Sufro tanto de estas manos indigentes
Que Del templo en el umbral: guitarra mía
Notas yacen en tus cuerdas letanía
Más no afloran de estos dedos impotentes
De tu diáspora binaria subyacente
Matemática sublime en atorrante
Cuando surges del maestro junto al cante
Adolecen estas manos penitentes...
Comentarios
Saludos
Un saludo
Me gustó el poema.
Saludos