Caminaba con mi amigo por la calle mayor, dijo:
“Ayer encontré a Luisa en internet. Vi sus fotos.”
“Vaya...”
“Tío, me pareció mucho más guapa, se la ve más entera, más mujer. Oye, incluso puede que le hayan crecido las tetas. Fíjate. Pero es precisamente eso, joder. Si se la ve mejor ahora significa que nunca fue exactamente lo que yo creía cuando salíamos juntos, ¿entiendes?”
No estaba seguro. Sonó un claxon a lo lejos.
“¿Contactaste con ella?”
“¡Qué dices! Ni hablar, ya no la reconozco. La veo y me hago la picha un lío. No sé qué pensar ni cómo sentirme. En realidad es culpa suya. Como cuando…cada vez que te comes un coño. Mira, nunca son lo mismo, no encuentras dos iguales, ¿no es cierto? Terminas y al momento estás pensando en cualquier otra cosa, piensas en lo primero que se te pasa por la cabeza y te olvidas del coño y hasta de su dueña. Te ha ocurrido alguna vez, ¿no? El hecho es que ni siquiera sé por qué estoy contándote esto…”
Pasábamos frente a una heladería. La encargada parecía agradable. Me recordó ligeramente a Luisa.
“¿Quieres un helado?”, sugerí.
Me miró, ceñudo.
“¡No me estás escuchando!”
“Sí que te escucho. Me la suda, es distinto.”
“Hijoputa.”
Sonreí. Entramos.
Comentarios
Me da la impresión, Moi, que usted pasa con un cuaderno y lapicero en mano anotando todas las conversaciones que tiene con sus amistades, para luego convertrilas en relatos.
Hola, odmaldi. La gente a veces habla así: "se la ve". Es el personaje, no el narrador, quien incurre en el laísmo.
Un saludo. :-D
Salut
Prometo no escuchar más conversaciones ajenas por el bien de mis neuronas...
Ahora imaginad cómo debía sentirse la pobrecita Virginia yendo a ahogar sus penas al fondo del río con un ramo de gladiolos en el ojo del culo. Iba pensando:
"¿Seré capaz? ¿Y qué pasará luego con mis preciosos, suaves y maravillosos...uhm...atributos?" Oh, oh, Virginia, no lo hagas.
Es seguro que no pensaba: "¿Necesitaré un cuaderno para esto? ¿Y un lápiz?"
Todo ese ruido no es sino MIERDA, así que abandonad los cuadernos, jubiladlos, deshaceos de los apuntes y levantad las orejas como cachorros de podenco: ahí lo tenéis.
¡Bravo!