Las neuronas también se divierten
Pues sí. Hacía ya bastante tiempo que un grupo de neuronas, amigas de toda la vida, no se reunía para inventarse historias con tintes de cachondeo, como solían hacer a menudo en el antaño. Por lo que sin más pensar y decididas, a primera hora de una tarde de un mes cualquiera se citaron y revivieron sus reminiscencias entre sus dendritas.
Como a la caída la tarde el oxígeno en las venas del cerebro empieza a escasear, una de las neuronas pidió al cerebro que generase un bostezo. Al unísono, las otras restantes colegas protestaron para que no hiciese eso porque la noche apenas acababa de empezar y no fuera que el bostezo se alargase demasiado
-Vamos a jugar a fabricar un personaje divertido -dijo, jocosa, una de ellas.
-¡Eso, eso! -argumentó la más pequeña.
-Sí, y yo sugiero que esté loco -respondió entusiasmada otra.
-Y que tenga un talante un poco ridículo -agregó la pequeña.
-Y que sea un tipo larguirucho y enjuto, loco y con la nariz aguileña, para que los lectores se rían de él -terció la primera.
-¿Larguirucho, enjuto, loco y con nariz aguileña? ¿Qué lector no se moriría de risa con semejante personaje? -opinó otra.
-Pienso que el personaje va a ser una especie de payaso literario –dijo la segunda.
Pero entre todas ellas, amigas de siempre, había una que no estaba del todo de acuerdo, que opinó:
-Somos crueles con nuestro personaje. El mundo literario está superpoblado de gente ridícula. Tenemos que dar al nuestro, ciertos atributos para que se distinga del resto.
-De acuerdo, lo haremos también noble, valiente y enamorado, y con alta escala de los valores. Que sea alguien que enseñe aspectos morales, que tanta falta hacen -dijo una de ellas que aún no había pronunciado palabra alguna.
-Bien -dijo la que parecía estar al mando-: enjuto, larguirucho, nariz aguileña, loco y también sobrio, ético, valiente y noble, y, sobre todo, amable y respetuoso con su amada. Y lo vamos a llamar Don… -se interrumpió...
En ese momento, el adormilado propietario del cerebro despertó gritando:
-¡Don Quijote, se llamará Don Quijote de la Mancha! ¡Caballero medieval, enjuto, larguirucho, con la nariz aguileña, loco de encerrar, y también sobrio, ético, valiente y noble de corazón y, por encima de todo, respetuoso con su amada Dulcinea!
Y fue entonces cuando el noble e Ilustrísimo Señor Don Miguel de Cervantes y Saavedra, no pudo conciliar el sueño durante el resto de la noche.
Comentarios
Es posible que tengas razón, pero dime qué más sabor se le puede sacar a esta clase de textos. Evidentemente, es un relato de humor, y los relatos de humor contra más cortos se paladean mejor. "Lo bueno si breve, dos veces bueno", que dijo Baltasar Gracián
Gracias por leerme y por colaborar.
Un saludo
Por cierto
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