Quiero creer en ti hecha claveles
que brotan de la tierra cada día,
pero este sapo gris de mi agonía
me rompe la raíz entre sus hieles.
Quiero creer en ti y en que la vida
me llega de tu vida eternamente
y que es tu sangre, camino de mi frente,
el remedio mejor para mi herida.
Pero envuelta en las sombras de la muerte
esta tierra se encuentra tan perdida
que a punto estoy, Señor, de aborrecerte.
Dígnate devolver una mirada
al rocoso dolor de estar vencida
de esta tierra tuya, encarcelada.
Balbuceos para orar
(Este escrito tiene 20 años.)
Comentarios
A mí me gusta, prometo analizarlo con más cuidado en la noche.
Cojea el último verso, pero se arregla con un monosílabo tónico. Fonéticamente hablando lo único que discuto es la fusión del eternamente y la ye, un poco falsaria a la hora del canto y falsea por lo mismo el endecasílabo que la contiene (a la ye). Pero en definitiva muy buen poema, felicitaciones.