--¡Hey, rubio, ven con nosotros, nos juntamos en la esquina, --me gritó el García como para que escuchara toda la cuadra.
Ya estaba cansado de ese grupo de pesados y sus bromas, ya no quería juntarme con ellos. Si lo hice antes fue tal vez porque necesitaba compañía, pero ya tenía más que suficiente de servirles de blanco de sus payasadas.
--No, --respondí--, tengo que juntarme con mi novia.
--¿Desde cuándo tienes novia? –gritó de nuevo.
Sin responder, me fui rápidamente de ahí sin mirar atrás.
Así fue como la conocí, y de ahí en adelante dejé de juntarme con el grupo de siempre. Cada vez que podía estaba con ella. Pero nunca en público, buscábamos los lugares más solitarios y ocultos que podíamos, la última banca de una iglesia a la hora que no entraba nadie, un banco en el parque oculto tras dos frondosos árboles, una playa solitaria.
La vez que se me acercaron dos liceanas, que nunca me hablaban, y me dijeron:
--supimos que tienes novia, ¿quién es, si puede saberse?
Les respondí sin pensar: --se llama Liset, ¿por qué?
--¿Liset qué? –preguntó una. –Liset a-ustedes-no-les-interesa, --les dije, alejándome.
De pronto surgió cierto interés nunca visto por mi persona, hasta me invitaron a un baile.
--Anda con tu Liset, --me dijeron.
--No le dan permiso, --contesté,-- gracias por la invitación.
Y así transcurrió el año, si antes me trataban poco ahora me trataban menos, pero yo vivía contento porque cada vez que me sentía solo, Liset aparecía y me acompañaba, silenciosa pero siempre a mi lado.
Cuando tuve que irme a estudiar a la capital, Liset se quedó atrás, pero sumergido en la intensidad de los estudios, además del trabajo de medio tiempo con que sufragaba mis gastos, no me dejaban tiempo para nada y, sin darme cuenta, la olvidé completamente.
Pasó el tiempo y de pronto me encontré con que, terminada la carrera, debía dedicarme a ganarme la vida como corresponde. Comencé a trabajar pero me encontré con esa antigua soledad.
Atolondrado como era, sin saber cómo, un día me casé con una ex compañera de curso que se había quedado en el camino, yo buscaba tal vez no estar solo, ¿qué buscaba ella? No lo sé, pero nada funcionó desde el principio y las discusiones –si se puede llamarse discusiones a sus eternos monólogos— fueron el pan de cada día.
Ayer, después de unos momentos realmente malos, mi esposa me echó del dormitorio y me mandó al cuarto de visitas. Tomé el despertador, mis pijamas y la ropa que necesitaba para el día siguiente y me fui a mi nuevo cuarto.
Me acosté y me puse a pensar que sería más conveniente, si abandonar la casa o dejar definitivamente este mundo.
Entonces fue cuando, para mi sorpresa, apareció ella, Liset, tan dulce y sonriente como siempre lo había sido. Se quedó conmigo toda la noche y hoy, al levantarme para ir al trabajo me acompañó a la parada del autobús. Cuando este partía miré por la ventanilla y ahí estaba, sonriente, despidiéndome con la mano.
Esta noche, cuando vuelva a casa, me iré tranquilamente y sin decir palabra, a la que será desde ahora mi habitación.
Mi esposa me mirará triunfante, creyéndome humillado y vencido. Pero seré yo el que se reirá en su cara, mientras ella creerá tenerme castigado, yo estaré feliz, acompañado de Liset, la que antes fue mi novia y ahora es mi amante…
Hola, Jenofonte. Me alegra que vuelvas a publicar en Narrativa porque se te da muy bien.Tus relatos mw gustaron siempre y este ¡ cómo no!.
Comienzas situando los hechos en un ambiente adolescente,donde se intentan los primeros escarceos con el sexo opuesto y los encuentros furtivos más o menos inocentes. que tan bien sabes describir trasportándonos a tiempos pasados.Y vas de aquí al terreno de la vida adulta; otra forma de ver y sentir el amor y su cara menos amable. Un abismo sentimental entre la novieta adolescente y la esposa convencional.
Planteas, al final, la infidelidad como el triunfo del verdadero amor frente a las desavenencias conyugales; una situación que se da también la vida real. Y, como en esta, se viven en paralelo dos relaciones sentimentales.
Buen relato.Suelen aparecer en tus escritos este lado tierno --que todo ser humano tiene-- junto a la dureza de otras situaciones.
Jenofonte, he pasado un buen rato leyendo este cuento.Escribes bien y, sobre todo,destaco la primera parte donde recreas muy bien ambientes adolescentes del pasado.
Luego hay un intermedio donde, en mi opinión, el relato pierde interés porque la vida de estudiante y el olvido de Liset están descritos como de pasada, sin que sepamos cómo van evolucionando los intereses y el sentimiento.
Vuelve a interesarme la parte final por la reflexión que él se hace sobre la ligereza con la que decidió casarse y sus consecuencias.
El final me trae a la actualidad. Ante las desavenencias conyugales él recurre a un amante soñado,personificado en Liset con quien mantiene una relación sentimental virtual.. ¿O tal vez solo es fantasía producto de su imaginación?.
Liset... una mujer soñada...¿no? Un sustitutivo a la soledad... Me ha parecido un relato interesante, pero más bien entristece el protagonista, cuyo patetismo se refleja en aquel matrimonio fruto del temor a la soledad. Pero como bien sabemos, eso ocurre demasiado, así que más parte de la realidad a tu favor
Imaginario, todo es imaginario, la novia, la amante, todo es fruto de la fantasía del protagonista, como el náufrago que debe inventarse un compañero para sobrellevar su soledad.
Imaginario, todo es imaginario, la novia, la amante, todo es fruto de la fantasía del protagonista, como el náufrago que debe inventarse un compañero para sobrellevar su soledad.
No entiendo lo que quieres decir.Liset, en su primera etapa parece ser real -dentro de la ficción del cuento.Cuando él está casado, entonces sí que es una fantasía, un recuerdo con el que trata de superar la soledad, pensando ¡ "Qué tiempos aquellos"!.
Ya se sabe que un cuento es ficción y no debe creerse que es autobiográfico, pero dentro de la narración, no se dice que sean imaginaciones del protagonista.
Saludos, Jenofonte. Me ha resultado distraído y bien ambientado.
Imaginario, todo es imaginario, la novia, la amante, todo es fruto de la fantasía del protagonista, como el náufrago que debe inventarse un compañero para sobrellevar su soledad.
Esto que comentas a modo de explicación del relato me ha descolocado un poco. Es decir, no es lo mismo juzgar el relato sabiendo esto que sin saberlo (y yo me atengo al relato y lo que yo interpreto, que no es que sea todo imaginario...)
Bueno, los relatos en primera persona ya de por si los prefiero (y siendo quisquilloso no me mola leer todo el rato en cursiva:D) y el relato me gustaba hasta que llega el último párrafo y el protagonista se pone en plan vengativo con su esposa (lo siento, pero es algo muy personal, no me mola que los hombres tengan esas actitudes, es decir: hace al prota mezquino y antipático)
Si, ya sé que estoy juzgando la moral del prota, pero se presta a ello. Yo como lector muchas veces un relato no me gusta porque la historia o el prota no se desarrollan como yo quisiera. Sé que es egoista pero es mi forma de ser (odio que una peli romántica acabe mal, prefiero un final feliz tópico, sino me siento muy triste cuando una historia de amor acaba mal, no me mola, lo odio!) y no lo puedo cambiar.
En fin, yo hubiera escrito otro final. Pero lo más gracioso es que muchos de mis relatos están llenos de protagonistas odiosos!:rolleyes:
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Comienzas situando los hechos en un ambiente adolescente,donde se intentan los primeros escarceos con el sexo opuesto y los encuentros furtivos más o menos inocentes. que tan bien sabes describir trasportándonos a tiempos pasados.Y vas de aquí al terreno de la vida adulta; otra forma de ver y sentir el amor y su cara menos amable. Un abismo sentimental entre la novieta adolescente y la esposa convencional.
Planteas, al final, la infidelidad como el triunfo del verdadero amor frente a las desavenencias conyugales; una situación que se da también la vida real. Y, como en esta, se viven en paralelo dos relaciones sentimentales.
Buen relato.Suelen aparecer en tus escritos este lado tierno --que todo ser humano tiene-- junto a la dureza de otras situaciones.
Un abrazo.
Luego hay un intermedio donde, en mi opinión, el relato pierde interés porque la vida de estudiante y el olvido de Liset están descritos como de pasada, sin que sepamos cómo van evolucionando los intereses y el sentimiento.
Vuelve a interesarme la parte final por la reflexión que él se hace sobre la ligereza con la que decidió casarse y sus consecuencias.
El final me trae a la actualidad. Ante las desavenencias conyugales él recurre a un amante soñado,personificado en Liset con quien mantiene una relación sentimental virtual.. ¿O tal vez solo es fantasía producto de su imaginación?.
Saludos. Hasta el próximo cuento.
No entiendo lo que quieres decir.Liset, en su primera etapa parece ser real -dentro de la ficción del cuento.Cuando él está casado, entonces sí que es una fantasía, un recuerdo con el que trata de superar la soledad, pensando ¡ "Qué tiempos aquellos"!.
Ya se sabe que un cuento es ficción y no debe creerse que es autobiográfico, pero dentro de la narración, no se dice que sean imaginaciones del protagonista.
Saludos, Jenofonte. Me ha resultado distraído y bien ambientado.
Gracias por compartir.
Esto que comentas a modo de explicación del relato me ha descolocado un poco. Es decir, no es lo mismo juzgar el relato sabiendo esto que sin saberlo (y yo me atengo al relato y lo que yo interpreto, que no es que sea todo imaginario...)
Bueno, los relatos en primera persona ya de por si los prefiero (y siendo quisquilloso no me mola leer todo el rato en cursiva:D) y el relato me gustaba hasta que llega el último párrafo y el protagonista se pone en plan vengativo con su esposa (lo siento, pero es algo muy personal, no me mola que los hombres tengan esas actitudes, es decir: hace al prota mezquino y antipático)
Si, ya sé que estoy juzgando la moral del prota, pero se presta a ello. Yo como lector muchas veces un relato no me gusta porque la historia o el prota no se desarrollan como yo quisiera. Sé que es egoista pero es mi forma de ser (odio que una peli romántica acabe mal, prefiero un final feliz tópico, sino me siento muy triste cuando una historia de amor acaba mal, no me mola, lo odio!) y no lo puedo cambiar.
En fin, yo hubiera escrito otro final. Pero lo más gracioso es que muchos de mis relatos están llenos de protagonistas odiosos!:rolleyes: