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Un sueño eterno

aquiles07aquiles07 Anónimo s.XI
editado mayo 2014 en Romántica
Él cogió el vuelo esa tarde que llovía, sólo deseaba llegar pronto para verla y sentirla. Había pasado ya mucho tempo desde la última vez que estuvieron juntos, sintiendo el calor de sus cuerpos entrelazados y conectados como si fueran uno solo. Ella no sabía nada, seguía su rutina de siempre; aquella que había cogido desde que empezó a trabajar en aquella empresa en pleno centro de Praga, en donde se sentía muy a gusto y por cierto muy atareada. LLegaba cada tarde a su apartamento casi a la misma hora y lo primero que hacía era tumbarse en la cama y pensar en él. Dónde estará? se preguntaba, qué hará? pensaba. Mientras cerraba los ojos para imaginar que un día se encontraban paseando por la plaza vieja en donde él siempre quería estar, admirando la ciudad entera. Por momentos oía a lo lejos el maullar de aquel compañero que siempre la esperaba y la sacaba de sus pensamientos para recordarle que su trabajo aún no terminaba, pero ella continuaba cerrando los ojos, escapando de esa realidad, hasta quedarse dormida por el agotamiento.
Mientras, él subía al avión observando su reloj para confirmar la hora de partida y calcular la hora de llegada. Estaba impaciente por iniciar ese viaje tan anhelado y llegar pronto para darle la sorpresa de su vida. Una vez situado en su asiento ya pudo relajarse y cerrar los ojos para imaginar los interminables paseos que daría junto a ella, en esa ciudad tan antigua pero tan nueva para él. Imaginaba las calles, los puentes de piedra que atravezaban el río, la gente y sobre todo la imaginaba a ella, tan sonriente como siempre, acercándose a él para abrazarlo totalmente sorprendida. El aviso de partida que dió el capitán de vuelo lo sacó de sus pensamiento e hizo que mecánicamente se colocara el cinturón de seguridad ya que iniciaban la partida. Dibujó una sonrisa en su rostro como señal de alivio después de tanta espera, al fín podía viajar.
Ya en pleno vuelo, él pidió un vaso con agua pues quería tomar un relajante para dormir durante la travesía, lo cual logró después de varios intentos.
En ese mismo instante ella despertaba con el maullar insistente de su compañero y se dispuso a iniciar sus labores en casa, que la mantendrían ocupada por el resto de la tarde noche. Revisó su teléfono para ver si había alguna llamada o mensaje y se ocupó de responder cada uno. A su amiga Laura, a su madre, a la abuela Ana, al jefe que le había preguntado por unos documentos que archivó el día anterior, pero no había ningún mensaje de él, nada de nada. Ya escribirá - se dijo así misma.
El vuelo continuaba sin novedad y él estaba profundamente dormido, ya estaban cruzando la frontera franco-suiza y nada presagiaba lo que estaba por suceder. Las azafatas de vuelo habían terminado de atender a los pasajeros que habían solicitado algún servicio y se aprestaban a descansar. Faltaba poco más de una hora para llegar a su destino, pero el destino tenía otros planes para ellos y no era precisamente dentro de ese tiempo.
Ella recibió una llamada de su madre para comunicarle que el fin de semana visitarían el pueblo de su abuela por enésima vez, visita que a ella no la animaba mucho pero igual, tendría que ir. Sólo que esta vez los maullidos no la dejaban escuchar, eran más intensos de los acostumbrados y más insistentes, era muy raro. Pero igual, ella no hacía caso. Mientras hablaba sintió un pequeño mareo que hace mucho que no lo tenía; la última vez fué cuando estuvo con él en la habitación del hotel, en las vacaciones pasadas. Decidió tomar asiento para no caer y no le dió mas importancia, continuó hablando con su madre.
El avión ya se encontraba sobre la ciudad suiza de Sion rodeada por los Alpes Peninos y atravesada por el río Ródano que la hacía muy atractiva para el deporte de aventura. Se podía ver desde la ventanilla el pico más elevado de aquella región; la punta Dufour, pero él no pudo verlo porque estaba sumergido en un profundo sueño, tan profundo que en ese instante sólo su cuerpo viajaba y su mente estaba ausente. Era el sueño que siempre quiso tener, porque en él se encontraba felíz al lado de su chica, a la que tanto quería pero que hace mucho tiempo no veía y, que gracias a ese sueño la volvía a sentir, acariciar, besar y hacerla suya. Él no quería salir de ese sueño, luchaba para no despertar, soportaba la presión y la doblegaba y lo logró.... el vuelo llegó a su destino, sólo que ese destino fué la eternidad para él, el encuentro que siempre quiso tener con su chica para nunca separarse, aquel sueño nunca terminó....

A07

Comentarios

  • Nae SirudNae Sirud Juan Boscán s.XVI
    editado mayo 2014
    aquiles07 escribió : »
    el vuelo llegó a su destino, sólo que ese destino fué la eternidad para él, el encuentro que siempre quiso tener con su chica para nunca separarse, aquel sueño nunca terminó....

    Están bien los finales un poco abiertos, pero aquí igual podías haber concretado más, hay que leer dos o tres veces para asegurarse de qué fue lo que pasó. Se me ocurre que "aquel sueño nunca se cumplió..." sería más claro.

    Otros comentarios a modo de consejo: El editor de mensajes del foro no separa los párrafos por sí sólo. Para textos grandes como éste, facilitarías la lectura separándolos con líneas en blanco.

    Se hace demasiado repetitivo el exceso de pronombres (él, ella, aquel, aquella). Es un defecto que yo también tengo, pero un repaso a tiempo siempre descubre dónde pueden ser prescindibles. Por ejemplo:

    seguía su rutina de siempre; la que había cogido...
    oía a lo lejos el maullar del compañero que...
    visita que no la animaba mucho pero...
    No quería salir de ese sueño,
    ese destino fué la eternidad, el encuentro que...


    Fíjate, no es que las frases mejoren al obviar el pronombre, pero el texto globalmente creo que sí.

    Saludos.
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