Recién cuando subimos al taxi me percaté de que le faltaba un aro. En la playa se quedó, como recuerdo de una noche inolvidable, marcando el lugar preciso en donde mis besos quemaron su boca y mis caricias ardieron en su cuerpo. Quizás lo encontró una chica punk y hoy exhibe orgullosa ese aro guacho, aunque lo más probable es que el mar se lo haya robado a la arena y llevado lejos, así mismito como nuestro amor quedó lejos, pero bieeeeeen lejos, allá por Japón.
Comentarios
Muy bueno!!!