Sería medianoche cuando desperté sobresaltado, me pareció sentir que la puerta se cerraba.
Luego escuché un casi imperceptible roce de pies sobre la alfombra y el rumor de un cuerpo al meterse entre las sábanas.
La noche se deslizó con la levedad de la arena que cae del reloj, cautivándome en dulce arrobamiento para sumergirme después en suave y apacible adormecer.
Al despertar con las luces de la aurora, estaba solo, pero me hizo dudar que sólo hubiese sido un sueño,
el delicado aroma de un perfume suspendido en el leve aire de la mañana...
Comentarios
Este relato tiene cuatro cualidades que aprecio mucho:poesía, delicadeza , brevedad y perfecta ortografía.
Me gusta esa sensación que perduró al despertar, que deja paso a la fantasía.
¡Enhorabuena, Jeno!
Saludos.
Pero es que queda la intriga en el aire:eek::cool:
Oye, Jeno que veo que se me colocó un icono burlón.No sé cómo; ya que nunca pongo estos monigotes.Menos mal que al ir a leer el comentario de Amparo, me he dado cuenta de que en lugar de la p, de poesía, se coló el icono.
Saludos.
amables como siempre y cariñosas
¿el icono?, suceden estas cosas.
Un duende burlón, fue seguramente,
pero aunque cambia la P, traviesamente,
no hace tus palabras... menos hermosas...
Agradezco tu respuesta. Me tranquiliza.No quisiera ser mal interpretada por los que lean tu relato.Aprecio tus modales y quiero corresponderte como mereces.Mis palabras te llegan cariñosas porque yo soy así con la gente que se lo merece, como tú.
Y el que respondas en verso tiene su gracia; añade amabilidad.
Saludos, Jeno. Sigue escribiendo relatos perfumados.