Unas manos prudentes detienen
el impetu afilado de la azada
que anhela cortar de cuajo
el frío lamento de la mañana.
Y a lo lejos, muy a lo lejos, un leve murmullo,
el redoblar de campanas que atruena los corazones.
-¿Por quién doblan las campanas? -se pregunta
el hombre con su frente empapada de cielo,
y mirando a la tierra henchida de lágrimas,
que llora su pena y a borbotones clama justicia,
inundando los campos sembrados de odio.
De nuevo a lo lejos, muy a lo lejos, un leve suspiro,
los últimos estertores del poeta, el niño yuntero,
que muere en una fría celda.
Ya cerca, muy cerca del hombre
y su tierra lastimada, atruena la razón
en marcha para levantar y quebrar
con un solo golpe certero las cadenas de acero
y las alhajas de los señoritos,
aquellos miserables asesinos
que mandaron encerrar en una fría celda
al cielo de la mañana, a la sufrida tierra,
los mismos que al niño yuntero ataron con cadenas,
obligándolo a renunciar a su trabajo y sus tierras,
y al poeta, al enorme corazón
que se sale del pecho clamando justicia,
le aplicaron su injusta condena.
Cuando oigas tocar las campanas,
y ya la tierra se desborde de dolor,
escucha a tu corazón,
al poeta que tiene nombre propio
y palabras de justicia eterna.
Ayuda a la tierra a gritar su dolor, tu dolor
y el de todos los jornaleros:
¡Asesinaron a Miguel Hernández, nuestro poeta!
Es entonces, amigo jornalero,
que debes volver a levantar tu hazada,
sin prudencia, con más brio aún,
y dejar que la herramienta caiga
con toda su justicia sobre la asquerosa
sanguijuela que vive de tu trabajo
y asesina a los grandes poetas.
Comentarios
Hola pinki
Le he leído varios poemas, este es el primero que le comento.
Es un poema que llama a la rebeldía, es muy bueno está lleno de ira contra la desigualdad y el abuso.
Pero me deja pensando respecto a como lo tomaría un agricultor que trabaja para una empresa agroindustrial de algún país de Latinoamérica.
Hace cuarenta años su poema calzaba perfecto, ahora no lo sé.
Soy sincero, la realidad cambia. Ahora lo que existe en Latinoamérica y si preocupa es la destrucción de los ecosistemas, la minería informal y la violencia desmesurada por el narcotráfico.
Saludos espero que tome mi comentario con la mejor voluntad.
Han pasado los años y siguen matando en silencio...
Gracias por compartirlo pinki. Intentas siempre despertar conciencias ante hechos...
Sonrisas
me alegra que puedas sentir la injusticia,
Un abrazo y sonrisas
Un placer para mi que pases a comentar. Para nada me tomo a mal tu opinión, por desgracia suele ser algo generalizado que nos perdamos en lo superficial y no veamos la raíz de las cosas. Todo lo que dices que son problemas actuales en realidad derivan de lo mismo; la apropiación por una minoria de los recursos para su explotación. Exactamente a lo mismo que se enfrento Miguel Hernández con su poesía y con fusil en mano. Ya que eres de america latina te dejo un tema que vale más que todos los textos que yo pueda escribir, y vale más porque es universal, humano y verdadero. Nos recuerda que CANTO QUE HA SIDO VALIENTE SIEMPRE SERÁ CANCIÓN NUEVA...
https://www.youtube.com/watch?v=en8yqVxuT-U
Te envío un abrazo hermano americano.
Pinki
Solo aclarar que la explotación y la desigualdad existen en mi país y en otros lugares. Sería un necio si niego eso.
Lo que pasa es que antes existía una acentuada “conciencia social” los sindicatos “florecían”.
Ahora dile a un obrero o a un campesino: “hagamos un sindicato” y nadie o casi nadie te secunda.
Eso es producto de las muertes y desapariciones producto del terrorismo de estado y del terrorismo del otro. Sería extenso escribir acerca de eso.
Un abrazo.
El poema me ha sabido a él, a una forma de escribir que a tantos nos ha inspirado. Por ello te tengo que felicitar y agradecer tu labor.
Un saludo.
Te agradezco de todo corazón tus palabras que son balsamo para mi corazón que mordido por la rabia se sale del pecho, cuando veo que se pasa a pies juntillas sobre la poesía de Miguel Hernández.
Eso, eso es lo que quería decir, lo has resumido en una frase.
Te envío un caluroso abrazo humano y esperanzado en que se hara justicia, ahora tenemos que aprender más que nunca del poeta que creyó hasta la muerte en un mundo mejor, nunca se dejo llevar por el derrotismo. Y eso pretendo yo, no dejarme arrastrar por ese pesimismo y derrotismo que hoy impera.