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«¡Por fin se encendió la luz!
Llevo tras esta mampara más de veinte minutos.
Para no ver nada, no sea que coja un informe y salga corriendo.
Esto es, como poco, una broma.
¿Mi último trabajo como periodista, y me mandan aquí?
Al archivo del ministerio…; y resulta que tengo que manejar papel. ¡No me lo puedo creer!; ¿y se atreven a decir que más que un último trabajo es un regalo?
Debí hacer caso del consejo de Paco y haberme sumado al programa de reconversión en su día, no ahora. Me hubiera evitado todo esto y estaría navegando por la micronesia recuperada.
Ahora que..., a ver el robot que es capaz de aguantar esta mierda.
Hubieran mandado a otro idiota como yo».
—¡Señor Jacket!, ¡encantado!
—Lo mismo digo.
«Lo último que haré en la agencia será cargarme a Felipe; ¡cómo se le ocurre enviarme autenticándome con mi apodo!».
—Acompáñeme. No haga caso del identificador, ya está autorizado.
—Gracias.
«¡Vaya bata que me lleva, si parece que no la ha lavado en años!, ¿de qué anticuario habrá salido?; ¿y ese peinado?, ¿no sabe que existen los autotrasplantes capilares? Apuesto a que todavía usa gafas».
—Este será su lugar de trabajo durante los próximos días. Recuerde que el material es delicado en su mayoría. Esta desclasificación es de carácter físico y en la siguiente fase podrá hacer uso del Holo; por tanto, le recomiendo que se lea la hoja de manipulación documental.
—Ya conozco la operativa, gracias.
«Vaya cara que me ha puesto…; ¿se cree que, porque no soy metálico, voy a estornudar sobre los papeles?, ¡gilipuertas!».
—Le recuerdo que el horario aquí es ininterrumpido; podrá entrar y salir cuando quiera. Solo el acceso exterior requerirá de identificación.
—Muy bien. Entonces, ¿trabajaré solo?
—Yo vivo aquí. No me he acostumbrado a la vida mitad real, mitad virtual de ahí fuera. Soy de la vieja escuela, me temo. Tampoco me sometí a la reconversión, de modo que solicité este puesto. Tiene sus ventajas, no crea. Acceso a secretos oficiales, nada de supervisores IA, y, sobre todo, nada de robots. Ya comenzaré a preocuparme cuando me llegue el retiro forzoso.
«Bicho raro de cojones, espero que no esté dándome la tabarra cada tres por dos».
—Le dejo; espero que nos veamos; si tiene alguna duda o consulta, use el Com; está en esa esquina.
—De acuerdo, gracias.
«¡Menos mal, pensaba que aquí estábamos todavía en 2023!
«¡Joder!
Expediente psiquiátrico número…
Analítica del paciente…
¿Qué es esto?, ¿un enfermo mental propició un secreto de estado?
Transcripción de conversación de personal afectado.
¡Ay, dios!; los antiguos smartphones eran los espías del sistema en aquella época; y la gente se enganchó sin saber que las grandes compañías y los gobiernos sabían hasta el número de pedos que te tirabas al día.
¿Y este tocho?
“Relato del propio paciente en tercera persona de su experiencia paramnésica reduplicativa”.
¡Mierda!, se me ha despegado. No; era una nota del psiquiatra este. El título está aquí:
“MIS DOS VIDAS”
Luis Gea Paz
¡Ah, no!, este es el psiquiatra. Debió pegar otra nota. Me tengo que acordar mañana de traer pegamento de barra o algo. El capullo de antes lo mismo me dice algo.
Venga, empecemos por aquí».
—Llamada de ANE, Llamada de…
—Dime.
—Acabo de llegar a la sede. ¿Qué tal vas, has empezado ya?
—Sí. Me iba a poner en ello ahora mismo. ¿Cómo se te ocurre identificarme con el apodo?
—Bueno…, ya me conoces. Escucha; es tu último trabajo. Toda una desclasificación. Cuando vi de qué trataba me dije, esto es para Jacket.
—Esa es otra; me mandas aquí a la cueva esta con ermitaño y todo sin saber qué tengo que hacer.
—Te sorprenderás. Y sí, te dije cuál era tu trabajo; publicar un secreto de estado desclasificado hace un mes.
—Pues tal y como yo lo veo, parece que es un trabajo de archivo histórico: los documentos tienen más polvo que un piso sin cleaner. Cuesta trabajo creer que esto se remonte a cincuenta años atrás.
—Eso es la primera fase, para ponerte en situación; después está todo virtualizado. Ya me contarás, ya…; tu vida cambiará después de esto.
—Eso seguro; en cuanto deje de verte la jeta después de reconvertirme, mi vida será otra.
—Vale, Jacket. Te dejo. Hasta pronto.
—Sí, sí…
«Y dale con Jacket. Si lo llego a saber, me hubiera plantado en la agencia todos los días en chándal. Que tenga que aguantar esto a mis cincuenta y cuatro años...
Bueno, vamos allá».
Comentarios
Esto da pie a que surjan interrogantes como 'Se va a encontrar con cosas inesperadas', o 'No creo que las cosas sean tan fáciles para él'.
Buen gancho. Dan ganas de seguir leyendo, y la ortografía está muy bien.
Abrazo