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El primer paso (Relato)

FopianiFopiani Anónimo s.XI
editado junio 2014 en Narrativa
A pesar de lotranquilo que pudiera parecer el paisaje, en el ambiente podía respirarse claramenteuna tensión violenta y desagradable. Aunque llevaba largo rato parado, notabacomo su cuerpo estaba totalmente bañado en sudor. Hacía acopio de todas susfuerzas para mantener la concentración pero los pensamientos, desbocados, se learremolinaban en la cabeza sin control.



"Cobarde"



No sabía porqué, pero esa palabra se repetía constantemente en su interior, asaltándole unay otra vez de forma que se le clavaba como un machete en el poco orgullo que lequedaba.



"Cobarde"



En la guerratodo vale.

Así seconsolaba el soldado que llevaba largo tiempo tumbado, camuflado entre unosarbustos mientras esperaba a su víctima con su arma de precisión.

Enfocó lamirada al paisaje nevado de fondo para relajar un poco la vista, cansada ya devigilar de forma incesante por el punto de mira al asecho de su presa.

Parpadeóvarias veces de forma ligera mientras hacía movimientos leves con el cuello.Los músculos estaban fatigados de mantener esa posición durante tanto tiempopero no podía relajarse ni un instante.

Medio segundode despiste podía ser suficiente para que la misión no pudiese llevarse a cabo.



"Cobarde"



Volvía a sonardentro de su cabeza.

Llegar hasta allíno había sido tarea fácil. Habían sido necesarias muchas horas de duroentrenamiento para poder llevar el uniforme y ser un soldado de elite.

Estaba allí porquelo había elegido. Había escogido ese estilo de vida por voluntad propia...



"Cobarde"



Intentabamantener la mente distraída en otros pensamientos para ignorar, de algunamanera, esta dichosa palabra que lo atormentaba. Mantener la concentraciónnecesaria para realizar un tiro de precisión en estas condiciones eraprácticamente imposible.

Solonecesitaba un tiro correcto.

Certero.

Solo uno.



"Cobarde, sal de donde estés escondido y luchacomo un hombre"



En la guerrano gana el más fuerte, si no que normalmente lo hace el más astuto. El soldadomira la punta del cañón de su arma y vuelve a convencerse de que mantenerseapostado y totalmente camuflado a la espera de su víctima no era ningún acto decobardía.

Solo se tratade una forma de asegurar, o al menos aferrarse a la supervivencia.

Erafrancotirador.

Había elegidoese rol y lo defendería hasta la muerte.

Era su manerade hacer la guerra.

De pronto, yde manera inesperada incluso para el que lleva esperando este momento durantehoras, aparece una figura moviéndose entre los escombros de las casasderruidas.

Con el índiceacaricia suavemente el disparador y afina un poco más la puntería.

La silueta delenemigo se recorta claramente en el fondo impoluto del terreno nevado.

Doscientosmetros no debían de ser un obstáculo para él.

No podíafallar.

Elfrancotirador solo necesita un disparo.

El soldadorespira profundamente y va soltando poco a poco el exceso de aire de lospulmones.



"Cobarde ¿Dónde estás escondido?"



La mente enblanco, la respiración pausada y las pulsaciones controladas.

No era laprimera vez que lo hacía.

Era su estilode juego.

¡PAM!

La figura queandaba entre cascajos de escombros se derrumbó al suelo como si de un muñecoinanimado se tratase.

Elfrancotirador respiró y todos los músculos de su cuerpo se relajaron. Lapartida había terminado…

Pero no le diotiempo si quiera a retirarse de su posición cuando las voces que loatormentaban lo castigaron de una forma aún más violenta si cabe.



"Cobarde de mierda, ya sabía yo que no podíasmatar de otra manera que no fuese escondiéndote como un gallina"



"Campero de los cojones, a ver si te atreves adar la cara la próxima vez"



El soldadohacía todos los esfuerzos por ignorar las voces que le taladraban el cerebro.Las acusaciones se sucedían entre distintos tonos de voz, como si fueran variaslas personas las que le estuvieran juzgando... incluso de vez en cuando podía oíralguna que otra risita endemoniada que no hacía otra cosa que mofarse de su ya conocidacobardía.



"Eres lamentable... tío rastrero"

"A ver si tienes huevos de matar alguna vez aalguien frente a frente”

“¡Cobarde!”



A pesar de suvictoria, el soldado se sintió de súbito superado por las voces que resonabanen su interior.



De un tirón sequitó los auriculares y de un par de patadas desquiciadas destrozó eltelevisor y la consola en la quepermanecía veinticuatro horas al día jugando por internet.



Aunque no loparezca, mandar la consola a tomar por culo fue el acto más atrevido que habíahecho hasta el momento.

Comentarios

  • Nae SirudNae Sirud Juan Boscán s.XVI
    editado mayo 2014
    Ah, pero ¿era todo virtual?

    Resulta un poco molesta la cantidad de palabras pegadas.

    Saludos.
  • pinkipinki Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado mayo 2014
    Buen relato, me gustó mucho.

    Da mucho que pensar con una aguda crítica solapada sobre la guerra y la violencia.

    ¿Qué quiere decir ser cobarde y quién es el cobarde?

    Saludos :)
  • GuaicaGuaica Pedro Abad s.XII
    editado junio 2014
    me dan pena los auriculares y el televisor, por un momento habría apostado que estaba en un salón de juegos y que las voces eran de una máquina de al ladito, pero me ha encantado. :-D
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