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¿Bailamos?

ElnichoabiertoElnichoabierto Anónimo s.XI
editado septiembre 2011 en Terror
Bueno, ésta es la primera historia del blog. La idea de hacer algo
como esto se me ocurrió después de escribirla. Imagínate que un
día quedas con alguien para pasar una noche especial, y lo que
empieza aparentando ser una broma acaba en un susto de muerte.
Disfruta la historia.

Max y Sofía eran amigos desde hace muchos años. Ya se conocían antes de empezar el colegio puesto que sus padres vivían en el mismo pueblo. Desde hace varios años, ambos tenían la costumbre de irse el primer viernes de Julio, sobre la medianoche, a los campos de trigo a ver las estrellas tirados entre las altas espigas.
Hoy es jueves, exactamente el primer jueves de Julio. Max y Sofía ya no son unos niños, de hecho ambos son ya mayores de edad, pero esto no les ha hecho abandonar su tradición de todos los años.
Max tiene algo muy especial preparado para Sofía este año, algo que ella no se espera. Lleva un año planeándolo y no va a dejar escapar esta oportunidad. Ella siempre a sido una buena amiga suya, de hecho ha sido la única amiga a la que le ha contado sus problemas mas íntimos y en la que ha confiado siempre, pero él siente algo por ella que va más lejos de la amistad, y sabe que mañana será el momento de saber si ella también siente algo así.
Sofía espera impaciente que llegue el día siguiente. Siempre le ha gustado esa noche tan especial que comparte con su mejor amigo todos los veranos y sabe que tal vez esta noche sea la última que puedan hacerlo.
Max todavía no lo sabe, pero Sofía tiene pensado irse a estudiar al extranjero los cuatro próximos años y, si todo la sale bien, es posible que no regrese nunca, pero eso es algo que le contará más adelante. No quiere estropear el que puede ser el último día especial en el que cumplan su tradición.
Es tarde ya, casi media noche, y ambos se preparan para irse a dormir. Ambos piensan que mañana va a ser un día muy especial, sin embargo, ninguno de los dos sabe todavía que ese primer viernes de Julio, va a ser recordado por todo el pueblo durante mucho tiempo.

Mientras todos duermen, algo se mueve por los campos de trigo.

Es temprano. El sol todavía no a salido completamente, pero tanto Max como Sofía están ya despiertos. Desean que pase el día rápido para irse a pasar esa noche tan especial que pasan cada año. Sin embargo, para Sofía el día no parecía pasar rápido, si no todo lo contrario, y además parecía ir todo en contra suya. Al levantarse de la cama, había tropezado y se había hecho una herida enorme en el brazo. A la hora de comer su madre le había preparado un plato de verdura, y Sofía odiaba la verdura. Por la tarde fue a coger la bici para salir con sus amigos y pinchó la rueda de atrás al pasar por encima de una chincheta sin ni siquiera haber salido de casa todavía. Y por si todo eso fuera poco la señora Gregoria, conocida como la loca del pueblo, le había gritado diciéndola que algo terrible la iba a pasar esa noche.
-¿Qué se habrá creído esa vieja chocha? No es más que una anciana loca. -Pensó
Cuando le contó lo sucedido con la señora Gregoria a Max, él soltó una carcajada enorme.
Sin embargo, tal vez ambos deberían haber hecho más caso de esas palabras.

Se acerca la medianoche. Max está esperando a Sofía en la plaza- Ya han pasado diez minutos desde la hora a la que habían quedado. A lo lejos ve el campo de trigo meciéndose por el viento, y puede imaginarse la cara que va a poner Sofía cuando le diga lo que siente realmente por ella. Mira hacia el suelo, su retraso le está empezando a incomodar.
-Seguro que le a surgido algún problemilla, no tardará mucho. -Dice para sus adentros intentando convencerse a sí mismo.

Justo cuando levantó la cabeza la vio. Estaba convencido que era ella. ¿Quién si no iba a encontrarse ese mismo día y a esas horas en el campo de trigo?. Fue corriendo hacia allí. Al llegar, se dio cuenta de que la había perdido de vista. Estaba convencido, quería jugar, asíque se dispuso a encontrarla entre todos aquellos tallos. Tarde o temprano se movería, haría ruido y él sabría donde estaba. Sin embargo el sonido que oyó no era lo que él esperaba. Su teléfono móvil vibraba intensamente en su bolsillo. Lo saco y leyó un mensaje que le acababa de enviar Sofía.
«Max, me ha surgido un problema,
acabo de salir de casa, no tardo.
Lo siento. Un beso, Sofía»

¿Estaría de broma? La acababa de ver hace un rato por el trigo y ella tenía que saber que él ya estaba allí. Sin embargo, tampoco estaba seguro de que la silueta que vio fuese la de Sofía. ¿Y si ni siquiera hubiese visto una silueta? Estaba todo muy oscuro, y tal vez las sombras le hubiesen jugado una mala pasada.
Un ruido cerca suyo le hizo olvidarse de esa teoría. No estaba solo en el campo de trigo, y lo que estuviese allí con el no estaba muy lejos. De hecho ya podía oír su respiración. Unos ojos enormes se iluminaron debido a la luz de la luna. Eran unos ojos de un tono amarillento, inyectados en sangre. El dueño de esos ojos tenía un aspecto medio humano, sin embargo su cuerpo presentaba grandes deformidades y su cara...
Max estaba pálido de miedo mirando su rostro, tragó saliva e intentó gritar, pero no consiguió emitir ningún sonido. El monstruo, la cosa, o como se le pudiese llamar a ese ser, se abalanzó sobre él. Sintió unas enormes punzadas de dolor en la espalda. Todo se desvaneció lentamente hasta quedarse muy oscuro. Los sonidos se silenciaron. Se encontraba muy cansado, tan solo quería dormirse.

Sofía estaba esperando. Pese a haber llegado veinte minutos tarde, Max todavía no estaba en el lugar en el que habían quedado. ¿Por qué él no la había avisado de su retraso? ¿Habría recibido su mensaje?.
-Tal vez no lo ha recibido y se ha ido a casa. -Pensó
Sin embargo, le vio. Max estaba allí, al fondo, entre las altas espigas. Se estaba moviendo de una forma muy rara, pero era él, seguro que era él. Fue corriendo hasta el campo de trigo, estaba deseando llegar allí con él para pasar esa noche tan esperada. y cuando estaba a tan solo unos metros vio algo horrible. Max estaba bailando con alguien. Era un baile muy brusco y forzado, pero era un baile. Sofía pudo oír como la persona que estaba con Max cantaba una canción al mismo ritmo de sus movimientos. No entendía la letra. Se acercó un poco más, y no pudo evitar pegar un grito. Justo delante de ella se encontraba un ser deforme, que parecía tener la piel del rostro derritiéndose en su cara, y ese ser tenía sus manos dentro del cuerpo de Max, del que brotaban chorros de sangre inmensos. Max estaba inconsciente, o muerto, dejándose mecer por aquella cosa. Sofía recordó las palabras de la señora Gregoria.
Tenía miedo, mucho miedo.

El ser se percató de su presencia. Sacó sus manos del interior de Max y la miró fijamente. Él habló, habló muy alto, y ésta vez si que entendió lo que dijo. Esa palabra retumbó en su cabeza hasta que todo dejo de existir para ella.
¿BAILAMOS?
Bien, espero que les haya gustado el relato. Decir que publico relatos todos los jueves en el siguiente blog:
http://elnichoabierto.blogspot.com
Y espero que poco a poco vaya entrando gente de vez en cuando a leer todas aquellas historias que se me ocurren, y sobre todo que se disfrute con ellas.
También podéis seguirme en el twitter de @elnichoabierto , en el que iré anunciando nuevas ideas, publicaciones etc.
Un saludo!

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