En la estación de Santa Lucía hay una pequeña trattoría junto a la sinagoga. Vicentzo, el camarero, se empeña en aliviar el dolor de muela a base de golpe de grappa aromado que compite con los aguardientes del Piamonte, Friuli, Lombardía, hasta con los excelentes de la Toscana se atreve, tan fuerte de grados como éste, igual de cristalino y un poco especiado.
Tras el primer ardiente mordisco en la garganta se siente la ligera caricia del a ruda en su retorno al paladar y el toque de roble de la barrica que resguarda el milagroso bálsamo. Quema en los labios.
Ya no siento dolor. No siento nada, sólo la bruma.
Entre la ansiada y mis ojos el velo del calor del mediodía y el sudor de los cien, de los mil acólitos que paseamos las añejas piedras. Rezuman agua y tiempo, a veces hieden. Cuentan historias, no todas buenas. Hablan las torres de las iglesias, los suspiros de los puentes y los mosaicos bizantinos de la Basílica. Habla Tiziano y Tintoretto por la boca de Santa María de la Salutte.
Venecia cuenta.
Entro en ella despacio, flotando en niebla y no sé si la fachada del Palazzo Ducale irradia ese rosado claro, nacarado y preciso o me lo invento de orujo.
Sobre el Ponte de le Tette una ramera alongada enseña los pechos a un soldado veneciano que sube, paga, entra, sale, va y vuelve a la lucha contra el turco o lo que toque ese siglo, algunas guerras duran tanto que no hay medida. Dos bandas rivales se pelean por el honor de su barrio, los Nicolotti y los Castellani. Rojo y negro sobre el Puente de los Puños. Sthendal sonríe, le hace eco el sirviente de la familia de los Mastelli, sostiene una pared con su nariz de hierro, bufón oriental, payaso pétreo, y dos gatos artríticos se pasean en encogido miembros por una de las calles recoletas que no tiene historia, no lo pone el papel que me guía por el aquí ocurrió, ni el letrero que indica ésta es la calle que resulta que me he perdido en Venecia.
Venetzia
El dragón que mató San Donato tiene dos arañas de luz por ojos. Me rescata de Canaletos, vuelo en su lomo a Murano donde mora su sueño de cristal, y en Santa Elena la brisa corre libre de calles. Se escucha el mar, lo cuenta el arrecife sobre el que bate.
Frente a ella La Sereníssima reposa refractada y líquida, doble y hermosa la dorada cúpula de San Marcos. Su campanario repica no me olvides en el suave atardecer de la Laguna.
Me gustas, Suina, cuando eres divertida.
Me gustas cuando me haces reír en un entierro con un humor un poquito negro.
Me gustas barroca.
y también poética.
Estar en el Foro es una buena manera de sufrir la cuarentena de la gripe.
¡Vaya maneras distintas de pintar a Venecia! Pareces hablando de dos ciudades diferentes... Espero que el Rock no acalle nunca las campanas de San Marcos y estas sigan conmoviendo el corazón de sus habitantes y sus admiradores, recordándoles la gloria deVenecia. Espero que la poesía de esta tierra no se vuelva mera nostalgia de un pasado sino que siga inspirando nuestros días.
Me gusta mucho como cambias de estilo para mostrar las dos caras de esta ciudad, sólo tengo una pequeña curiosidad ¿Por qué Venecia terecuerda a un dolor de muelas?
Me gustas, Suina, cuando eres divertida.
Me gustas cuando me haces reír en un entierro con un humor un poquito negro.
Me gustas barroca.
y también poética.
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Aynsss... tu a mi también me gustas :rolleyes2::rolleyes::rolleyes2:
Me gusta mucho como cambias de estilo para mostrar las dos caras de esta ciudad, sólo tengo una pequeña curiosidad ¿Por qué Venecia terecuerda a un dolor de muelas?
Gracias Tituna...pues porque de las cosas que cuento, lo único que cuento literalmente tal cual fue es el dolor de muelas de mi primer viaje a Venecia, que me impidió disfrutar de ella y donde me cogí una "moña" importante por culpa de Grappa del camarero, que decía que si mantenía el licor en la boca se me pasaría ¡Menuda curda!. Por eso digo que vi Venecia envuelta en niebla ( en pleno agosto eso imposible).
Bueno, aunque el tema veneciano está ya muy visto en la literatura...el relato vuelve a fascinarme con ese toque estético. Una y otra vez al leer tus relatos me viene la literatura del Simbolismo (incluso más el decadentismo y esteticismo de la época). No sé si habrás leído a D'Anunnzio, te lo recomiendo por si acaso, su novela El Placer es pura delicia para los sentidos (para mí la mejor novela que he leído, si de cuestiones estéticas hablamos). En fin, te mereces otras cinco estrellas. Ya digo,por el asunto de la belleza formal, que a mí me apasiona.:rolleyes:
Comentarios
Me gustas cuando me haces reír en un entierro con un humor un poquito negro.
Me gustas barroca.
y también poética.
Estar en el Foro es una buena manera de sufrir la cuarentena de la gripe.
Me gusta mucho como cambias de estilo para mostrar las dos caras de esta ciudad, sólo tengo una pequeña curiosidad ¿Por qué Venecia terecuerda a un dolor de muelas?
Aynsss... tu a mi también me gustas :rolleyes2::rolleyes::rolleyes2:
Gracias Tituna...pues porque de las cosas que cuento, lo único que cuento literalmente tal cual fue es el dolor de muelas de mi primer viaje a Venecia, que me impidió disfrutar de ella y donde me cogí una "moña" importante por culpa de Grappa del camarero, que decía que si mantenía el licor en la boca se me pasaría ¡Menuda curda!. Por eso digo que vi Venecia envuelta en niebla ( en pleno agosto eso imposible).
Gracias.