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EL INDIANO (Parte I)

Alejandra Correas VázquezAlejandra Correas Vázquez Gonzalo de Berceo s.XIII
editado abril 2011 en Narrativa
EL INDIANO
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Por Alejandra Correas Vázquez


I – REGRESO DEL INDIANO


Juan de Aguiar pisó las calles de su aldea andaluza después de haber dejado la juventud. Atrás suyo, en un pasado de andanzas incontables, había perdido el mirar ardiente que en otras tiempos le abrieran las rejas, hacia los rostros morunos ocultos tras la cruz conquistadora del cristiano.

Juan volvía a la aldea natal con los miembros envejecidos, pero con grandes monedas de oro asomando de sus bolsillos. Una mozuela de aire extraño lo acompañaba, observando con sorpresa, el escenario donde su padre viera la luz. Era su hija. El único recuerdo que aún conservaba de la ”Ñusta” doliente —princesa inca— que un día le pidió clemencia para el padre, un noble Orejón, en medio de la azarosa conquista del Perú.

Su nombre era Catalina, y ella valía más que el oro de sus bolsillos. Como la melancólica Anac había constituido para el guerrero, un tesoro mayor que muchas victorias de sangre y raptos, por ser lo único que su brazo conquistó sin la violencia. Su reciente pérdida trájole tanto dolor, que Juan resolvió el retorno al solar natal.

Hoy volvía viejo, heroico y poderoso, a caminar por las calles que supieron de sus correrías con pies descalzos, de una infancia apartada en el olvido. Sin embargo, un temor incomprensible había invadido al conquistador de Indias, cuando las velas lo empujaron frente a la costa española.

Y allí estaba ¡En España!... luego de tantas imposibles aventuras. Después que aquel torrente de sangre llegó a cubrir sus pensamientos hasta llegar casi a ignorarla. Sí. ¡En España! Esa sangre nueva que ahora ocupaba la historia del mundo y que como él, también envejecería.

La rústica aldea con su mar, sus pescadores y las viñas, no reflejaban mayores cambios. Sólo una renuncia obligada a los legados árabes y abundantes cruces. La torre del Al-Almoacín se perfilaba en silencio sobre el azul penetrante del cielo. Y las vibraciones de un órgano envolvían las naves de la antigua mezquita.

Y esta aldea lo recibió con júbilo, así como lo viera partir con indiferencia. El oro le labró pronta fama y la hija de América, con su principesco origen incásico, lo bañó en misterio. Numerosos amigos saliéronle al encuentro, cuando nadie lo había despedido en su lejana partida.

Esta circunstancias hubieran envanecido el espíritu de cualquier aventurero, pero las experiencias de una vida arrojada en manos del azar, habían decepcionado al Indiano. Partió del Cuzco llevando consigo los últimos ímpetus de audacia, pero éstos se eclipsaron frente a los rostros de aquella multitud de amigos inesperados.

Una noticia que surgiera con el retraso de los años de ausencia, vino a ensombrecer aún más, las esperanzas de un necesario descanso. Su novia de juventud, la morisca Dajma —de la que partió llevándose la imagen adherida a los recuerdos de hogar— aquella bella mora que escuchó de sus labios mozos la promesa inquebrantable de un regreso... ¡Había sucumbido en plena juventud bajo las llamas inclementes de la Inquisición!

Creyó encontrarla con blancas sienes rodeada de numerosos nietos. Pero las llamas de la hoguera habíanla destruido después de su partida. Y mientras deambulaba por la calles de su primera ilusión, recordó fugazmente a la espada invasora que elevó tantas veces, sobre las cabezas color cobre que miraban hacia el dorado Templo del Sol.

El terruño supo brindarle la añorada brisa, los frutos morados de sus viñas y la sombra del olivo. Pero sus hombres no eran los que él conociera. Nadie recordaba las risas infantiles de Juan de Aguiar, todos se descubrían ante el paso del Indiano. El conquistador palpó amargamente las bolsas ensangrentadas de sus monedas y se retiró hacia una huerta de los contornos —que adquirió lejos del pueblo— desde donde podía contemplar en lejanía las costas del mar que le recordaban, dolorosamente, toda la historia de su vida.


oooooooooooooo

Comentarios

  • ShaiantiShaianti Fray Luis de León XVI
    editado octubre 2010
    Alejandra, en estos días estoy ocupada y algo distraída. Tu relato merece lectura atenta y tiempo para dedicarle. Te comentaré y mientras, gracias por compartirlo aquí.
  • Alejandra Correas VázquezAlejandra Correas Vázquez Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado octubre 2010
    Gracias Shaianti

    y me gustaría mucho tu comentario

    Alejandra
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado diciembre 2010
    me gustó el relato seguire leyendo las continuaciones que veo en el foro, la letra está muy bien.
  • Jack LondonJack London Garcilaso de la Vega XVI
    editado diciembre 2010
    Me ha gustado mucho. Es un relato lleno de fuerza y añoranza, con sólidas descripciones e imágenes que transportan al lector al lugar y el tiempo donde transcurre la acción.

    Prometo seguir leyendo. ;)
  • Alejandro68Alejandro68 Fernando de Rojas s.XV
    editado abril 2011
    El Indiano me ha colmado de visiones ...sentidas.
    Su retrospectiva agridulce, le tiñe las melenas plateadas cual un peine de estiletes, desgarra su carne. Y en la gracia del mancillado tiempo retorna la exótica semilla, de aquella gesta, donde su brazo centinela alzó el mejor brillo de todos, a la madre de su presente hija.
    Los doblones arrastran lejos, su dignidad, y la nostalgia con caricias lacerando, pule su tiempo.
    Te felicito Alejandra Correas Vázquez! me ha encantado de sobremanera tu magnífica narración.
    Salió Don Juan de Aguiar, y retornó en El Indiano, sus plumas, sus canas; sus colores, sus años; y su única riqueza: su Hija.
    Un agradecido abrazo tocaya, te felicito nuevamente. Muy buen cuento.
  • Alejandra Correas VázquezAlejandra Correas Vázquez Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado abril 2011
    Tu comentario es de lujo

    gracias Alejandra
  • Alejandra Correas VázquezAlejandra Correas Vázquez Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado abril 2011
    Jack London (recuerdo que mi padre leía ese autor)
    estoy muy contenta con tu análisis

    Alejandra
  • Alejandra Correas VázquezAlejandra Correas Vázquez Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado abril 2011
    Gracias Amparo, es un aliciente para seguir escribiendo

    Alejandra
  • ZiorijiZioriji Pedro Abad s.XII
    editado abril 2011
    Me ha encantado Alejandra! también has logrado transportarme a mí, me has llevado a viajar de América a España, me has llevado por los puertos y a través de muchos años.
    Tu forma de narrarlo es excelente, muy ajustada al sentido del relato.
    Gracias por haberlo compartido en este foro! Felicitaciones!

    Jorge.-
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