Mi visión.
Bolonia, Cádiz, pasando Tarifa. Un atardecer que te mueres de gusto. Viví largos años allí, más que en mi propia ciudad de nacimiento. Escoltan este lugar enormes y cabalgantes dunas de arena. Solía subir a ellas al atardecer, para evitar el calor añadido al esfuerzo de encumbrarlas . Observaba desde algún lugar inspirador, y es cuando me parecía estar fuera de este mundo, incluído mi cuerpo. Tan solo me alteraba cuando una ristra de personas demasiado numerosa caminaba sobre la perfeccción de sus aristas. Vais a desfigurarlas. Cuando bajaba, largo rato después, me preguntaban: ¿ No te aburres allí sola toda la tarde? "si nadie me interrumpe, no". Es de esos lugares que de tanto bien me producía casi angustiosas ganas de que alguien, al que no conseguía poner cara nunca y para no tener esa sensación de egoísmo, estuviera allí en ese momento. No podia ser cualquiera.
He recorrido ese lugar muchas veces. He esperado al fuerte viento para hacer kitesurf, he bailado allí, bebido, he almorzado con los amigos, reído, tomado el sol, paseado, cenado en los rincones más afables de la cercana Tarifa, he dibujado estrategias en su arena -un 3.4.3. de manual- buceado, despedido solteros, he jugado a que soy pequeña con otros pequeños, he resbalado por las dunas, atendido a inmigrantes escondidos en ellas, me he dormido a la sombra, he hecho el amor, me he derretido en algún bar con los músicos... No me ha costado nada compartir esas cosas. Pero de lo que hablaba, realmente no he podido compartirlo con nadie, aunque sí pensaba que alguien debería verlo con mis ojos (sabed que eso quiere decir con mi cegado pero imaginativo ojo izquierdo). Y he echado de menos a esa persona que nunca existió, pero sigo insistiendo en que venga conmigo para que sea la primera vez.
Comentarios
¿Este paraje que describes es el que ha salido recientemente en prensa que se quieren cargar? ¡Animales!
Me ha encantado tu descripción; los lugares, los tiempos mágicos.....
Lugares que nos van robando día a día.
Mi herido, pero también imaginativo ojo izquierdo, ha perdido ya paisajes irrepetibles, entornos familiares, acogedores, sanadores. Mi consuelo es haberlos conocido vírgenes y que aún siguen fijados en mi cabeza, como lo estarán siempre.
Saludos
Hola.
Vover siempre no es una buena idea. Acabará siendo un lugar más para los que lo encuentren por primera vez, y todo lo que yo pueda contar sonará a tiempo pasado. En fin, humanos...
De todas formas, siempre habrá gente hábilmente cegada que descubra lugares mágicos : )
No hay derecho, es que no dejan nada sin tocar.