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Sagrado bosque de sombras flamígeras y turbias
fué aquella última cizaña,
y sólo ahora
respirando antorchas y negras llamas
tu voz busca su sed, planea bajo el arco melódico
que abre todas las distancias.
En ocultos arquetipos
el silencio estalla
sideral y magnético, azul eclosión de noches inacabadas
pasos sin camino, diamantino e inverso
metálico laberinto sin jeroglífico, pétalos
de giroscópicas rosetas sin vórtices ni flámulas
Nada detiene
tierna e insólita
a la mañana.
Deífico y mistérico alambique
sublima en un sólo éter deseos y amenazas,
alza su espacio de libertad unívoca,
falce enarbola
sutil crueldad necesaria,
nada detiene la espiral del tiempo
sobre los ausentes perfiles olvidados
trasminando la fragancia
que desde otro ayer escribiste sin palabras.
Nada es el vacío
limpio e infinito
de la madrugada.
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Comentarios
Saludos, estimado amigo, siempre lo sigo...