HIGIENE DEL ASESINO "HYGIÈNE DE L'ASSASIN"
Sinopsis: Al anciano Prétextat Tach, premio Nobel de Literatura y acérrimo enemigo de las entrevistas, sólo le quedan dos meses de vida. Al hacerse pública la noticia de su próximo fallecimiento, en plena guerra del Golfo, periodistas de todo el mundo solicitan un encuentro con el novelista.
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"- Son los lectores-rana. Constituyen la inmensa mayoría de los lectores humanos y, sin embargo, no descubrí su existencia hasta muy tarde. Soy tan ingenuo. Creía que todo el mundo leía como yo; yo leo igual que como: no significa únicamente que lo necesito, significa sobre todo que entra dentro de mis cálculos y que lo modifica. Uno no es el mismo si ha comido morcilla que si ha comido caviar; uno tampoco es el mismo si acaba de leer a Kant (Dios me preserve de hacerlo) o a Queneau."
Nos dice como al igual que somos lo que comemos, también somos lo que leemos. Escoger bien las lecturas y realizarlas con profundidad, mojándose, es crucial para sacarles partido.
Un detalle que me ha llamado mucho la atención es que allí donde los hombres fallan, la mujer sale triunfal. Ninguno de los 3 periodistas hombres ahondan lo suficiente en la figura de Tach. Sólo Nina, la mujer periodista, consigue despojarlo de su armadura y sacar sus secretos más oscuros ¿Porqué pensáis que es así?.
Yo opino que esto es así porque la autora dibuja a un personaje que a su vez, dibuja a las mujeres como algo aberrante. Al ser una mujer la que derriba todos los convencionalismos de este escritor, el personaje se ve afectado por doble partida. No hay nada mejor para un cínico que alimentarle con su propio veneno. Lo que me ha dejado sorprendida es el final: ¿qué propósito creen que tenía la autora al matar a su protagonista? Desde luego, la historia queda redonda, pero a mí me ha parecido que Nina ha sido vengada a sufrir la misma vida que Préxtat tuvo desde que asesino a Léopoldine, más que vengar la muerte de la misma.
Por otra parte, la única periodista que consigue "vencer" al escritor tenía que ser mujer, sin duda. No por tema machista, si no por que es una manera de conseguir ese diálogo que saca a la luz todo lo peor de él. Un hombre que desprecia de tal manera a las mujeres tenía que terminar en manos de una mujer, y encima inteligente. Si hubiese sido un periodista creo que no habría sido igual, por el diálogo, por la posible afinidad en la opinión respecto a las mujeres... No, no habría sido igual.
Después de todo, ya no vemos a Nina como la reportera inteligente que consigue enfrentarse al malvado Tach. Las diferencias entre ambos personajes no son tan claras. Ella es una ``carroñera de mierda´´ y una asesina. Y al igual que nos pasa con Tach, al final no todo es lo que parece.
Es interesante ver cómo la periodista prepara sigilosamente la trampa al autor para desmontar “Higiene del Asesino”, su novela inacabada. Comienza con su vida y de repente le dispara:
-Viniendo de usted, no me sorprende. Ya en 1922, estaba chiflado. Había creado ex nihilo lo que usted llamaba una «higiene de infancia eterna»; en aquella época, la palabra abarcaba todos los campos de la salud mental y física: la higiene era una ideología. La que usted inventa merecería mejor el nombre de antihigiene, hasta tal punto es malsana.
[FONT="]A partir de aquí intenta unir cabos: literatura y vida, o como un autor se desviste ante una obra, como deja un sello autobiográfico:[/FONT]
Lo sabía. ¿Pero cómo ha logrado describirme tan bien?
-Me he limitado a parafrasear las descripciones que, en su novela, hace de Philémon Tractatus. Quería comprobar si era usted igual al personaje que describía: para saberlo, no me quedaba más remedio que echarme un farol, ya que se negaba a responder a mis preguntas.
-Es usted una carroñera de mierda.
-Hurgar entre la mierda funciona: ahora sé con certeza que su novela es estrictamente autobiográfica. Tengo motivos para sentirme orgullosa pues disponía de los mismos elementos que cualquier otro. Sin embargo, he sido la única que ha olido la verdad.
[FONT="]Esto enlaza perfectamente con la idea de la autor de que mucha gente lee si mojarse, al igual que lo habían hecho (o ni eso) los periodistas anteriores que salieron escaldados (en esta parte la autora plasma su idea):[/FONT]
Claro que no, estúpida. No hablo del lugar de lectura sino de la lectura en sí misma. Me habría gustado que me leyeran sin el traje de buzo, sin rejas, sin vacuna y a decir verdad, sin adverbio.
[FONT="]Y poco a poco creo que se va dando la vuelta a la sartén: tenemos a un autor por un lado medio infantil y por otro a una periodista socarrona, que poco a poco se ve superior al autor (recordemos que hay una apuesta de arrastrarse, cosa que se cumple al final):[/FONT]
-Bueno, basta ya, deje de considerarse un caso excepcional. Todos los niños son felices.
-Yo no estaría tan seguro. Lo que es seguro es que ningún niño ha sido jamás tan feliz como la pequeña Léopoldine y el pequeño Prétextat.
De nuevo, la cabeza de la periodista se inclinó hacia atrás y las carcajadas se reanudaron, obsesivamente.
-Veo que su útero vuelve a las andadas. ¿Veamos, qué tengo yo que resulte tan cómico?
-Tendrá que perdonarme, son esos nombres... ¡sobre todo el suyo!
[FONT="]Este es un punto importante para la historia, ya que (desde mi humilde opinión) a partir de aquí se cambian las tornas: el autor pasa a tener el poder con una estrategia tan simple como hace regodearse a la periodista en su superioridad, en saberse moralmente superior (como le había pasado, en menor escala eso sí, a los otros periodistas como el que le preguntaba por su dieta...). En este párrafo hay algo clave: la idea de que alguien toma el relevo de la vida de otro, algo que le repugna a la periodista pero algo en lo que caerá al final de la obra:[/FONT]
-¡Repugnante!
-Repugnante, insisto. Repugnante por lo que era en sí misma y aún más por lo que significaba: espantosa consagración, paso de la vida mítica a la vida hormonal, paso de la vida eterna a la vida cíclica. (...)La eternidad cíclica, en cambio, sugiere que unos terceros llegan para tomar el relevo de la vida de los demás; ¡y todavía deberíamos alegrarnos por esa expropiación, y todavía deberíamos mostrarnos satisfechos por ese proceso de usurpación! Sólo puedo sentir desprecio por aquellos que aceptan esta siniestra comedia: los desprecio no tanto por su ovina capacidad de resignación como por lo anémico de su amor. Porque si fueran capaces de sentir un amor auténtico, no se someterían a esta abulia, no tolerarían ver sufrir a aquellos que pretenden amar, asumirían, sin miedo, la responsabilidad de ahorrarles un destino tan abyecto (...)
- Empiezo a comprender.
-No es usted muy rápida.
-Empiezo a comprender hasta qué punto está usted enfermo.
-Pues no sé qué pensará entonces de lo que viene a continuación.
-Con usted, lo peor está asegurado.
[FONT="]Una vez tendida la trampa, ante el éxtasis de la periodista que se siente ganadora, Tach comienza a jugar con la presa:[/FONT]
Sí. El imperio de los sentidos, de Oshima.
-La escena del estrangulamiento está mal hecha. Yo, que entiendo de eso, puedo afirmar que las cosas no transcurren de ese modo. En primer lugar, ¡un estrangulamiento de treinta y dos minutos resulta de muy mal gusto! Existe una especie de rechazo, por parte de todas las artes, en admitir que los asesinatos son peripecias ágiles y rápidas. Hitchcock sí lo entendió. Y luego hay otra cosa que ese señor japonés no ha comprendido: un estrangulamiento no tiene nada de lenitivo ni de doloroso, al contrario, es tónico y refrescante.
-¿Refrescante? ¡No me esperaba ese adjetivo! Ya puestos, ¿por qué no vitamínico?
[FONT="]Y lo une todo magistralmente en una metáfora (que tanto odia el autor) genial. [/FONT]
-Quien a cartílago mata, a cartílago muere.
El obeso miró a la periodista y se quedó estupefacto.
-¿Ha oído usted lo que acaba de decir?
-Lo he dicho aposta.
-¡Es extraordinario! Es usted una vidente.
[FONT="]Tach necesita un final para su obra, ¿qué mejor final que ser estrangulado por aquella que se siente y ha demostrado superior a él? Tach tiene el final genial a su obra Higiene del Asesino: quizá no haya ganado la partida, pero ha ganado su partida. [/FONT]
-El amor. ¿Habré logrado despertar el éxtasis en usted? Siento un orgullo inenarrable, Nina. El deseo de matar acaba de morir en mí y ahora resulta que renace en usted. Usted empieza a vivir en este instante: ¿se da cuenta?
-Sólo me doy cuenta de lo profundo de mi exasperación.
-Estoy asistiendo a un espectáculo extraordinario: al igual que el común de los mortales, creía que la reencarnación era un fenómeno posmortem. ¡Y ahora compruebo, con mis propios ojos, que usted se convierte en mí!
Y se la lleva a su terreno:
-Déjeme hablar. Lo que tengo que decirle es demasiado importante. Lo quiera o no, se está usted convirtiendo en mi avatar. En cada metamorfosis de mi ser me esperaba un individuo digno de amor: la primera vez fue Léopoldine, y fui yo quien la mató; la segunda vez es usted, y es usted quien me matará. El que a hierro mata, a hierro muere, ¿no le parece? Me siento tan feliz de que sea usted: gracias a mí, está a punto de descubrir lo que es el amor.
-Gracias a usted, estoy aprendiendo lo que es la consternación.
(...)
Silencio. La periodista giró la cabeza hacia atrás.
-Le pesa la cabeza, ¿verdad? Sé lo que se siente. Verá usted como no se acostumbra nunca.
-A qué.
-A lo innombrable. Intente levantar la cabeza, Nina, con todo lo que pesa el cráneo, y míreme.
La criatura lo hizo con esfuerzo.
Y al final la periodista cede y Tach gana:
Vamos, no disimule su placer.
-¿Mi placer? No hay rastro de placer dentro de mí, no siento nada, tan sólo un terrible deseo de estrangularle.
-Pues no es usted muy rápida, avatar de mi corazón. Hace por lo menos diez minutos que me esfuerzo en que lo haga, con una transparencia sin precedentes. He logrado que se exaspere, la he llevado al límite para arrancarle sus últimos escrúpulos, y todavía sigue sin pasar a la acción. ¿A qué espera, mi tierno amor?
-Me cuesta creer que lo desee de verdad.
-Le doy mi palabra.
-Además, no estoy acostumbrada.
-Todo se andará.
-Tengo miedo.
-Mejor.
-¿Y si no lo hiciera?
-La atmósfera se volvería insostenible. Créame, tal y como se han puesto las cosas, no tiene usted elección. Además, me ofrece la única posibilidad de morir en las mismas condiciones que Léopoldine: por fin sabré lo que ella experimentó. Vamos, avatar, estoy preparado.
[FONT="]Una vez consumado el estrangulamiento, el avatar de Tach confiesa:[/FONT]
Querido y viejo chiflado, casi logra engañarme. No puedo expresar hasta qué punto sus discursos me ponían nerviosa; estaba a punto de volverme loca. Ahora me siento mucho mejor. Debo confesar que tenía usted razón: el estrangulamiento es un oficio muy agradable.
Y el avatar contempló sus manos con admiración.
[FONT="]Tach ha ganado. Genial Nothomb.[/FONT]
El día que fui a recoger el libro la bibliotecaria me comentó algo característico de las novelas de Nothomb es que sus personajes son seres atormentados, sumamente retorcidos, pero al mismo tiempo veraces. Esta lectura lo cierto es que le ha abierto mis puertas a Nothomb. Ya me pica la curiosidad por leer algun otra novela de ella.
Lo que hace también que Nina tenga más éxito en su entrevista que los anteriores periodistas es un hecho simplemente casual: seguía la obra de Tach desde hacía ya tiempo. Ésa fue su ventaja. Se fijó en él con la esperanza de poder tener algún día la oportunidad de enfrentarse a él y le ha salido bien.
De todos modos no deja de ser curioso, dada la misoginia de Tach, que una mujer sea la que logra atravesar esa gruesa capa de petulancia que lo mantiene protegido de cualquier ataque verbal.
Ahora una pregunta. ¿Creéis que Tach realmente es una persona inteligente o más bien cree serlo?
Yo me inclino por lo segundo. El hombre es un pedante que padece el mal del famoseo, pero en mi opinión muestra la ignorancia del que cree tener un saber demasiado seguro. En realidad no dista nada del comportamiento de un fanático ignorante, un poco más adornado eso sí, con algo de literatura.
Totalmente de acuerdo contigo Texas: mujer y lectora, dos ingredientes sin los cuales la historia no podría haberse llevado a cabo. Lectora porque así indaga en Tach, en su perfil, lee, cosa que sorprende a Tach. Mujer por el pasado de Tach y por cerrar el círculo que había quedado abierto hace años. Sin estos dos ingredientes hubiese sido como hacer una paella sin arroz ni pescado .
En cuanto a lo que comentas Serj, yo me decanto por la opción del sí, es un tipo inteligente, lo que no resta para que sea un tipo totalmente desequilibrado que fuese capaz de idear una teoría totalmente macabra desde muy pequeño. Mi opinión es que es un tipo culto, leído, pero pedante hasta lo más cansino.. La retórica que usa para vapulear a los periodistas es farragosa y con la periodista también la usa, aunque en ese entonces se encuentra con alguien a su altura cultural e intelectual, alguien que consigue desmontarlo y hacerle caer en bastantes contradicciones, desgranando muy bien el grano de la paja entre tanta verborrea. Aunque te confieso Serj que también pensé lo mismo que tu, dudando seriamente si era un impostor o un tipo culto, aunque finalmente me decanto (ligeramente eso si) por lo segundo.
Saludos!!!!
Sabe que no es inteligente pero también sabe que por ser quien es puede inventarse la lógica más ilógica para parecer sublime y todo el mundo callará y se planteará sus palabras porque si él las dice es por algo. Los no-inteligentes reciben el adjetivo de "excéntricos" cuando son famosos y de "idiotas" cuando no les conoce nadie (no en todos los casos, evidentemente).