Basta un pececillo para alterar la tersura de la superficie del agua.De lo estático al movimiento; de la monotonía a lo imprevisto. Es este pececillo, que remueve las aguas quietas, el que me resulta sugerente.
A mí me indica algo más: La esencia de la vida, en la que cuando crees que se ha convertido en una superficie tranquila, basta algo pequeño e inesperado para que todo cambie. Porque es imposible tenerlo todo controlado, y porque la vida no es una superficie "tersa". Y ese pececillo puede ser una mirada, un apretón de manos, o el chirrido de los frenos de un coche.
Saludos.
Comentarios
Basta un pececillo para alterar la tersura de la superficie del agua.De lo estático al movimiento; de la monotonía a lo imprevisto. Es este pececillo, que remueve las aguas quietas, el que me resulta sugerente.
Opino que es un buen haiku.
Saludos, Jeno.
Sinrima
A mí me indica algo más: La esencia de la vida, en la que cuando crees que se ha convertido en una superficie tranquila, basta algo pequeño e inesperado para que todo cambie. Porque es imposible tenerlo todo controlado, y porque la vida no es una superficie "tersa". Y ese pececillo puede ser una mirada, un apretón de manos, o el chirrido de los frenos de un coche.
Saludos.
Ese movimiento, ese ligero sonido que se percibe... llena la imaginación.