En el techo se proyecta la sombra de una lámpara y Marcos ve en ella, una mariposa. Deja la luz encendida hasta que su abuela Clelia, se acerca para darle las buenas noches. Entonces la apaga:- Duerme con los Angelitos- sonríe saliendo al pasillo. – Y mañana veremos donde aparece la mancha.
Cuentan las enfermeras de hospital del pueblo, que al nacer el niño, tan solo asomar la cabeza fuera del vientre, una mancha color bordó oscuro con forma de pera, descendió por las paredes, se deslizó por el suelo hasta las zapatillas del partero. Subió por los pantalones hasta los brazos ensangrentados que sostenían la entrepierna abierta de la madre y se depositó a sus anchas, sobre la frente del recién nacido. Las enfermeras novatas chillaron, pero enseguida las más antiguas las hicieron callar.
Marcos era hijo de una madre soltera, que al mes de parir, lo abandonó dejándolo al cuidado de su abuela. Quien cuatro décadas atrás, también había huido de su casa embaraza, sin haber contraído matrimonio. Y que, para no deshonrar el honor de la familia, prefirió dejar que se creyera que había sido raptada por los traficantes de trata. Desde aquel día la mancha se desplaza por el cuerpo del niño durante la noche, despertando cada mañana en un lugar diferente de su cuerpo.
A las siete suele sonar el despertador en la casa de los Miranda, y apenas unos minutos más tarde lo hace el de la habitación de su abuela. Clelia busca en la mesilla de luz sus anteojos, aprieta el botoncillo de la lámpara, y se sienta mientras ve a su nieto correr desnudo por el pasillo de las escaleras y detenerse delante del espejo para descubrirse divertido en que lugar de su cuerpo ha decidido posarse la mancha.La abuela suele reprenderlo por coger frío en los inviernos y en los veranos preguntarle: -¿Y? ¿Dónde está hoy Perita?
Es veinte de Enero, día del cumpleaños número dieciocho de Marcos, los pájaros cantan detrás de la ventana en el jardín, como es domingo no han sonado los despertadores, ni en casa de los Miranda ni en la habitación de la abuela. Marcos se dirige caminando en ropa interior hasta el espejo (hace años que ha dejado de correr) busca dando vueltas sobre sí mismo la mancha bordó oscura, pero no la encuentra. Gira nuevamente hacia la derecha, luego otra vez hacia su izquierda, y con una mirada de picardía levanta súbitamente las axilas, pues ya ha sucedido otras otras veces que Perita se ha escondido burlonamente debajo de su sobaco. Sin embargo, esta vez tampoco está allí. Se sostiene apoyando una mano en la pared mientras levanta una pierna, intenta comprobar si la mancha está sobre la planta del pie. Pero no, y tampoco debajo del otro. Su abuela que ya se ha levantado para saludarlo por su cumpleaños, advierte que su nieto se busca vanamente la mancha por todas las partes de su cuerpo. -¿Que sucede querido?-le interroga mientras se acerca lentamente. -¡Abuela!-¡ Mira a ver si está en la coronilla!- Grita el joven arrodillándose en la alfombra del pasillo.
La abuela abre con sus dedos dulcemente la oscura cabellera del muchacho y comprueba con desilusión que tampoco se encunetra allí la mancha. Entonces Clelia, que siempre guarda tiene frases en la manga para todo tipo de situaciones, suelta una que ya tenía preparada para ésta: -Ha llegado la hora, de que salgas al mundo a buscar, la persona que Perita ha elegido para ti- El muchacho levanta la cabeza con los ojos llorosos, pero con una amplia sonrisa en los labios, satisface el deseo de su abuela de que su nieto no sufra injustamente otro abandono.
Marcos arma su equipaje ese mismo día:-Me voy al sur, abuela-
Viaja en tren hasta un pueblo de la costa, donde a los pocos días de llegar consigue trabajo de camarero en una marisquería, y como hace dos turnos por dias, puede disfrutar por las tardes de la playa.
El día que el señor Miranda lo llama para informarle de la muerte de su abuela, se disculpa con su jefe, un asturiano de muy buen carácter que supo comprender la situación, y se marcha caminando a toda prisa del restaurante. Se dirige hacia la playa. El fuerte viento le arrebata las lágrimas que van cayéndole de sus ojos, de pronto un pelotazo le sacude la cabeza. -Mil disculpas- Recoge la pelota de la arena una mujercita de cabellos rojos ondulados, biquini turquesa y una mancha bordó oscura con forma de pera sobre la frente.
Que bonito, me ha gustado mucho. Da gusto leer historias con final feliz y narrados en ese tono sosegado y familiar
Por sacarle alguna pega constructiva, no acabo de entender la relacion de cadena de madre-soltera con la mancha y la "busqueda" de la mancha. ¿Suponemos que el muchacho está predestinado a abandonar a la chica de pelo rojo que encuentra en la playa?. Ese cabo desde mi humilde punto de vista me parece que queda un poco suelto.
Me ha gustado el texto en general, es fluído, natural y tiene sentido. Sólo un detalle: el hecho de conservar el presente en todo el texto se me hace importante. Que se deslice algún pasado en algún momento no tiene mayor importancia a mi juicio. Que se cuele precisamente en la última frase ya no es tan inofensivo, creo, y lo peor es que no acaba de verse la razón de ese cambio.
La última frase en pasado, no se, así me lo dictó la intuición.
Podría ser porque, aunque el relato haya sido escrito en presente, la historia pasó hace algún tiempo.
La última frase en pasado, no se, así me lo dictó la intuición.
Podría ser porque, aunque el relato haya sido escrito en presente, la historia pasó hace algún tiempo.
Feliz año para todos!!! )))
Ajá, entendí. Bueno, mi intención es siempre dejar la anotación por si puede servir de algo. Por lo demás, cada uno tiene sus propios gustos y no hay quien sepa interpretar un texto mejor que quien lo ha parido.
Un saludo!
Repito Fedra, tu cuento es realismo mágico puro y duro, pues se narra un hecho fantástico con toda la naturalidad a pesar de las enfermeras, claro que eran novatas ( y me ha encantado es eguiño, pues no se sabe si eran novatas de partos o novatas de manchas J). Es realismo por la manera también de describir la vida, con sangre y dolor, con fluídos, sudor y esfuerzo, y tiene magia no solo el hecho inusual sino por la fantasía con la que tan bien has impregnado el cuento. Algunos signos de puntuación estorban la lectura, como el punto en esta frase: Marcos era hijo de una madre soltera, que al mes de parir, lo abandonó dejándolo alcuidado de su abuela (.) este punto debería ser coma Quien cuatro décadas atrás, también había huido de su casa( en cambio aquí debería haber una coma, pues parece que es la casa quien esté embarazada J) embaraza, sin haber contraído matrimonio.
Pero lo más importante, el recorrido de la mancha por la anatomía del niño…la manera de mirarse ya de muchachito en el espejo, a la izquierda, a la derecha, y hasta debajo de las axilas buscando a Perita está tan bien contado, es tan visual que nos lo haces ver con claridad, y eso es saber contar Fedra.
Comentarios
Por sacarle alguna pega constructiva, no acabo de entender la relacion de cadena de madre-soltera con la mancha y la "busqueda" de la mancha. ¿Suponemos que el muchacho está predestinado a abandonar a la chica de pelo rojo que encuentra en la playa?. Ese cabo desde mi humilde punto de vista me parece que queda un poco suelto.
Otro relato que me guardo para comentarlo con tiempo y calma.
Un saludo muy cordial.
Quino
La última frase en pasado, no se, así me lo dictó la intuición.
Podría ser porque, aunque el relato haya sido escrito en presente, la historia pasó hace algún tiempo.
Feliz año para todos!!! )))
Ajá, entendí. Bueno, mi intención es siempre dejar la anotación por si puede servir de algo. Por lo demás, cada uno tiene sus propios gustos y no hay quien sepa interpretar un texto mejor que quien lo ha parido.
Un saludo!
Algunos signos de puntuación estorban la lectura, como el punto en esta frase: Marcos era hijo de una madre soltera, que al mes de parir, lo abandonó dejándolo alcuidado de su abuela (.) este punto debería ser coma Quien cuatro décadas atrás, también había huido de su casa( en cambio aquí debería haber una coma, pues parece que es la casa quien esté embarazada J) embaraza, sin haber contraído matrimonio.
Pero lo más importante, el recorrido de la mancha por la anatomía del niño…la manera de mirarse ya de muchachito en el espejo, a la izquierda, a la derecha, y hasta debajo de las axilas buscando a Perita está tan bien contado, es tan visual que nos lo haces ver con claridad, y eso es saber contar Fedra.
Saludos para vos y para Amparo también.