Chicago Bulls (relato breve)

Ryu

¡Hola, soy nuevo en este foro! espero que os guste uno de mis primeros relatos, de este género.

Cuando me miraba al espejo de la sala de estar, no me reconocía. Llevaba una fina camisa blanca, unos pantalones negros y un cuchillo en la mano derecha. ¿Que estaba pasando? Ni yo mismo, comprendía el motivo de mi presencia en ese apartamento. Lo único que mi mente conseguía sacar en claro, es que tenía que deshacerme de ese cadáver. Nunca en mi vida, había pensado en terminar así. Es decir, asesinando. ¿Tú que harías? no es ético, lo sé. Es más que eso, es algo inmoral. Que jamás se te pasaría por la cabeza. ¿Pero sabes que? se lo merecía. El cuerpo del hijo de puta que tenía delante violó a mi mujer. Desde entonces, nuestras vidas cambiaron. Arlen se sentía muy insegura, y ya no le gustaba salir por las noches. Ella tenía pesadillas casi todas las noches y yo cogí la baja por depresión. Sí, sabía lo que haría con ese cuchillo y en ese apartamento asqueroso. Cuando entré, el muy cabrón estaba viendo un partido de la NBA. Tenía el volumen tan alto, que ni siquiera escuchó el chirrido de la puerta al cerrarse. Cristales rotos, trozos de pizza por el suelo. Aquello parecía una cloaca perfecta para las ratas. Me agaché durante unos minutos detrás del sofá gris. La sangre empezaba a quemarme, tampoco quería convertir aquello en la matanza de Texas. Pero se merecía la peor muerte, había reflexionado mucho sobre ello. Desde inmovilizarlo en una silla con unas cuerdas y torturarlo lentamente, a atarlo en la parte trasera del coche, y arrastrarlo hasta un vertedero. Al final opté por una opción más sencilla, presentarme en su apartamento (sí es que se podía llamar así). No aguanté más, me levanté y le rajé el cuello ya estaba hecho. El muy cerdo, llevaba una camiseta de los Chicago Bulls y unos vaqueros desgastados. El pelo corto y oscuro se reflejaba en un pequeño espejo que tenía al lado de la televisión. Quizás sea hora de marcharme. Pero me detuve ante la puerta, había visto demasiadas series tipo CSI, Bones. Y a la mínima prueba, mi culo sería el blanco perfecto de unas pollas sedientas de carne fresca. Me puse pálido como la leche, solo de pensarlo. Mierda, exclamé. Mi mente en ese momento parecía una nube gris. No sabía que coño hacer, me fijé en una cerilla que estaba sobre un cristal. ¿Un incendio? bueno...sería una buena forma de eliminar pruebas. Saqué de mis tejanos un mechero y cogí la cerilla. La encendí y la dejé encima de la camiseta de los Chicago Bulls. Rajado y quemado. Una combinación perfecta. Cerré la puerta y una vieja con un perro algo enrabietado no hacía más que ladrar. Cuando salí a la calle, pequeñas gotas de lluvia caían encima de mi cabeza. Simplemente desaparecían. ¿Porque no podía ser así la muerte también? Qué nuestro cuerpo se evaporase como el humo...

amparo bonilla

breve y conciso, fué al grano, me gustó.:eek:;):rolleyes::cool:

Ryu

¡Gracias! me alegro que te haya gustado.
¡Saludos!

Suara Baal

Hola
No se anda con chiquitas ¿e? Una reflexión breve pero muy directa y inquietante.
Plantea una situación muy concreta y hace juzgar al lector utilizando la justicia universal.
Sigue así

Ryu

¡Gracias Saura! me alegro que te haya gustado. Estoy acabando un relato algo más largo que este, que publicaré en breve en el Foro.
¡Saludos!