Ayer hubo una intentona de golpe. La noticia es pan de diarios y noticieros; siguiendo mi costumbre de no envenenarme por los medios, no he prendido la televisión ni había leído los periódicos. Preferí trabajar. Ahora bien, cuando fui a a comprar una cajetilla de cigarrillos, lo que escuché ha bastado para encender mi inquietud.
Vivo cerca de una casa de seguridad policial. Este tipo de instalaciones se creó recientemente, cuando se incorporó (legalmente) el concepto de protección de testigos. Se supone que tendría que ser un lugar secreto. Pero un evento fortuito, la discusión de una pareja, los delató. Una señora salió gritando “Me mata, me mata, tiene un cuchillo”; acudimos algunos a intervenir y para sorpresas nuestra del hostal abandonado (la casa de protección de testigos) salieron algunos policías. Cómo no íbamos a darnos cuenta, si jamás la policía se ha demorado menos de media hora para acudir a una emergencia.
Me habría olvidado de la casa de seguridad de no ser porque la familia dueña de la tienda del barrio está compuesta casi exclusivamente de mujeres. Y los policías, fieles a su mote de "buitres", pululan el fin de semana cuando se turnan dos hermanas adolescentes para atender la tienda. Costumbre de “chapa” (policía) es fijarse en las niñas: parecería que uno de los requisitos de la institución es la inferioridad mental, cualquier mujer de más de 19 años ya los intimida. Así, hoy sábado, estaba uno de ellos "simpático y alegre" por las cervezas. Sentadito sobre una jaba de colas, contaba su aventura en el destacamento Quito.
Según su versión, el Presidente asistió a tempranas horas para explicar la nueva ley salarial. Y habría caído en una trampa mortal de no ser porque uno de los camarógrafos de Ecuavisa lo alertó. Ni bien ingresado al recinto, al camarógrafo le advirtieron que se anduviese con cuidado, que "las cosas estaban calientes”. El camarógrafo en vez de hacer caso se lo fue a comentar al Presidente. Este transfirió el comentario a su guardia presidencial (militares cuyo único objetivo es velar por la seguridad del Presidente) y el representante de ellos le ha respondido: “No se preocupe. Vamos a ver qué sucede, ya volvemos”. Jamás volvieron. Así, cuando el Presidente se paró para explicar la nueva ley de salarios ya tenía “culillo” (miedo). Insultos iban y venían, los ánimos se caldeaban. Las cosas se habrían agravado de no ser porque el Grupo de Operaciones Especiales (GOE), también presente en el destacamento Quito, se entera que el aeropuerto de Quito había sido tomado por grupos subversivos. Son ellos que, después de ver cómo le rompen las costillas a patadas al guardaespaldas personal del Presidente, crean una barrera para que pudiese escapar y refugiarse en el hospital.
Las personas que forman el GOE tienen algunos rasgos particulares. Su función primordial es de inteligencia, especialmente contra mafias organizadas. Nadie sabe cuánto ganan y pocos saben quiénes son. Se especula que sus salarios oscilan entre los 3000 y los 5000 USD al mes, y no es raro que reciban bonos que duplican sus ingresos. Esto se debe a que hace pocos años se infiltraron las mafias de Colombia en el Ecuador y secuestraron a algunos personajes muy poderosos (por ejemplo: el hijo de Rodrigo Paz, director y dueño de La Liga de Quito). Consecuencia de aquello las familias más adineradas de Ecuador pactaron, junto al Gobierno y la Policía, colaborar para tener un grupo élite. Dentro del pacto se acordó que los interesados subsidiarían gastos y se esmerarían en otorgar cuantiosas recompensas por misiones exitosas. A cambio condicionaron la calidad de sus miembros; el gobierno habría de esmerarse en proveerles todos los recursos de capacitación al alcance, incluyendo las innumerables pasantías en EEUU, Chile o Brasil. Otro condicionante era la potestad para elegir a los candidatos; no todos pueden aspirar a ser miembros del GOE, los candidatos son referenciados personalmente y el Gobierno selecciona a aquellos que cumplan con los requisitos de admisión y aprobación. De ahí que muchos de los miembros del GOE pertenezcan a familias adineradas y tengan profesiones obtenidas en el exterior. Explicado de otra manera: el índice de éxito del GIR (Grupo de Inteligencia y Rescate) es del 100%, jamás han fallado una misión.
Es importante destacar el origen de algunos miembros del GOE para comprender su actuación. Su selección, educación, situación social y trasfondo cultural los hacen muy reacios a los “atajos” a los cuales están acostumbrados la mayoría de ecuatorianos. Es por eso que al saber que el aeropuerto había sido tomado por fuerzas subversivas, sospechan de algo más grande que una protesta salarial y acordonan el hospital de la policía para proteger al Presidente. Tampoco atrae a nadie enfrentarse contra ellos porque están mucho mejor equipados y su entrenamiento en combate urbano es superior al del ejército (cuyos cuerpos de élite son entrenados para guerra de guerrillas en la selva).
Regresando a la versión del policía en la tienda. En el destacamento Quito había policías de todos los gustos y colores, cuyo único rasgo en común era, a más de la profesión, su disgusto por la ley. Con ese grupo de personas la cosa no habría pasado a mayores, puesto que insatisfechos no es sinónimo de salvajes. Desgraciadamente, ciertos “organizadores” se encargaron de alentarlos para salir a las calles y protestar. ¿Adivinen quiénes se quedaron?
El policía comenta que él salió a protestar a las calles junto a camarógrafos y periodistas que querían registrar el momento. Hablamos de actos ocurridos entre las 07h00 y 09h00. A las 10h00 ya la huelga de la policía es total y los criminales están destrozando la ciudad de Guayaquil. También es a esa hora que los altos cargos militares se enteran que el aeropuerto de Quito no ha sido tomado por militares descontentos sino por miembros de la DEA, los esbirros de la CIA. Es sólo en ese momento que los altos mandos militares cambian de postura y convocan a las tropas.
Alrededor de las 11h00, la cúpula militar, en diálogo con las tropas y rangos medios, se “madruga” que sucedía algo más que una protesta salarial. En las bases militares se habían distribuido, a las 07h30, panfletos que promocionaban la sublevación como protesta contra la nueva ley salarial. Concomitantemente, la mayoría de los miembros de tropa habían recibido mensajes a sus teléfonos celulares que les indicaban lo mismo. Estos mensajes tenían una característica especial: habían sido creados fingiendo su remitente como si fuera un contacto (un conocido) del destinatario. En el Ecuador sólo existen dos instituciones (descontando a las compañías telefónicas Movistar y Porta) que poseen el equipo para realizar tal fraude: la policía antinarcóticos (que capturó estos equipos, como contrabando, en aduanas) y la cooperación militar estadounidense. Por la propia naturaleza del equipo, difícilmente se podrá determinar el origen de los mensajes.
Regresando a la cúpula militar, 11h00 aproximadamente. Después de “madrugarse” que no se trataba de una simple protesta, se comunican con el Presidente. Informan que necesitan tiempo para contrarrestar la campaña de desinformación y concertar las tropas. Afortunadamente los medios de comunicación, sean opositores o partidarios al Gobierno, transmiten lo que sucede en el país. Así, por propia decisión, la policía comienza a retomar sus funciones. Comienza a regresar la calma a ciudades como Guayaquil y Cuenca. En Quito, las milicias comunistas y socialistas, disfrazadas de civiles (realmente son civiles, pero no son civiles cualquieras), forman un cerco humano en los alrededores del hospital para que no siga engrosándose el número de hombres armados que había acorralado al Presidente.
Hasta las 12h00, la más tensa de las calmas: ciertos demagogos (de todos los bandos, hijos de puta) quieren pescar a río revuelto y llevar a una guerra civil. De ese periodo, que fue el más escalofriante, se origina la censura de los medios de comunicación. La verdadera calma llega a las 15h00, cuando la gente ya se ha puesto de acuerdo y saben que una mano oscura está atacando a la democracia.
Organizado el ejército y establecido el orden, el Presidente podía haber sido rescatado. No sucede por petición de los mandos policiales, quienes temen una matanza de sus hombres por el modus operandi de las fuerzas armadas. De a poco se organiza un grupo de policías de choque que irán a rescatar al Presidente. Los militares prestaran apoyo pero se someterán a la estrategia policial. En un último intento por salvar vidas (16h30 aproximadamente), el comandante de la policía explica (casi llorando) los riesgos y dirige un llamado a la rendición hacia los sublevados. Es un momento álgido porque les recuerda que son buenos hombres y que tienen familias, y termina su discurso diciendo “los van a m…”; no pudo acabar la palabra, se le quebró la voz. El llamado surte ningún efecto, para ese momento quienes acorralan al Presidente ya son exclusivamente asesinos, criminales y golpistas.
En ese periodo de tiempo, al presentir que el golpe iba a fracasar, piquetes de 100 a 200 personas atentan contra las antenas del Pichincha (más del 70% de las comunicaciones nacionales dependen de esas antenas), se toman a la fuerza el canal de televisión del Estado (EC TV) e intentan romper a disparos el cerco de las milicias civiles. Alrededor de las 19h00, quienes vivimos en Quito presentimos lo peor. Vemos por nuestras ventanas las calles; sabemos que quienes están fuera, sin importar el bando, van a librar una batalla. Vivo a escasas cuadras de EC TV. Vi desde mi apartamento cómo los maleantes llegaron en sus autos a bloquear las vías de salida; no buscaban decir su versión de los hechos; buscaban hacerse de rehenes y fabricar un chantaje. También vi cómo intervino el ejército: creo que hemos regresado a la época de los “desaparecidos”.
Comentarios
Espero que las aguas vuelvan a su cauce y triunfe la democracia.
Este intento chapucero de golpe de estado recuerda al que se hizo un tiempo atrás en Venezuela, en el que infructuosamente intentaron derribar a Chávez.
La naturaleza humana sigue su curso incontenible hacia la destrucción, solo queda la esperanza, que como bien sabían los griegos, también tiene su lado oscuro.
Las noticias que han llegado aquí son que fue un asunto del malestar policial por el recorte salarial. No sé si se habrá comentado algo más porque no veo ni leo las noticias. Incluso aquí, como en cualquier otro país por desarrollado que esté, todos los medios de comunicación están manipulados.
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De centroamerica para abajo gran numero de paises vieron y ven afectadas desde sus costumbres hasta su eleccion politica de vida.
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Por suerte conservo la inococencia para otras cosas, en estas, ni a ganchos pienso que "solamente" una disputa salarial perteneciente a la policia pueda tomar ese tinte.
La politica es un arte, un levantamiento (militar, policial, incluso popular) es el arte extremista de la politica sumado a los adecuados vistos buenos necesarios.