cama.-



    Ayer me dolió el tobillo; hoy, me duele mucho más (punzadas en su cara exterior). ¡Me está hundiendo este tobillo!

    Nueve días de ultrasonido ya, ¡y nada!

    Este sufrimiento me está socavando.

    ¿Conspira todo para hacerme descreer?

    Ahora estoy con (leyendo) Un asunto tenebroso, de Balzac.

    ¡Ay, si pudiera manifestar mi insondable potencial! ¡Cuánta vida cercenada!




    Viernes, 13 de mayo del 94.-




    Ha muerto esta semana George Peppard.

    Leo, en la biblioteca (en la biblioteca de otra ciudad), biografías, auténticas novelas.

    ¡Se han ido ya tantos, qué fugaces los contactos sentimentales!

    Leo ahora El espectador, de Ortega. Muy bien. Profundo, inteligente, fino, poético, serio. Me gustaría, me gustará, leer más a Ortega.

    Llueve ahora, llevo manga larga.




    Jueves, 19 de mayo del 94.-



    Se acabaron los ultrasonidos.

    He disfrutado en la biblioteca, como un niño en la arena. He leído trepidantemente de las vidas de Abelardo, los hermanos James, Dewey, Beda, el Venerable -inglés. El título de Venerable sólo era adjudicado a los abades-, Budé, Carlyle, Coleridge, Chardin, Humboldt,...

    Hacía autostop cuando empezó a llover torrencialmente. Por suerte para mí, allí cerca había un balcón para resguardarme de la lluvia bajo él. Fue entonces cuando la visión celestial.

    Ayer, en otra ciudad, volví a leer sobre vidas ajenas (¿dirían algunos que esto es cotilleo morboso, hurgar en hechos y recovecos de almas ajenas? ¿No será sana curiosidad, el deseo de saber, un prurito acucioso, ansioso, placentero, feliz, por hallar Belleza?). Leí sobre Wordsworth, Schlegel, Schiller, Schelling, Scheller, Fichte, Boccaccio,... También de Russell, a él.

    Murió Gilbert Roland.





  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado febrero 2015
    - ¿Qué es un conflicto?

    - Vivir.

    ...

    - Es divertido estar vivo.

    - ... alegre y divertido.Aunque no hay un solo día en la vida del hombre en el cual no haya al menos algún pequeño sufrimiento, dolor o disgusto.

    - ¿Y qué importa? ¿Qué daño hace un poquito de dolor, de pena o de disgusto?



    De Saroyan




    Ahora soy feliz, muy, muy, muy feliz; justamente en este momento, en que escucho con deleite inefable a John Lennon. En este preciso instante escucho Just like starting over. Lo digo con fuerza, convencido, extasiado, satisfecho, contento, privilegiado, nostálgico e ilusionado: ¡soy feliz!

    Mas no es sólo la música. Me he emocionado releyendo mi diario, he revivido un tanto parte de lo mejor de aquellos años. Me he visto en toda mi inocencia. La he visto. La he cogido de la mano. Esta vez, con confianza plena en mí, sin temor. Le he sonreído y ella me ha devuelto la sonrisa. ¡Era tan feliz, ahora! Hemos paseado otra vez, se ha renovado el ensueño, la magia. Entonces he sido dichoso. No existía el mundo fuera de nosotros, no había pensamiento, no había objetos ni medidas, distancias ni tiempo, temores ni problemas. Estaba ella, estaba yo, había un sentimiento y una sensación.

    ¿Se comprende que haya sido y que sea feliz ahora?

    Pero había más, hay: esta mesa sobre la que apoyo mis codos ahora, ahora, ahora,... está repleta de libros, testigos de mis mejores y de mis peores momentos en esta ya más que mediada vida. Los veo ahora, de todos los colores, de todos los tamaños, tan generosos en sus consejos, tan ricos en experiencias.

    Y pienso en mi madre y en mi padre. Y soy feliz. No, no me pone triste ahora verlos tan buenos, alegres, sonrientes, animados,... Nos cuidan y los queremos. Nos aman y confiamos en ellos. Son jóvenes y yo un infante, un niño, un adolescente que empieza a alimentarse. Mi padre trabaja, suda, se fatiga, pero no maldice. Con sus brazos, con sus manos, con su gran corazón y su inteligencia me ayuda a hacerme un hombre, poco a poco. Mi madre es la alegría, la inocencia, el sacrificio también. Viviendo para nosotros, se olvidó de sí.

    Papá, soy feliz ahora, dichoso, recordándote. Mamá, también eres joven ahora. Y, como papá, cada día, cada año, eres más buena.

    Papá, mamá, soy feliz ahora. ¡Gracias! Sí, gracias a vosotros también.

    Soy feliz. Ha vuelto la salud, que se perdió un poco por momentos. Las horas me son dulces ahora, me saben a esperanza. Sí, no desespero, la Belleza me rodea, veré a mi madre, me encontraré con los amigos, hablaré con ella (mi amor, mi vida, mi amiga, mi musa,...), reiremos, sonreiré sin pensarlo, pronunciaremos palabras mágicas, se enternecerá, ensoñaré... Me emocionaré viendo a mi padre, joven y anciano, sabio y bondadoso, fuerte y necesitado de mi apoyo, rotundamente silencioso y lloroso, maestro y aprendiz, mientras mi corazón siga latiendo.

    Escucho a los Beatles, Ahora Let it be. Soy muy feliz.
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado marzo 2015
    Una persona enamorada expande en torno un aire de transfiguración, una cierta divinización que se perpetúa durante toda su vida. La persona enamorada, al mismo tiempo es más joven y más vieja que de ordinario; es una persona adulta, y a pesar de todo, un (-a) muchacho (-a), sí, casi un (-a) niño (-a).

    Haber estado enamorado/-a -de un hombre, de una mujer, de una idea, de una tarea, de una misión-, es lo más rejuvenecedor que existe. Esas gentes a quienes brillan los ojos, que miran la vida positivamente, que se alimentan de esperanzas, que poseen una misteriosa armonía, que irradian esa luz que las transfigura, son personas que se atreven a creer en el amor, y han sido fieles a esa decisión. Poseen una especie de virginidad e integridad espiritual.

    Cuando Miguel Ángel concluyó de tallar su Pietà del Vaticano, alguien le preguntó por qué había hecho más joven a la madre, a María, que a su hijo Jesús. Y Buonarotti respondió que las almas vírgenes son siempre jóvenes. Y no se refería, es claro, solamente a la virginidad física, sino a esa virginidad interior de quienes se han entregado enteros a un amor o a una causa.


    Descalzo.




    Viernes, madrugada del 20 al 21 de mayo del 94, en la cama.-



    Ayer o anteayer murió Luis Ocaña, en Francia. Se pegó un tiro. También ha muerto Jackie Kennedy.

    Acabo de ver Las tres caras de Eva y no me ha gustado, me ha parecido muy triste (¿o es que yo estaba muy triste?).

    Hoy he estado en la viña. No me ha dolido el tobillo izquierdo, pero sí el derecho y también la rodilla. De cualquier modo, me contento. Confío en que en unos días mejoraré.

    Mañana quizás empiece a leer a Fenimore Cooper.



    Miércoles, 22 de junio del 94.-



    Hoy, octavo día de reposo de la rodilla.
    Estoy viendo todos los partidos del mundial.
    Tengos ganas de salir; y de volver a correr.
    El lunes por la noche vi Cautivos del deseo. Bien. Excelente Bette Davis y bonita F. Dee; bien Leslie.
    Sigo con El último mohicano.



    17 de agosto del 94.-



    Empecé a leer a Baudelaire, pero lo dejé. Ahora estoy con Tierna y rebelde, de Joanna Lindsey.

    Partí para L. el 8 de julio. Me instalé en la misma pensión en que mi tío vive desde hace años. Era -es- un sórdido tabuco.Busqué trabajo durante unos días. Corrí por las tardes, por los alrededores de un convento cercano, en las afueras. Perdí 6 kgs. Me hartaba de moras. Pasé muy entretenido las noches marcianas viendo cine, pelis.


  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado marzo 2015
    Por cada cien personas que dicen que chocan por sus ideas, noventa y nueve provocan ellas sus roces por la (-s) forma (-s) en que las exponen.

    ... Estoy dispuesto a poner todas las formulaciones externas a la altura de mis tiempos, por amor a mis ideas y a mis hermanos, ya que si hablo con un lenguaje muerto o un enfoque superado, estaré enterrando mis ideas y sin comunicarme sin nadie.


    Descalzo



    2 de septiembre del 94.-



    He vuelto con Baudelaire. Me está gustando mucho. También lo he pasado muy bien leyendo Tierna y rebelde. Ahora no veo cine ni televisión.

    Según Baudelaire, la bebida es la más perfecta personificación del Demonio (!!!).

    Juego casi todos los días al fútbol. Bien; pero en frío, al principio, me duele el tobillo. Creo que debería descansar, no jugar tantos días seguidos, ¡pero me gusta tanto! Temo mucho a volver a lesionarme. ¿Estoy poniendo en juego, arriesgando, mi vida? No puedo (no debería) jugármelo todo con tanta ligereza, ¿o sí puedo, incluso debo? ( Hermoso es el riesgo, diría Platón). No estoy siendo prudente; ¿Quién me exige, me pide, que vaya a exponerme un día tras otro? ¿No sería más inteligente, sensato, disminuir la frecuencia, templar el deseo? ¿No llegaría así más lejos? El fútbol se ha convertido para mí en una pasión desorbitada, excesivamente importante. He perdido en esto el sentido de la medida, la cordura, he perdido el control, este deseo que desprecia la razón ponderada ya me puede, no hay batalla real.
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado marzo 2015
    En mi última cita de Descalzo, en la última frase, donde dije "...y sin comunicarme SIN nadie.", debería haber escrito: "... y sin comunicarme CON nadie."
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado marzo 2015
    Habla Kafka...: "Si el libro que leemos no nos despierta de un puñetazo en el cráneo, ¿para qué leerlo? ¿Sólo para que nos haga felices? ¡Por Dios: lo seríamos igual si no contáramos con ningún libro! Por el contrario, necesitamos libros que actúen sobre nosotros como una desgracia que nos afectara muy de cerca, como la muerte de alguien a quien amáramos más que a nosotros mismos, como si fuéramos condenados a vivir en los bosques lejos de todos los hombres, como un suicidio."

    ...Hemos valorado tanto el "cómo" hay que decir las cosas, que, al final, vamos a aprender a decir maravillosamente la nada.

    Tal vez por ello, sería bueno que se preguntasen los escritores para qué escriben, y los lectores para qué leen.

    Lo malo es la gente que lee para pasar el rato, para matar el tiempo.

    Un verdadero libro debe destrozar nuestras rutinas, debe convulsionarnos, empujarnos a la felicidad, sí, pero no a la felicidad del placer, sino a la de estar vivos. ¿Merece ser leído un libro que nos penetra menos que la muerte de un hermano? ¿Para qué leer algo que nos hace admirar a su autor, pero en nada trastorna nuestras vidas?



    Descalzo




    2 de octubre del 94, en la cama.-



    Leo mucho ahora: Bécquer, Maupassant, Chesterton, Poe, Beccaria, Frédéric Dard, Mª de Zayas, J. P. Aparicio,...

    Sigo con la manga corta.

    No salgo desde hace tres semanas. ¿El motivo? T me dio una patada en el pie izquierdo y volví a lesionarme.

    Peso 74 kgs.

    Me duelen los ojos, pues leo mucho.

    He limpiado con gasolina la máquina de escribir.

    Ayudo a mi madre en las tareas del hogar.

    Cary Grant está muy vivo.(Cary Grant era mi perrito, claro)
  • AlmendrónAlmendrón Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado marzo 2015
    jugo de la raza escribió : »
    Si el hombre no trabaja, enferma.



    En Saroyan.



    Pero antes, al sentarnos juntos en el autobús, aparentemente por azar, yo esperaba que nos saludaríamos, como dos desconocidos que creen conocerse, o como dos conocidos que en verdad se desconocen. Pero no hubo saludo, aunque yo lo miré a la cara esperando su reacción en ese sentido. Esta incómoda situación -incómoda para mí, no sé si para él- haría que lo que sucedió después fuera una gran sorpresa, pues al pedir un café en el bar, también por azar juntos, él me habló, aunque equivocando mi nombre (al parecer, lo recordó en seguida, en cuanto yo se lo dije).


    ¿Con qué nombre te llamó?
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado marzo 2015
    ... una vez graduados de ingenieros, médicos o contadores,... entonces ¿qué? ¿Es la práctica de una profesión la plenitud de la vida? Aparentemente, así es para muchos de nosotros.
    ...
    Nuestras actitudes y nuestros valores hacen de las cosas y de las ocupaciones instrumentos de envidia, amargura y odio.


    Khrisnamurti



    miércoles, 19 de octubre del 94.-



    Llueve ahora; y ya me he puesto la manga larga, hoy.

    Robert Parrish, con cuarenta y un años, sigue jugando, en los Warriors.

    Ayer murió C. Montes, con sus ochenta años.

    Leo mucho, de todo. Quiero empezar a estudiar, con ansia desaforada, y quizás mórbida, por saber, mates, filo, lengua, historia, geo, física, química, literatura, naturales, religión, teología, leer biografías,... pero ordenadamente, con un horario. ¿Seré capaz? Lo más probable es que no lo sea.

    (Pues no, no lo fui. No lo recuerdo, pero seguramente me duró muy poco ese entusiasmo. También es seguro que no perdí el deseo, y que quizás volví a apasionarme con lo mismo en los años siguientes, pero igual de cierto es que mi naturaleza me llevaba a distraerme con mil cosas diferentes, sin apretar en ninguna con constancia, con paciencia. Está claro, era vanidoso y un iluso, no me conocía y tenía mejores deseos que buenas obras, que era más un joven ensoñador ( tal vez entonces habría dicho nefelibata) que realista y constante)

    Estoy repasando la lógica. ¿Comprenderé algún día los Principia mathemathica? ¿Y El capital? ¿Y a Hegel?

    (De la lógica, ya nada recuerdo, salvo algunos nombres raros, y eso que la repasé muchas otras veces después de esa fecha. Los Principia no llegué a leerlos, y me alegro de ello, pues no los habría entendido, claro, pues no soy matemático ni entiendo ni jota de números, si es que ese libro va de números, como supongo. Tampoco leí El capital, y también me alegro de no haberlo leído, pues supongo que tampoco lo habría comprendido; la economía tampoco es lo mío (si es que puedo decir que algo es lo mío). Y para redondear mi ignorancia -de obras principales del pensamiento, al menos, y de muchos pensadores-, diré con calma que tampoco leí a Hegel, y que también me alegro por ello, pues es seguro que tampoco lo habría comprendido.

    Yo me pregunto si es una tontería pensar que podría existir una asignatura escolar llamada CÓMO SER FELICES y otra POR QUÉ ES BUENO AMAR. Estas y otras asignaturas se darían todos los días, por la mañana y por la tarde, y los niños se llevarían de ellas muchos deberes a casa. Me pregunto qué clase de hombres llegarían a ser los niños educados en ellas (educados he dicho, no instruidos, no adiestrados en técnicas ni en reglas de pensamiento -o no pensamiento- adocenado), y qué clase de mundo resultaría de todo ello.

    También me pregunto en qué debemos reparar primero si escuchamos decir "médico impaciente", "maestro indolente", "arquitecto egoísta", "ingeniero lujurioso", "abogado envidioso", "político corrupto",..., si en su categoría social, atendiendo a la aparente brillantez de su título magnífico (médico, maestro, arquitecto,...) o en su cualidad personal, anímica. Yo creo que una buena educación daría, o debería dar, primero, lo segundo: la honradez, la virtud (no se le dé, necesariamente, a esta palabra una connotación religiosa), la cualidad humana, la nota de bondad, de amor a la Belleza.

    Pero por tradición y confusión de muchos, a la especialización profesional se le ha venido llamando también educación. Sin duda, las especializaciones más o menos técnicas, funcionales, con miras a satisfacer un interés social, las promueve el sistema, que no necesariamente ha de mirar por el bien del individuo, o no en primer lugar.Yo supongo que el interés de los Estados es fortalecerse, en competencia con los demás Estados, y que para ello sea necesaria esa superproducción de títulos, de servidores especializados del sistema)
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado marzo 2015
    domingo, 23 de octubre del 94, en la cama.-



    Ayer y anteayer anduve mucho; fui a la fuente de..., por bellotas. Paisaje inspirador.

    Anoche vi tres pelis seguidas: El extraño, El gatopardo y El caso 880. El gatopardo está muy bien hecha, es espectacular. El caso 880 es aleccionadora. Me sugiere la idea de que habría que no ser estricto a la hora de aplicar la ley, no atenerse rigurosamente a los hechos y consiguiente aplicación... Antes la misericordia que la justicia humana (À tout péché, miséricorde). Era un hombre bueno. Se ha de ver la buena intención.

    (Esto me recuerda aquello de:

    lo justo (fas) es una ley divina; lo legal (ius) es una ley humana. Atravesar una posesión ajena es justo, pero no es legal )


    ¡Ha muerto Burt Lancaster! El Olimpo es ahora menos divino, y en el mundo mucha gente está triste ahora. Ha muerto el fuerte de los inteligentes, una sonrisa sin igual se ha extinguido.
  • AlmendrónAlmendrón Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado marzo 2015
    jugo de la raza escribió : »
    domingo, 23 de octubre del 94, en la cama.-



    Ayer y anteayer anduve mucho; fui a la fuente de..., por bellotas. Paisaje inspirador.

    Anoche vi tres pelis seguidas: El extraño, El gatopardo y El caso 880. El gatopardo está muy bien hecha, es espectacular. El caso 880 es aleccionadora. Me sugiere la idea de que habría que no ser estricto a la hora de aplicar la ley, no atenerse rigurosamente a los hechos y consiguiente aplicación... Antes la misericordia que la justicia humana (À tout péché, miséricorde). Era un hombre bueno. Se ha de ver la buena intención.

    (Esto me recuerda aquello de:

    lo justo (fas) es una ley divina; lo legal (ius) es una ley humana. Atravesar una posesión ajena es justo, pero no es legal )




    De acuerdo en que no hay que ser estricto a la hora de aplicar la ley. Quizá consciente del peligro que se cierne sobre el justiciable, proveniente de los "estrictos" y en aras a conjurar ese peligro, la propia ley prevé mecanismos dirigidos a garantizar que, quien la aplica, lo hace contemplando elementos éticos y humanizadores. De ahí, por ejemplo, que el Código Penal recoja circunstancias atenuantes e incluso eximentes de responsabilidad penal.

    En cuanto a lo que escribes:

    "Lo justo (fas) es una ley divina; lo legal (ius) es una ley humana. Atravesar una posesión ajena es justo, pero no es legal".

    Pienso que hay una justicia (acaso divina pero, en todo caso) humana, que es la justicia que imparten(impartimos :)) los hombres. Y la ley es un instrumento que sirve para alcanzar(o al menos perseguir, lo más eficazmente posible) la justicia. Si partimos de una definición simple de justicia(humana) consistente en dar a cada uno lo suyo, la ley(humana) deviene en instrumento diseñado para lograr aquel objetivo. Pero yo diría que en un Estado de derecho(como el que nos hemos dado en el seno de la sociedad que integramos quienes aquí y ahora abordamos el tema), que gira alrededor de la ley como expresión de la voluntad soberano del pueblo, aquella(la ley) no es solo medio, sino fin en sí mismo. Y en ese sentido, lo justo es aquello que se ajusta a la ley. Porque si la ley es expresión de la voluntad general, que se da a sí misma una ley para autogobernarse en sociedad, y la ley es expresión de esa voluntad soberano del pueblo, el cumplimiento y (recta) aplicación de dicha ley ya es en sí mismo un fin, no un mero instrumento. Y justicia sería cumplimiento de la ley. Por tanto, según esto, lo legal y lo justo son la misma cosa.
  • AlmendrónAlmendrón Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado marzo 2015
    Fe de erratas: donde digo "soberano" quise decir "soberana", es que con esto de que el derecho de edición se reconoce con fecha de caducidad inminente...¡cualquiera diría que estamos en un foro moderno de un país democrático! :D
  • AlmendrónAlmendrón Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado marzo 2015
    Jugo, estoy esperando tu respuesta.
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado marzo 2015
    ¡Hola, Almendrón!

    Siento haberte hecho esperar. Es que no me decidía a responderte. Y esta indecisión se ha debido a que me veo muy ignorante en este tema de la justicia (también en otros, en muchos, aunque por mi garrulería pueda parecer que no me veo así). Es cierto que hablo de muchas cuestiones; pero, sin duda, yo sólo opino. Y me retrae mucho el hecho de sólo poder expresar opiniones. Sobre todo a la hora de comentar ideas ajenas, pues yo tengo claro que no tengo autoridad para tales comentos.

    Me gustó esa cita sobre lo justo y lo legal. Lo que piensa el autor de la cita es lo que yo he pensado desde que uso mi razón de adulto, más o menos bien, según los tiempos. Yo he pensado durante muchos años, y sigo pensando, que atravesar una posesión ajena no es injusto, aunque sea ilegal. Pero soy consciente de que sobre esto sólo puedo opinar, pues me reconozco muy ignorante en estas cuestiones. Supongo que, hablando literariamente, esa idea me la dicta el corazón, no la razón bien informada. Muchas veces, es la pasión la que me dicta lo que escribo y lo que hablo. Y también muchas veces, me pregunto si no será siempre la pasión, tal vez con apariencia de razón en ocasiones, la que guíe mi mano o mi lengua.

    Quiero decirte en primer lugar que yo ni sé qué sea la justicia. Yo no sé a qué definición acogerme. Es seguro que la debilidad de mi inteligencia es la que hace que no vea claro en esto, como en tantas otras cuestiones. Por la misma razón, no sabría decir, afirmar, si hay sólo una justicia, o hay dos (la humana y la divina). Para creer que la hay divina, tendría que creer antes que hay Dios, un Dios con una ley; pero sobre esto, ¿qué sé yo? Así que nada puedo afirmar, ni hablar por tanto de esas dos leyes.


    Yo he creído comprender tus razones, las expuestas en tu comentario a mi texto. Si eso es así como dices, yo no lo sé, pues no soy especialista en esto, ni en nada. Pero como me pides que comente tu texto, o una parte del mismo, me atreveré a decir, como opinante no más, y muy temeroso de ensartar un error tras otro, que si es un fin la satisfacción o cumplimiento de la voluntad soberana del pueblo, entonces se debería mirar por alcanzar ese fin, siempre que ese cumplimiento fuera justo; "...siempre que ese cumplimiento fuera justo" digo porque me parece que en sí mismo, ese cumplimiento podría no ser justo. ¿Es que es imposible que un pueblo, por sus costumbres o por sus convicciones, sea mayoritariamente ignorante, guerrero, violento, intolerante,..., o que sin ser mayoritariamente así, sí lo sean sus leyes? ¿En ese caso, sería justo que se cumpliera su voluntad soberana? Por supuesto que sería legal, pues por medio de la ley se expresaría esa voluntad. Esto me lleva a preguntarme sobre la autoría de las leyes, sobre si emanan verdaderamente del pueblo; e incluso sobre si el hombre debe anteponer a ellas su conciencia, cuando crea que son injustas, en el sentido de que perjudican al pueblo, y que por tanto son contrarias a sus intereses y a su voluntad. Ya sé que se me podría hablar de los cauces por los cuales se aprueban la leyes en una sociedad democrática, aduciendo esto como prueba de que son siempre las leyes acordes con la voluntad popular. Bueno, a eso también se me ocurre algo que objetar, como simple opinante que nada se atreve a afirmar sobre esto, pues nada sabe en verdad, pero ya no sigo, pues no quiero enrollarme demasiado. Y me parece que he hablado demasiado, para sólo dar opiniones, que ni a mí me importan. Por esto no espero que importen a alguien; ni me hace ilusión ni me molestaría granjearme el acuerdo o el desacuerdo de nadie.
  • AlmendrónAlmendrón Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado marzo 2015
    ¡Gracias por tu respuesta, Jugo!

    Me hace mucha ilusión que me hagan caso :D:)

    Por supuesto que, en mi mensaje, me refería a la justicia "humana", no a la divina. Sobre la humana me siento autorizado para opinar. La otra, ni siquiera sé si existe. La humana sí que existe, al menos como aspiración. La ley es una realidad fría, y la justicia, una aspiración.

    Como dije, la ley puede ser vista como instrumento para la consecución de la justicia, y ésta última la podemos definir como "dar a cada uno lo que se merece".Sé que puedo pecar de simplista y de reduccionista, pero para poder establecer conclusiones y debatir sobre cualquier tema, tenemos que hacerlo con conceptos operativos previamente definidos. Y me parece que ese de la justicia puede servir, porque es el que siempre se ha usado por los teóricos del derecho y filósofos.

    Por supuesto que el pueblo puede equivocarse, y de hecho lo hace. Por eso decía que en un Estado "como el que nos hemos dado", que está asentado sobre el andamiaje de la democracia y se basa en el voto, la opinión de la mayoría(con respeto de las minorías) y además es una democracia representativa, en la que, al menos en teoría, elegimos unos representantes que toman decisiones, en nuestro propio nombre, en aras al gobierno de la colectividad(sea esta estatal, autonómica, local, etc), si la ley se define como expresión de esa voluntad general, el cumplimiento y aplicación de esa ley, al menos en teoría tiene que ser justo, por que sería incoherente, pienso, sentar como conclusión que esa entelequia que es la voluntad general, es decir, el pueblo, quiere ser injusto consigo mismo. Debemos reparar también en que, según el sistema constitucional-legal que rige en nuestro entorno, hay separación de poderes y que la justicia también emana del pueblo. Si reparas y tienes la suerte de conocer a alguien que sea juez(suerte enorme, te envidio por ello :)), advertirás en que se trata de un ciudadano que procede del pueblo llano, y si bien no ha sido elegido directamente por el pueblo, sí ha accedido por alguna prueba de mérito y capacidad por la que un tribunal evaluador ha tenido a bien dar luz verde a su acceso al poder judicial. La justicia emana del pueblo y se administra por jueces independientes, responsables, etc(no quiero abrir otro paréntesis).

    Por todo ello te decía que lo justo y lo legal, así entendido, coinciden. No sé si me explico.

    Lo de que invadir la posesión ajena es ilegal pero no injusto, siento decir que yo no estoy de acuerdo, si partimos de un concepto de propiedad privada como el que, hace ya siglos, se incrustó en nuestros patrones de pensamiento y forma parte de nuestra idiosincracia como pueblo. Precisamente la ley prohíbe la invasión de la propiedad ajena(sin el consentimiento de su titular, se entiende) porque la considera injusta. Y esto se basa en la creencia social de que nadie tiene derecho a apropiarse de lo de otro contra su voluntad. Y yo con eso estoy de acuerdo, es decir, no quiero que cambie. Piensa que tras años de esfuerzo y trabajo, consigues reunir el dinero suficiente para comprarte una casa y, una vez estás disfrutando de ese ansiado hogar, alguien que no ha hecho lo que tú, se mete dentro y te impone compartir esa casa. Estarás conmigo en que no es justo. Y tampoco legal. O, que se yo, a lo mejor eres tú de esos que gozan compartir sus bienes: pues bien, aún en ese caso, sigue siendo legal y justo que la ley prohíba allanar la morada ajena contra la voluntad del morador. Piensa de todas formas que la ley es general, no particular, lo que no impide que cada uno, en su vida privada, se conduzca de modo que contraviene esas disposiciones generales que rigen para todos. Es decir, para ser más claro: si yo no estoy de acuerdo con que la ley prohíba invadir la propiedad ajena contra la voluntad del dueño, o apropiarse de los bienes ajenos en contra de la voluntad de quien los posee legítimamente(por haberlos trabajado, comprado, heredado, etc) no puedo cambiar esa ley, pero sí puedo llevar a cabo acciones y conductas, en mi esfera privada, que contravienen esa disposición. Por ejemplo: nada me impide a mí, ni a tí, ni a nadie, permitir la entrada en mi morada y compartir mi vida con otra persona que no ha puesto ni un euro o dólar para su adquisición; ni nada impide regalar mi coche. Ni el dinero de mi cuenta corriente. Puedes, si quieres, darle los datos de tu cuenta y la clave a un ciudadano, no creo que nadie se molestara por ello ni que nadie denunciara vulneración de la ley. Yo también puedo hacerlo, pero admito que no quiero. Seguramente por egoísmo. Pero es lo que hay.

    Dicho esto, Jugo, lo que hay es que el legislador, antes de hacer las leyes, hace valoraciones, considera algunos bienes susceptibles de protección legal, y los protege. Y en esa valoración están presentes los principios y valores que cada comunidad incluye en su acervo. Por ejemplo, se valora la propiedad privada, y por eso se protege, legislando e incluyendo en el Código Penal el delito de robo, para evitar y castigar aquellas conductas que atentan contra ella. Se valora la vida, y por ello se castiga el homicidio y el asesinato(y el aborto, en determinadas circunstancias). Se valora la libertad sexual, y por eso se castiga la violación. Yo puedo estar en contra de esto, pero no puedo cambiar la ley, y si la vulnero, tendré que atenerme a las consecuencias de dicha infracción. Pero nada puede impedirme ejercer mi libertad sexual libremente(siempre que no choque con derechos ajenos, claro), o disponer de mi propiedad o de mi vida, incluso, como bien me plazca. Y contra eso no hay ley que pueda inmiscuirse. Si me suicido, estoy disponiendo de mi vida, nadie va a castigarme por ello. Lo que se prohíbe es disponer de la de otro, contra su voluntad(e incluso con esta, sino se dan ciertos requisitos eutanásicos, como sabes). Y puedo regalar mi casa, nadie me lo impide. Pero no apropiarme de la de otro, contra su voluntad. No sé si me explico.

    Disculpa la extensión, creo que por una vez te superé en esta faceta :)
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado marzo 2015

    Cuando te olvides de mi nombre,
    cuando mi cuerpo sea sólo una sombra
    borrándose entre las húmedas paredes de aquel cuarto.
    Cuando ya no te llegue el eco de mi voz
    ni el resonar cordial de mis palabras,
    entonces, te pido que recuerdes que una tarde,
    unas horas, fuimos juntos felices y fue hermoso vivir.




    J. L. Panero




    Un arte que no contribuye a hacer más bueno al hombre, sino que lo llena de orgullo, de sensualidad, de desesperación..., podrá ser inspirado, seductor, genial, pero sin duda es ilícito.



    Hugo Wast





    Martes, 8 de noviembre del 94, en la cama.-


    He jugado cuatro partidas de ajedrez con T.; he ganado dos y he perdido otras dos.

    He dado un poco de lado a los libros; ahora salgo más.

    Anoche vi El coleccionista. Me gustó mucho.

    Peso 75 kgs. (Como ahora)



    Día 9, en la cama.-



    Ayer, N., L. y yo subimos al monte. Nos grabamos con la videocámara.

    Hoy, tablas con T.



    Viernes, 2 de diciembre del 94, en la cama.-



    Leo menos ahora.

    Por ahora, me gana T.: siete puntos para él, seis para mí.



    Jueves, 2 de marzo del 95.-



    Leo La frustración de los hijos, de B. del Moral,y Miedo a volar; éste último, de Erica Mann Jong. He leído a Blas de Otero.




    (A partir de esta fecha - 2 de marzo de 1.995-, hasta el 16 de abril del 97, no tengo nada escrito, en mi diario; y no sé la causa, si se me perdió lo que escribiera, o es que no escribí en ese tiempo)
  • jugo de la razajugo de la raza San juan de la Cruz XVI
    editado marzo 2015
    Miércoles, 16 de abril del 97.-


    Vuelvo -labor placentera, gozo trabajoso- a intentar pergeñar las líneas principales de esta vía (férrea línea, derrota dura, que à penas dura y dura apenas, derrota segura e insegura derrota) que me ha tocado vivir, pasar pasando pasiones y pasos, sin pasar; viandar mendigando la vianda; corriendo la carretera sin cartera, con carrera y sin carro. Sin ceros, por sincero; sin cuenta, por no tener cuento; que si no cuentas, no cuentas.

    Ahí va un nuevo propósito de despropósitos (¡agua va!), un volunto (no malo) de buena voluntad, un sueño de cigarra dormilona, que desea triscar por los riscos, sin ser arisco, trebejar sin trabajar, solazarse a sus solas, sin soledad ni asolar, refocilarse, holgando sin descanso, darse un verde sin ser un pisaverde,...

    Ahí va; no me lo mires mal, y perdona.




    Dejé de consignar por escrito mis desventuras -y de cuándo en cuándo, alguna ventura- allá por... No lo recuerdo ni tengo gana de mirarlo, pero yo diría (digo) que debe de hacer dos o tres años. Da grima pensar en la cantidad innúmera de golpes recibidos. ¿He madurado? ¿Soy mejor, más inteligente? Sigo mordiendo el anzuelo de los trapaceros, aguantando retrecheros, cayendo en el garlito de mi garla farragosa, sigo enlazado en prístinas lacerías, sigo enjaulado, soñando con Jauja, sigo adoleciendo de envidia, vanidad, camándula,... sigo siendo sibarita, pacato, pazguato, contumaz, veleidoso, exorable, de lánguida voluntad,.. Y sumamente indiscreto. Pero aún tengo la ilusión de amar y ser amado, de ser más profundo y mejor amigo; anhelo ser menos egoísta y más humilde; reírme, divertirme, jugar, ser joven y viejo, cada cosa en su momento. Y últimamente me está dando por ser un buen detective.
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