La vida melodiosa

BLADERUNNER

LA VIDA MELODIOSA

Se tarda el mismo tiempo en execrar, repudiar y denostar que en abrazar con alborozo el nuevo día.

Se tarda el mismo tiempo en difamar que en respetar y valorar lo positivo de vivir y dejar vivir, en vez de detonar los cartuchos de la ira, la venganza y el escarnecimiento gratuito. Es una elección sencilla, optar por la vida melodiosa y jubilosa, desechando los despojos hediondos de la envidia, el rencor y el enojo infeccioso que nos arrebata el entusiasmo y encarcela al corazón en una celda de muros de hielo.

Cuando despotricamos y oreamos nuestras miserias internas para verterlas sobre los floridos páramos del prójimo, se escabulle el Sol, yerto de frío y de vergüenza, y se cubren las nubes de luctuoso manto enlutado.

La vida es breve, nuestra existencia apenas deja rúbrica ni huella en el eterno cosmos del tiempo. Es mucho más saludable amar, sonreír, bendecir el nuevo día que derrochar la vida fugaz impregnándola de ausencia gris, lamento perpetuo y resquemores enquistados que nos privan de felicidad y nos convierten en almas subterráneas que contemplaran el Sol a través de un catalejo. La vida es llanto y risa, vendaval y brisa, la música de un arpa junto a la orilla del mar y el estruendo de la tormenta en una noche procelosa, pero ante todo, la vida es un milagro incomprensible, y entre latido y latido, expira enseguida.