Ayer tu presencia, ilimitado relámpago
que iluminó mi noche.
Hoy te busco, ¿cómo negarlo?
Pero el mar nada sabe,
jadea adormecido, pausado
mientras la playa
busca un lugar de sal y arena
donde esconder sus sueños
El sol perezoso, lentamente,
barre de bruma las aguas.
Ver amanecer de nuevo
su luz en tu piel es hoy imposible.
Los brazos de la noche
todavía acarician atónitos
el resplandeciente universo
de tu desnudo cuerpo