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25 días sin visitar a su abuelo
—¡Hola, mis cuatro angelitos! ¿Cómo estáis? -el abuelo.
—¡Hola abuelo! Estamos bien, ¿y tú? -el nieto 1.
—Estoy mejor ahora que los veo. Siempre iluminan mi día -el abuelo.
—¡Eres el mejor abuelo del mundo. ¿Cómo te va? -la nieta 1.
—Pues mucho mejor desde que llegaron mis preciosos nietos -el abuelo.
—Teníamos muchas ganas de verte, abuelito. Cuéntanos algo -la nieta 2.
—Estuve recordando algunas historias de cuando era joven, y pensé en compartir algunas con todos ustedes -el abuelo.
—¡Sí, abuelo, nos encanta escuchar tus historias! -el nieto 2.
—Bueno, verás pillín. Tengo una historia divertida de cuando yo tenía tu edad. Un mañana, mis amigos y yo decidimos construir una casa en un árbol. Fue toda una aventura -el abuelo.
—¡Eso debió ser tela de difícil! ¿Y qué pasó, abuelito? -la nieta 2.
—Pues resulta que, finalmente, nos dimos cuenta de que no éramos muy buenos arquitectos. La casa se cayó al poco de haberla construirlo, pero nos divertíamos mientras la estábamos construyendo. Y aprendimos algo importante, y es que la diversión estaba en el proceso, no en el resultado.
—¡Eres único, abuelo! No sé cómo te las arreglas, pero siempre tienes las mejores historias -la nieta 2.
—Pero ustedes también tenéis historias alucinantes que contar. Decidme, ¿qué emocionante ha pasado en vuestras vidas durante este mes que no nos hemos visto?
—No, abuelito, no nos vemos desde hace veinticinco días, que llevo bien la cuenta. Y yo tengo una cosa que decirte, y es que tuve un examen de gramática, y mi profe me puso un 8 -la nieta 2.
—¡Eso es formidable, estoy muy orgulloso de ti. Y tú, ¿alguna novedad, Pablito?
—Sí, abuelo. Empecé a aprender a tocar la guitarra. Quiero ser tan bueno como Paco de Lucía -el nieto 2 Pablito.
—Estoy seguro que serás otro Paco de Lucía, un músico de talla universal. Pero recordad que tenéis que mimar a vuestras aficiones y disfrutar cada momento -el abuelo.
—Gracias, abuelo. Siempre nos animas a ser los mejores -la nieta 1.
—Y ustedes me animáis a ser un abuelo mejor cada día. Los adoro. No podría seguir viviendo sin mis nietos -el abuelo
Y así, la charla entre el abuelo y sus nietos continuó llena de risas, historias y Amor, creando recuerdos que atesorarían para siempre.
Los abuelos no dan u verdadero sentido a sus vidas sin sus nietos dentro de ella. Los nietos complementan sus vidas con la presencia de su abuelo.
Ocurre con frecuencia que el cariño que existe entre abuelo y nieto, es mayor que el de padre e hijo.
Comentarios
Lo viví por experiencia propia con los míos.
¿Lo viviste? ¿Ahora no lo vives?
Gracias por leerme y por colaborar