¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

Éramos sólo uno...

DroogoDroogo Pedro Abad s.XII
editado febrero 2011 en Romántica
Éramos sólo uno…

Éramos sólo uno, desde ese extraño día que nos conocimos. Nuevas sensaciones, demasiado rápidas para tratarse de algo común. Nos extrañábamos en cada instante de distancia. Cada vez más. Siempre rompíamos el silencio de nuestra soledad con una llamada… ¿cómo estás? ¿Qué haces? ¿Por qué? No sé, quería oírte.
Éramos sólo uno…
Los días se hacían semanas, las horas, días, los minutos horas, y los segundos eternos y dolorosos. Comenzamos a protagonizar una crónica de cambios. Por esos instantes nos alejábamos de la mierda constante de la realidad, y a través de miradas cómplices, nos elevábamos… ¡logramos volar! Y juntos nos encaminábamos a esa luminosa estrella que tantas noches de amor te obsequié. Y allí estábamos, en “nunca jamás”, existiendo, gozando con la magia de ser dos niños en medio de una burbuja, que nada ni nadie podría reventar.

Éramos sólo uno…
De la mano de nuestra inocencia venían momentos de nuevos descubrimientos. Aprehendimos juntos la realidad del amar, guiamos nuestros torpes movimientos a instantes donde nuestra burbuja de éxtasis nos transportaba a mundos que jamás habíamos conocido. Siempre de la mano, dentro de cariños y susurros que nadie podía oír, en medio de promesas y llantos de alegría. Explotaste mi realidad material, la volviste una con la tuya. Yo, maravillado. No entendía mucho… ¿Qué droga es esta? ¿Por qué no la conocía? ¿Qué me has dado? Nunca la marihuana que fumamos, nunca los litros de alcohol bebidos en la soledad de las penumbrosas calles de Santiago pudieron igualar, siquiera acercarse a esta nueva sensación que nos unía. Era nuestra. Sólo unidos podíamos despertar e invocar a tal conciencia inconsciente.

Éramos sólo uno…
Comprendimos que la porquería que tanto evitábamos era dañina. Empezamos a esbozar un camino irreal donde construiríamos lentamente el camino seguro y sin retorno a nuestra estrella, a nuestra isla, la soledad irrumpida por la presencia del otro, el silencio de una existencia profanado por la dualidad de ésta. Muchos lucharon, muchos nos influenciaron. Pero fuimos más fuertes. Fuimos complemento. Fuimos un mismo camino indivisible. Un camino que sólo podía cruzarse de a dos, pero de a uno. ¿Comprendes? ¿Estás drogado?

Éramos sólo uno…
La burbuja estalló. Nos invadió la realidad. El aire puro se contaminó. Luchamos valientes, codo a codo, aferrados de la mano, llorando de miedo pero decididos a morir en batalla. Cuando iba a caer rendido, tú me levantabas, me apoyabas en tus brazos y dabas cara a un mundo de colores que quería arruinar nuestra felicidad gris. Lloramos, gritamos. Pero no había nadie más que nosotros. Un par de niños que se negaban a crecer, a cumplir y obedecer. Ángeles oscuros a los que la uniformidad de la masa quería poseer. Únicos. Pero éramos débiles: éramos sólo uno. Y cuando la batalla acabó, éramos sólo dos. Simplemente dos personas. La burbuja se rompió. El camino a nuestra estrella, al país de “nunca jamás” se calló en pedazos de colores. Lúcidos, en medio de todo. Nos miramos: éramos sólo dos. ¿Por qué lloras tonto? ¿Por qué me miras así, estúpido, es que acaso soy distinta? Te miré, y ahí estabas. Tan hermosa, tan frágil como siempre. Pero en tus ojos había una luz apagada. Una estrella había muerto. Lloré ante ti, caí arrodillado a los pies de la realidad. ¡Piedad! ¡No quiero ser yo! ¡No ha ocurrido nada! Me mirabas con lástima… sólo lástima. No entendías. No comprendías. Y quizás nunca lo entendiste. Quizás era yo… ¡quizás éramos yo! ¿Pero cómo pude amarme tanto? ¡Dime algo! ¡No me mire y dímelo! No camines, no te vayas, ese no es el camino… ¿que no ves la estrella? ¿Acaso no la recuerdas? ¿Por qué te vas? ¿Por qué…?

Éramos sólo uno…
En medio de un mundo de colores, de flores rojas, de un cielo azul, de pasto verde, y de personas de arcoíris, nos encontramos. Tú eras blanca, tan blanca que encandilabas: yo tan oscuro que atemorizaba. Mi oscuridad apaciguó tu luz. Tu luz apaciguó mi oscuridad. Nos juntamos, y de la mano soñamos una realidad sin colores. Caminamos sembrando pétalos grises, con tallos blancos y raíces negras. Pero ahora estoy aquí. Te busco confuso. Me gritan que has cambiado. Para sorpresa de los que tanto te despreciaron, una rara enfermedad de otro mundo te hiso cambiar de color. Ya no molestabas a la vista, ya eras de color. Todos podían mirarte, eras parte de todo. En medio de las sombras, yo, oscuro, te observo. Y aunque fui el primero en caer en nuestra heroica batalla, nunca me gritaste, nunca hubo una mirada de odio. Sólo desapareciste. Un viento de colores logró teñirte y elevarte con su brisa, para llevarte a lugares alejados con mucha gente. Y yo he quedado aquí en mi adicción. Buscando luz. Buscando algo de blancura en ti. ¿Por qué? Vuelve tonta, vuelve y llora en mis brazos como tantas veces jugamos al error. Vuelve y golpéame, insulta mi existir… ¡ama mi existir! ¡Vuelve! Pero mientras estás ahí teñida de colores, que cada vez son más, yo sigo aquí, demasiado negro para un mundo de arcoíris. Y muchos se me acercan con sus miradas de desprecio, y me escupen realidad, me escupen verdades, me escupen sueños rotos, me escupen colores. Pero soy tonto, soy lo peor, soy extraño. Y ahora estoy sólo, recordando nuestras torpes danzas, nuestros cantos libres mientras caminábamos a nuestra estrella, mientras nos llenábamos de humos grises, mientras nos reíamos del rojo, mirábamos de reojo al azul, entre risas, apuntábamos al amarillo… y en mis sueños todo es real, y lo real es todo un sueño, y estás recostada a mi lado, duermes como una niña, tiemblas de frío… déjame taparte… déjame abrazar tu espalda… ¿te gusta? Siempre te ha gustado, fundida. Despierto, y una nueva lágrima me anuncia que es un nuevo día. Me levanto, recuerdo que la realidad es realidad, y el sueño es sueño. ¡Mi amor! ¡Si estabas tan cerca! Miro mis ojos… siguen negros. Camino, mientras todos me apuntan, mientras evitan toparse conmigo… ¡tontos! ¡Mierdas! ¡Son todos unas mierdas! ¡Si supieran! Pero ellos no saben… y quizás tú ya no lo sabes… pero hubo un tiempo gris, hubo un mundo, hubo tiempos en que sí lo sabías, hubo una historia en que éramos sólo uno…


_______________________________________________________________

Este escrito es de hace más de un año, no me representa nada en el momento pero quise compartir algo distinto a lo que vengo exponiendo por aquí, saludos!

Comentarios

  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado enero 2011
    El amor simpre es más bonito y ser uno sólo más, lástima que no siempre se da el sueño de seguir juntos hasta el final.
  • Alejandro68Alejandro68 Fernando de Rojas s.XV
    editado enero 2011
    La única droga que te mata y te renace es: el Amor,lo demás es puro cuento...
    Un abrazo
  • DroogoDroogo Pedro Abad s.XII
    editado enero 2011
    Alejandro68 escribió : »
    La única droga que te mata y te renace es: el Amor,lo demás es puro cuento...
    Un abrazo

    Odias mi estilo... pero igual en el fondo te gusta y me lees
    Jajajaja broma
    gracias por leer saludos compadre!
  • Alejandro68Alejandro68 Fernando de Rojas s.XV
    editado febrero 2011
    Nó,no es cierto! siento en tí mi vida "desde otra perspectiva".Mi instinto es tan bueno como tu seguridad al redactar.
    La supervivencia radica en amoldarse al medio ambiente,entonces no seas duro y piensa en los demás.Un abrazo estimado amigo y lo digo con honestidad,porque te considero leal.
  • DroogoDroogo Pedro Abad s.XII
    editado febrero 2011
    Alejandro68 escribió : »
    Nó,no es cierto! siento en tí mi vida "desde otra perspectiva".Mi instinto es tan bueno como tu seguridad al redactar.
    La supervivencia radica en amoldarse al medio ambiente,entonces no seas duro y piensa en los demás.Un abrazo estimado amigo y lo digo con honestidad,porque te considero leal.

    Creo que hay dos modos de supervivencia: adaptarte o excluirte del grupo. Yo mezclo un poco de ambas, no vivo solo en una montaña, pero si trato de mantenerme ajeno a mi medio ambiente, al menos en mi mente y en mi forma de expresión: escribir relatos cortos, letras para mi banda, crear música, y... eso! Un abrazo compa Alejandro, también con honestidad, nunca quise sonar sarcástico ni nada, intento ser directo cuando quiero decir algo :)
  • Alejandro68Alejandro68 Fernando de Rojas s.XV
    editado febrero 2011
    Nuestras tierras marcan el cuero naturalmente,por eso entretiene nuestro abrazo.Somos paisanos divergentes pero en el tuétano del hueso somos hermanos hasta la muerte.Me alegra ahora conocerte.
    Pero así como te digo una cosa,te digo otra: por favor no hables con apologías constantes,de vez en cuando deja pasar un reclamen jajaja
    Un abrazo:cool: estimado Droogo.
    PD_me refiero a tus otros trabajos donde abunda ***** por doquier.
  • RegísimaRegísima Fernando de Rojas s.XV
    editado febrero 2011
    Es que ése es el problema: creerse uno solo.


    Somos individuos (por más enamorados o idiotizados por la otra persona).


    Te desarmas de manera automática; le concedes la mitad de ti... ¡¿por qué?! No, eso de los complementos, bye...

    Somos enteros, compatibles quizá, pero nada de mitades, "mi complemento", "somos uno mismo" y esas cosas que sólo nos distorsionan las emociones.


    Saludos!
  • DroogoDroogo Pedro Abad s.XII
    editado febrero 2011
    Regísima escribió : »
    Es que ése es el problema: creerse uno solo.


    Somos individuos (por más enamorados o idiotizados por la otra persona).


    Te desarmas de manera automática; le concedes la mitad de ti... ¡¿por qué?! No, eso de los complementos, bye...

    Somos enteros, compatibles quizá, pero nada de mitades, "mi complemento", "somos uno mismo" y esas cosas que sólo nos distorsionan las emociones.


    Saludos!

    Totalmente de acuerdo en este instante de lucidez y desamor jajaja saludos y gracias por leer!
Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com