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Como escribir poesía contemporánea en 4 simples pasos
1. Hable de cosas tristes, trágicas o angustiosas que reflejen su descontento existencial. Mientras más amargado sea el poeta mayor trascendencia tiene su poesía. Magnifique el dolor y la miseria que ve a su alrededor y si por casualidad se cuela algo bueno o bonito táchelo por prosáico.
2. Utilice palabras extrañas pero que suenen bonito… hable de astrolabios, de clepsidras, de xilófonos (las palabras que empiezan por x le dan estilo), pero también recurra a expresiones incomprensibles como astros que llueven en una noche eterna o sirenas que se desvanecen en la oscuridad.
3. Evite la rima… ¡Por su madre santa! evite la rima. Un poeta que rima no es poeta, sino un verseador. Si le gustan las rimas mejor métase a cantante de rap. De más está decirle que los versos tienen que ser desiguales, nada que tenga ritmo o sonoridad… usted quiere ser poeta, no compositor de pueblo.
4. Incluya de vez en cuando algún elemento folclórico entre tanta discordancia, así los críticos dirán que a pesar de su vanguardismo hay ciertas reminiscencias locales que denotan su color local. Hablé del fogoncito que había en la casa de su abuela o del taburete en el que su abuelo se sentaba a mascar chimó, cuente de la mecedora que había en el patio de su casa… “meciéndose en el tiempo indisoluble de los espectros”
Partiendo de estos 4 elementos vamos a improvisar, entonces, un poema vanguardista…
Me pierdo en el vacío de mis propias miserias
Relamiendo la amargura de mis entrañas
Mis gritos se ahogan entre
El xilófono inconmensurable de las sirenas
Que desgarra sus notas en la oscuridad.
Rasgo mi camisa
Para divisar mis heridas
Marchitas de tanto olvido
Carcomidas por la ira
Y supurando el pus pestilente
De mi desencuentro
Me perdí a mi mismo
En la inmensidad del patio materno
…A tres pasos de la mecedora eterna
Que baila al compás del tiempo
…A 5 grados latitud norte
Del taburete donde el abuelo
Mascaba con la parsimonia del nunca jamás
Aquel chimó que se aferró a sus dientes
Como una marca impoluta de vida
…A 9 grados latitud este
Del fogón donde la abuela
Puso a hervir la eternidad
De los sancochos domingueros
¿Se fijan lo fácil que es?
(Carlos Pereyra)
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Nada más lejos de la realidad.