En el pensamiento de Mijaíl Bajtín, el género literario es un puente entre el texto y el mundo. El filósofo sostiene que cada categoría posee sus métodos y sus modos de ver y comprender el entorno: «El artista debe aprender a contemplar la realidad a través de los ojos del género».
En el ensayo «Problemas de la poética de Dostoyevski», Bajtín manifiesta que la novela moderna está «cruzada» por voces plurales y conciencias independientes e inconfundibles, lo que le otorga una naturaleza polifónica y dialógica. La novela «polifónica» abre un camino de contrastes con la novela tradicional y «homofónica», unidireccional, que solo implicaba la voz del autor.
La novela polifónica es un género en continuo proceso de formación, que «descubre el carácter polifacético de la vida y la complejidad de las vivencias humanas». El novelista, desde su mundo conocido, construye una obra que «contrapone las voces-personajes entre sí, las enfrenta dialécticamente, incluso consigo mismas, a fin de ofrecer la difícil coexistencia de diferentes personalidades».
En la polifonía bajtiniana, «el otro» es fundamental para la percepción de «uno mismo», lo que descarta la existencia de un «yo» individual: «El “sujeto” es plural, ya que está atravesado por el lenguaje […]. “Ser” significa “comunicar”». Bajtín concibe a la novela como un microcosmos del plurilingüismo, donde están representadas las voces socioideológicas de la época. Por medio de la escritura, se refleja la diversidad social.
Ariel García
Comentarios
Es precioso para mí colocar la "cámara" (una cámara capaz de filmar lo interno también, lo intangible), en uno y otro punto. Quién es "yo" según un personaje y quiénes son "los otros", y entrecruzar las viceversas. Como en la misma vida: "yo soy otro tú, tú eres otro yo". En realidad la obra es un tejido de percepciones donde, aunque demos más a conocer una u otra a un lector (a nuestra elección... casi siempre) todas tienen el mismo peso específico.
Que personajes y situaciones abandonen la individualidad, salir de un único punto de vista (y de fuga) en escritura (y en la vida...) me doy cuenta de que me suele producir paz. No sé si lo he estado haciendo inconscientemente; el caso es que nunca lo había leído formulado y articulado con palabras. Gracias.