Reflexiones en la madrugada

samantha

[FONT=Tekton Pro Ext, sans-serif]Por razones que no vienen al caso, en los últimos días he venido a relacionar una novela con una película española. La novela a que me refiero, Le rouge et le noir, de Henri Beyle (Stendhal), de 1830; la película, Ana y los lobos, de Carlos Saura (1972) (en el guión participó Rafael Azcona y fue producida por Querejeta).[/FONT]


[FONT=Tekton Pro Ext, sans-serif]La peli la vi por primera vez demasiado joven -en mi casa siempre se consideró una obra de culto- y a pesar de los comentarios, no había terminado de digerirla. La novela, la leí en plena adolescencia, cuando uno (al menos yo) sigue las historias por los avatares de los protagonistas.[/FONT]


[FONT=Tekton Pro Ext, sans-serif]La conexión entre las dos (puede que solo la vea yo) me ha impactado grandemente. Es mi último descubrimiento.[/FONT]


[FONT=Tekton Pro Ext, sans-serif]En la novela de Stendhal, ya el título hace referencia a los dos estamentos que pueden proporcionar dignidad a un plebeyo (el sacerdocio y la milicia), máxima ambición del personaje central de la narración.[/FONT]


[FONT=Tekton Pro Ext, sans-serif]Pensando en la película, Saura parece simbolizar a la España de aquellos tiempos (apartada, entonces, de cualquier unión internacional) en la casa en la que sitúa a sus personajes. Y éstos también están dotados de caracteres simbólicos. Dentro de la mansión apartada, además de la madre -que dirige dictatorialmente los destinos de la familia- los hijos vienen a representar los poderes fácticos (el militar, el sacerdote) y a dar una imagen del desenvolvimiento social (Juan, el otro hijo, reprimido sexualmente, que ignora a su mujer mientras ocupa su tiempo viendo películas pornográficas).[/FONT]


[FONT=Tekton Pro Ext, sans-serif]Lo más sorprendente de la relación entre ambas creaciones está en la interpretación que les han dado los entendidos.[/FONT]


[FONT=Tekton Pro Ext, sans-serif]Al parecer, Stendhal trató de reflejar en su novela los movimientos políticos de su época, pero, además, se extrae una conclusión curiosa, que no se refiere a la realidad social sino a una especie de axioma respecto al género humano: la tesis del tercero.[/FONT]


[FONT=Tekton Pro Ext, sans-serif]Es decir, parece ser que, en la visión de Stendhal, el hecho de que alguien ame o desee a alguien es un incentivo para amarlo o desearlo.[/FONT]


[FONT=Tekton Pro Ext, sans-serif]Igualmente, en la película referida, la institutriz inglesa (el objeto de deseo) que contrata la familia, es deseada por los tres hermanos. Esta empleada (a la que se supone ajena a las represiones típicas de las mujeres del país) es una valiosa pieza (por ignota en esos tiempos en España). [/FONT]

[FONT=Tekton Pro Ext, sans-serif]Creo que podría establecerse la premisa, a partir de lo dicho, de que si el poder te entroniza* (es decir, si todos los poderes fácticos del momento, la situación y el entorno, acuerdan tu valía o simplemente se abstienen de valorarla) y si dispones de un escudero (i.e. alguien que desempeñe un papel similar al de una agencia de publicidad) que asuma el rol de tercero, subirás como la espuma.[/FONT]


[FONT=Tekton Pro Ext, sans-serif]*Espero de la inteligencia de los lectores que no tomen a piesjuntillas el término poder; éste es muy variado, dependiendo del entorno en que se manifieste[/FONT]