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Sobre la poesía...

estrofaestrofa Garcilaso de la Vega XVI
editado mayo 2015 en Literatura
Las escarpadas costas del corazón
(Poética)


Ignoramos el por qué las cosas nos buscan ávidas por convertirse en símbolos. Hay quienes han vislumbrado en la historia universal el desarrollo de diversas metáforas. Otros, tal vez con mayor justicia, han conjeturado que el ser humano no soporta demasiada realidad, postulando la poesía, con su vertiginosa capacidad lingüística, como una suerte de gozoso exilio. Es probable que las palabras, como arbitrario repertorio de signos que son, sólo sirvan para la estética y no para la búsqueda de la verdad. Aun así el poeta, como bien afirmaba Paul Celan, es quien arroja al mar un mensaje en una botella, con la secreta esperanza de que algún día las olas lo empujen a tierra, "a las escarpadas costas del corazón".

... Los lenguajes de la naturaleza son múltiples; la poesía, como lenguaje esencialmente humano, como puesta en juego de la imaginación, impulsada por un fervor misterioso y desconcertante que nos impulsa a escribir como si se tratara de una necesidad fatal, busca aspirar a esos otros lenguajes, apropiárselos y descifrarlos con una mirada auroral y perpleja, buscando el desencadenamiento simultáneo de todas sus fuerzas simbólicas.


Armando Roa Vial

Comentarios

  • estrofaestrofa Garcilaso de la Vega XVI
    editado abril 2015
    La poesía

    Y FUE a esa edad... Llegó la poesía
    a buscarme. No sé, no sé de dónde
    salió, de invierno o río.
    No sé cómo ni cuándo,
    no, no eran voces, no eran
    palabras, ni silencio,
    pero desde una calle me llamaba,
    desde las ramas de la noche,
    de pronto entre los otros,
    entre fuegos violentos
    o regresando solo,
    allí estaba sin rostro
    y me tocaba.

    Yo no sabía qué decir, mi boca
    no sabía
    nombrar,
    mis ojos eran ciegos,
    y algo golpeaba en mi alma,
    fiebre o alas perdidas,
    y me fui haciendo solo,
    descifrando
    aquella quemadura,
    y escribí la primera línea vaga,
    vaga, sin cuerpo, pura
    tontería,
    pura sabiduría
    del que no sabe nada,
    y vi de pronto
    el cielo
    desgranado
    y abierto,
    planetas,
    plantaciones palpitantes,
    la sombra perforada,
    acribillada
    por flechas, fuego y flores,
    la noche arrolladora, el universo.

    Y yo, mínimo ser,
    ebrio del gran vacío
    constelado,
    a semejanza, a imagen
    del misterio,
    me sentí parte pura
    del abismo,
    rodé con las estrellas,
    mi corazón se desató en el viento.

    Pablo Neruda





  • estrofaestrofa Garcilaso de la Vega XVI
    editado abril 2015
    Escribo poesía porque un día glorioso me encontré con Residencia en la Tierra, y luego fue imposible no desear la escritura como gozo y vicio como delirio y fortuna

    Escribo poesía porque Enrique Lihn vivió para la escritura y creó, con palabras encadenadas, algunas de las mayores piezas de arte del siglo XX en este lado de la tierra

    Escribo poesía porque el séptimo arte en Estados Unidos no es más que una cloaca llamada Hollywood donde hay tipos que reciben 20 millones de dólares por hacer basura que además no es reciclable

    Escribo poesía porque en mi país hemos sido testigos de cómo nos cayó encima la más feroz dictadura del continente y luego en un puñado de años, del arribo al poder de la derecha más reaccionaria del hemisferio, y todo eso a nadie pareció importarle un pito

    Escribo poesía porque he visto a Zurita leer la poseía de las montañas y los desiertos y los cuerpos torturados a tal punto, que el hombre parece mineral y río desbocado hacia el mar

    Escribo porque Nicanor aún vive y es como un sabio eremita que reina en un campo espacial de juegos alucinatorios, y está hecho de madera o piedra que atraviesa los siglos y sabemos que no volverá a repetirse

    Escribo porque somos diecisiete millones en la nación y de esos, quince millones son pobres, y toda mi familia ha sido pobre

    Escribo porque aún nuestros gobernantes piensan que la solución a esta jodida desigualdad y abuso sin nombre, es aprender a hablar en inglés

    Escribo poesía porque a pesar de ser una tierra de grandes ladrones y cínicos, dimos al mundo a Salvador Allende, y toda mi generación aún no pude entender cómo ellos se lo farrearon

    Escribo porque Huidobro y Altazor nos señalaron la magia la ternura y el amor pero no supimos darnos cuenta

    Escribo poesía porque la Recta Provincia fue real y ellos quisieron instalar, en el fin del mundo su pequeña inquisición, pero solo lo lograron a medias pues los cimientos del antiguo pueblo mapuche huilliche y chilote - fueron más fuertes que su verba anquilosada y sanguinaria

    Escribo poesía porque la inspiración es algo que pocas veces llegamos a sentir profundamente y creo, profundamente, que no podemos renunciar a ese regalo inesperado y liberador

    Escribo poesía porque hace muchos ya, una mañana de otoño una joven de intensa y grave belleza corrió tras de mi y tocó mi espalda para hablarme y pedirme un número y después de eso toda la vida hasta entonces conocida fue otra vida

    Escribo la poesía porque mis jóvenes padres tan sólo aprendieron a trabajar y no conocieron los libros sin embargo una abuela guardaba viejos tesoros en una humilde casa y ahí los descubrí para nunca abandonarlos

    Escribo poesía pues somos de un país pequeño y casi olvidado pero estamos orgullosos de nuestros premios Nobel y Nacionales de literatura y escribimos grandilocuentes fabulaciones sobre viejos e inciertos movimientos y guerrillas literarias y eso nos da el valor y las ansias para continuar esa novelesca tradición con sus bellos e intrincados personajes y porque esencialmente, necesitamos reírnos de nosotros mismos

    Escribo poesía por un grupo de amigos y queridos compatriotas que han sentido desde muy temprano el fracaso y el abandono – pero a ellos no podemos dejarlos con sus manos vacías

    Escribo poesía porque en todos aquellos días cuando nada más queda en la vida, el poema es la última gota de aire (o forma de vida posible) antes de ahogarse

    Escribo poesía porque dudo sistemáticamente de la historia aprendida y porque desde ahí cierta literatura nos limpia el aire que respiramos y siembra otras verdades y otras dudas pero ya lejos del dogma y la censura y los inquisidores de la mente

    Escribo poesía porque sin saber cómo aunque si cuándo, me quedé sin dios y sin padre y debí buscar nuevos demonios y ángeles, menos sádicos y más alegres

    Escribo poesía porque, a veces, de los vapores de la embriaguez a las amadas palabras hay un pequeño y dulce trecho - y ese abrazo puede ser muy feliz

    Escribo poesía porque siendo muy joven descubrí el universo de Rayuela y ya nunca más dejé de ansiar esa magia que él lograba con tan sublime sencillez y abundancia, y luego mi pecado de escritura, amparado en esa luz, ha sido menor

    Escribo poesía porque las noches son tan largas y el amor tan escaso que el verbo debe necesariamente reemplazar a la carne

    Escribo poesía, debo confesarlo, porque arrastro penas y dolores que no entiendo y que, desde muy infante, vienen horadando mi voluntad y el carácter, esas dos cosas tan difíciles de mantener y que son vitales para no ser otro mal nacido,

    esa pena y ese dolor son anteriores al yo, pues son herencias de padres y abuelos, todos ellos gente pobre y maltratada, luego con los años aprendí a controlar “el habito miserable del llanto”, (siguiendo al viejo Borges), pero la extrañeza por ese dolor y esa pena injustificados de un niño, que recibimos así, por el simple hecho de estar en un lugar y no en otro, te convulsionan la mente y oscurecen ciertos amaneceres

    Todo lo anterior para intentar señalar que la poesía a veces es sólo un respiro, y la libertad o la ausencia del dolor son otras cosas, distantes y divergentes y el lenguaje no basta

    Escribo porque la noche del 21-03, todo se tornaba de un feroz realismo patético y nuestros músicos tocaban en La Moneda para Mr. Obama, y fue obsceno para la música y el arte de nuestra historia reciente porque obsceno fue el gasto en maquillaje y en piedras brillantes de nuestras meretrices de palacio todos

    Ellas y ellos vueltos locos trastornados por ver y tocar al hombre del país del norte que como suponíamos, nada tenía que decir, pues su historia es sólo la de un mito religioso o en todo caso, la de una profecía, pero no la de un rebelde ni menos la de un inspirado, y ustedes ya saben, en Chile los mitos nos tienen muy jodidos y nosotros odiamos los mitos

    Y el caballero de traje sastre y sonrisa encandilante, balbuceó y adormeció con lugares comunes - evasivas y oídos sordos sobre la miseria el robo y las canallescas ocupaciones militares de sus sostenedores esos “garantes del orden mundial”

    Escribo poesía porque puedo hacerlo… y ese descubrimiento es luminoso pues te permite sobrevivir en la tierra sin más deseos ni falsas esperanzas

    Así mientras otros luchan día a día por triunfar amasar riqueza y prestigio otros sólo debemos escribir versos para nuestros amigos y también, por todos aquellos que olvidaron la ternura y el amor

    Escribo porque siempre podemos regalar un poema no importa donde estés o hayas nacido ni cual sea tu nombre, apellido o color - siempre podrás regalar un poema y ese gesto, llena de luz tibia y profunda humanidad - a cualquier hombre en cualquier rincón del mundo

    Y escribo poesía porque siempre podrás enamorarte con sólo un verso y olvidar todo lo demás

    Escribo poesía buscando, quizás, un día, dar con la punta del ovillo

    Escribo poesía para atenuar, desde dentro, la sensación de vacío inconmensurable que todo lo cubre

    Escribo poesía porque así podemos acercar la distancia que a todos nos separa

    Escribo poesía como un gesto espiritual: alejar así el dolor y el oprobio que nos causan las ciegas multitudes

    Escribo como una forma de expurgar la razón pisoteada y el corazón marchito

    Escribo por la mala conciencia frente al plato lleno frente al vaso rebosante que brinda y celebra, teniendo al otro lado de la calle, la feroz miseria silenciosa del oprimido y porque debemos, necesariamente, pedir ese perdón
    no es mi culpa no es tu culpa qué es entonces

    Escribo poesía como búsqueda y creación del propio refugio y para estar a salvo de las aglomeraciones de las callejas atiborradas de los trabajos de los días y su frenesí tan empobrecido y servicial

    Escribo la poesía para desafiar la inacción de levantarse cada día sin dejar seña o signo alguno del paso de años por esta tierra

    Escribo poesía secretamente, para enamorar a una muchacha perdida y que espera su canción

    Escribo poesía porque en la playa de Las Cruces hay un restaurante imbricado entre las rocas y el mar, se llama Puesta de Sol, y es sobrecogedor estar ahí bebiendo un vino blanco al atardecer, y cada cual puede ahí escribir su propia dedicatoria

    Escribo la poesía porque a tantos nos fue negado el don de la música, sin embargo, a veces, creo que brota algo perecido a la música, entre un verso y otro verso y otro verso.


    Alberto Moreno





  • estrofaestrofa Garcilaso de la Vega XVI
    editado abril 2015
    Poetry

    Un poema es dormirse aferrado a tu espalda
    un poema es música
    que puede escribirse en lentos o frenéticos
    versos
    Poesía es aquel encuentro azaroso
    que cambia todo de raíz
    nos traiga el llanto o una alegría contagiosa
    el poema es como una descarga alucinógena
    de jazz
    es como bailar solo por entre los pasillos
    porque acabas de escuchar
    tu canción favorita
    Un poema es aquello que no puede
    bajo ninguna excusa,
    esperar
    o simplemente, escuchando el ruido del mar
    hay poesía en la orilla de una playa
    hasta que se nos cierran los ojos
    llenos de infinito

    Alberto Moreno




  • estrofaestrofa Garcilaso de la Vega XVI
    editado abril 2015
    LA RECETA
    O EL COMIENZO DE LA POESÍA


    Una gota de amor
    por cada cinco versos
    Tres cucharadas de oficio
    por cada día del año
    Un cuarto de inspiración
    y otro tanto de locura
    Un octavo de risa
    aliñada con ironía
    Media taza de recuerdos
    y cuatro de realidad
    Dos litros de lágrimas
    instantáneas
    Una docena de emociones
    Cien gramos de fantasía
    o de razón a gusto
    A todo esto agregue sus ojos
    sus manos y sus labios
    y revuelva a fuego lento
    durante toda la vida

    Mario Meléndez






  • estrofaestrofa Garcilaso de la Vega XVI
    editado abril 2015
    A LA MANERA DE CIERTO POUND

    Si yo pudiera decir todo esto en un poema,
    si pudiera decirlo, si de verdad pudiera,
    si decirlo pudiera,
    si tuviera el poder de decirlo.
    ¡qué poema, Señor!
    ¿Quién te lo impide, muchachito?
    Anda: desnúdate, para qué más remilgos,
    qué clase de hipocritón gomoso quieres ser,
    lanza la rima y la moral al inodoro,
    anda, circula.
    ¡qué gran poema!
    ¡qué poemota sería!
    Si pudiera, siquiera, si pudiera
    poner la letra primera,
    lazar como a una vaca ese primer concepto, si pudiera empezarlo,
    si alcanzara, malditos,
    cuando menos, a tomar la pluma
    ¡qué poema!

    Eduardo Lizalde
    (Ciudad de México, 1929)






  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV
    editado abril 2015
    Los críticos de poesía

    ¿Por qué los críticos de poesía
    no escriben poesía,
    si todo lo saben sobre poesía?

    Si supieran,
    tal vez preferirían escribir poesía que sobre poesía.

    Los críticos de poesía son como los viejos,
    también ellos lo saben todo sobre el amor.
    Aquello que no saben es hacer el amor.

    Izet Sarajlíc
  • estrofaestrofa Garcilaso de la Vega XVI
    editado mayo 2015




    De pronto, se quiere escribir versos
    que arranquen trozos de piel
    al que los lea.
    Se escribe así, rabiosamente,
    destrozándose el alma contra el escritorio,
    ardiendo de dolor,
    raspándose la cara contra los esdrújulos,
    asesinando teclas con el puño,
    metiéndose pajuelas de cristal entre las uñas.
    Uno se pone a odiar como una fiera,
    entonces,
    y alguien pasa y le dice:
    “vete a cenar, tigrillo,
    la leche está caliente”.

    Eduardo Lizalde
    (Ciudad de México, 1929)






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