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Quiéreme,
cuando olvidado árbol seco permanezca.
Ámame
cuando me huyan las risas y la frescura
y el peso del tiempo sólo deje mi osamenta,
aferrada a una pipa apagada,
reposando sobre un verso de amor.
Si tú me amaste, nada importa.
Ámame, como se ama el agua fresca,
igualmente bébeme y consúmeme
y acábame.
Sáciate conmigo,
gózate entera sin freno
y cuando hayas acabado,
bésame.
Comentarios
Bravo.
Aunque cuando de ti solo quede la osamenta, poco habrá que beber de ella
"Seré polvo, mas polvo enamorado" (Francisco de Quevedo) Amor y muerte... ¿Amor o muerte? Gracias, Gades, creo que tu verso queda mucho mejor. Gracias, Amparo. Algunos esqueletos son más amables que otros, en sentido etimológico.